Vida Moderna

Pueblo pequeño, ¿infierno grande o edén magnánimo?

Los 174 árboles de este barrio nunca descansan y al caer la tarde regresa su protagonismo, para dar inicio al concierto de la noche.

Pueblo pequeño, ¿infierno grande o edén magnánimo?

Los 174 árboles de este barrio nunca descansan y al caer la tarde regresa su protagonismo, para dar inicio al concierto de la noche.

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De las 4:00 de la tarde en adelante, las 20 cuadras a lo largo y ancho del barrio Nueva Granada se empiezan a quedar en silencio, los colores empiezan a decorar perfectamente cada rincón de la pupila de quienes aquí habitan. El viento se transforma en el personaje principal, va sutilmente pintando el cielo con tonos azules decadentes hasta rojos apasionantes, los árboles se menean con el sonido del silencio, contoneando lo hermoso del paisaje que revela las montañitas de Siloé y los Cerros en todo su esplendor. De repente, en un parpadeo, como quien cae en un sueño profundo, desaparece este cuadro que pudo haber pintado Van Gogh. Las noches se tornan petrificantes, como en Canadá, frías, solitarias, se respira un aire siniestro alrededor, como si el tic tac del reloj tronara en el oído.

En medio de la escena siniestra, se encontraban ‘doña Julieta’ y ‘don Romeo’ quien extendía su brazo para lanzar el último beso de la noche a su amada inmortal.

Eran las 11 de la noche el vigilante pitó para anunciar la segunda ronda. Minutos después dos motos se le atravesaron a ‘don Romeo’, el vecino de la casa 55, le sacaron revólver calibre 32 y el rufián de camisa negra le gritó:- pasáme todo hijueputa-. Sin embargo, con una mirada penetrante el muchacho desafiaba la misma muerte.

-Pegalé su pepazo por aletoso-, gritó uno de los bandidos.

En ese momento, corrió a toda velocidad hacía la carrera 42, con la maleta negra que le había comprado su mamá desde primer semestre. No gritó, la ira mezclada con el miedo no se lo permitía. Aceleró el paso y esperaba con ansias locas que el Súper Inter de la 42 estuviera abierto para refugiarse ahí. No había terminado de cruzar la calle cuando vio todo cerrado; alcanzó a evaluar las posibilidades mientras el ruido del motor le pisaba los talones y ahí, entre la calle tercera y la 3A lo cogieron, le arrebataron todo. El computador, los lapiceros, la calculadora, la billetera, hasta las medias que había dejado su novia en el bolsillo pequeño. “Me robaron los cobardes esos”, exclamó cargado de ira Frank Burbano, el vecino fortachón de la cuadra.

Dos días después, apareció con el mismo cuento Juan Sebastian Rodríguez, inquilino de doña Francedy, la mamá del vecino fortachón.

-Pana yo estoy mamao, esos hijueputas me atracaron a plena luz del día, eran las dos de la tarde y me salieron en cicla los descarados. Es que ni en mi tierra me han salido con esas-. Mientras el joven afectado narra su infortunado suceso, Frank empieza a fruncir el ceño, se cruza de brazos, dilata sus pupilas mientras espera la oportunidad perfecta para interrumpirlo. - Hay que cogerlos papi y darles durísimo para que aprendan que con este barrio no se meten-.

Urbanización Nueva Granada, así se llama este barrio en el que habitan aproximadamente  2.661 personas según cifras entregadas por el DANE. Este sector residencial es de estrato cuatro y está habitado en su mayoría por personas de la tercera edad. Y nunca les falta la compañía de algún “Juanito Alimañana con mucha maña”.

Pueblo pequeño, ¿infierno grande o edén magnánimo?

La cercanía entre el barrio Nueva Granada y Siloé  facilita el acceso de bandidos dedicados al hurto y de habitantes de la calle.

Foto tomada por Natalia Fernández

-Los ladrones bajan de Siloé y la cercanía con ellos es el verdadero problema. Además la cantidad de indigentes mantienen por acá y terminan robando-. Expresa don Harold Burbano, un arquitecto apasionado por el arte que lleva viviendo en el barrio 23 años de los 52 que va a cumplir y asegura que desde su llegada ha tenido que lidiar con esta situación. Su tono es fuerte al referirse a los malandros, no es para menos, casi lo dejan sin su único hijo por robarlo.

Doña Nubia, residente del barrio en la cuadra de la primera con 40 hace tan sólo cinco años, interrumpe al vecino para completar su teoría. -Es que hay una pareja de indigentes que ya se creen dueños del barrio y eso mantienen peleando, ¡se insultan de una manera! y hasta se cogen a piedra-.

De acuerdo con datos del Observatorio de seguridad de Cali, en el periodo de enero a julio de 2018, se registraron 702 homicidios en Cali, cifra que representó una reducción de 3,2 por ciento frente al mismo periodo de 2017. Aunque eso mismo no piensan doña Liliana, doña Martha, doña Francedy, don Guillermo, doña Estela, doña Nubia, don Alejandro, doña Janeth, doña Carmen y otros tantos que fueron víctimas de hurtos o intentos de hurtos en el último semestre del año.

Pueblo pequeño, ¿infierno grande o edén magnánimo?

Los vecinos del sector en su mayoría son personas que cuentan con una buena posición económica, teniendo en cuenta que el barrio Nueva Granada es estrato cuatro.

Foto tomada por Natalia Fernández

 

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Amanecer en las Remembranzas del pasado

Hace 78 años, cuando la Hacienda Santa Isabel era propiedad de la familia Gualtero Symonds, deciden vender los primeros lotes de la recién fundada Urbanización Nueva Granada, a los empleados del Ferrocarril del Pacífico. Sin embargo, la Urbanización no tuvo escrituras que legalizaran oficialmente la propiedad del barrio hasta los años 70, así lo refiere el Departamento Administrativo de Planeación Municipal de Cali.

Fue en esa época, cuando los vejestorios del barrio se convirtieron en testigos de la edificación de un pequeño barrio que conserva el aroma del bahareque. Ellos cuentan con orgullo y ojos luminosos, como si fuera ayer, las risas, los juegos, las comitivas, las luladas de varios días, las verbenas que se situaban entre las calles primera y tercera, las amistades, los días y las noches. Estela Echeverry hace 61 años vive en la cuadra de la segunda con 39 y tiene un particular seseo que la hace parecer propia del sur. A pesar de esto, baila con el swing caleño inconfundible. “Los diciembres eran espectaculares, eran muy alegres, se compartía mucho a nivel del plato típico. Las rumbas eran ahí en el barrio, las cuadras se cerraban para hacer las verbenas. Se pintaban las calles, los andenes, los muros. Y jugábamos el aguinaldo que era pedir y no negar, también el de hablar y no contestar”. Aunque se emociona al describir su juventud entre las largas cuadras de este lugar, cae en picada su tono de voz cuando recuerda que muchos de sus amigos ya pasaron a mejor vida y los demás están fuera del país.

Cuatro cuadras más abajo, en la calle 2A con 40, entre el sol ardiente de la mañana, se encuentra doña Liliana Reyes, la vecina de la casa más antigua de la cuadra con 50 años de antigüedad, se asoma a despedir a su pequeño de 23 años. “Nueva Granada es muy chiquito, porque Santa Isabel y el Lido son grandes. Pero si uno se pone a ver, Nueva Granada son siete cuadras porque va desde la primera hasta la quinta y de la 39 hasta la 42. Sino que la gente confundía Nueva Granada con Granada y la documentación la mandaban para Granada. ¡imagínese! iban a dar muy lejos”. A doña Liliana le brillan los ojos al evocar el pasado, las paredes blancas, las baldosas color amarillo con pintas negras desgastadas, los muebles estilo Luis XV, el retrato del Señor de los Milagros, todo, en esa amplia sala va cobrando vida, en tanto ella va reubicando la casa cómo se encontraba en su época de juventud. “Nosotros jugábamos ponchado. Éramos una galladota, los Ochoa, los Maldonados, los Rojas, los Jaramillo, y nos conocíamos la familia, eso era importante porque había mucho respeto y aunque ahí, nada más estaba Siloé, eso allá era una cosa y nosotros acá éramos otra. El día de las velitas jugábamos a la guerra de bombas contra los muchachos del Lido y Santa Isabel eso era muy divertido”, expresa doña Liliana con ansias de revivir ese pasado al que nunca imaginó tuviera que renunciar.

-Los tiempos han cambiado-,  expresa doña Liliana con aire desconsolador.

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“La calle es una selva de cemento...”

Doña Liliana y Kelly Lezama, la sardina de la cuadra siguiente, es decir, la calle 2A con 39, aunque no se conocen, ellas dos podrían tener mucho de qué hablar. La muchacha cuenta con gran emoción que aquí los jóvenes también se reunían en grandes grupos como en la época de antes.Hace 14 años este barrio de niños ‘pupi’ se plagó de los llamados “parches” cuando se dio el boom de los Alianza, Los Contra y La Rompe. Cada uno de ellos tenía sus respectivos clanes, algunos de ellos se hacían llamar: los Gold Star, Flow Factory, War Records, Makiavélicos, El Cartel, La Güetto, Fabela Full Records, entre otros. Casual o causalmente, inspirados por las letras de muchas canciones de reggaetón. Kelly, la rubia de ojos claros, recuerda que su tío hacía parte de los ‘Hellfish’, el clan del barrio, que se enfrentaban con otros bandos por motivos que ahora les producen gracia. “Ellos se juntaban y se enfrentaban con los de Siloé, y claro ellos llegaron a consumir vicio. Y pues uno los veía por ahí andando juntos para arriba y para abajo. Uno chiquito todo inocente los veía y decía ¡Ay tan chévere!”, narra con total naturalidad Kelly, la muchacha más conocida en el barrio, mientras contempla el francés perfectamente elaborado por su manicurista preferida ‘Angelita’ la que trabaja en la peluquería ‘Stylos’ ahí en la 39.

Un silencio incómodo, transforma el ambiente al notar la presencia de un joven que observa fijamente a la chica. Julián, amigo de infancia de Frank, y actualmente el único miembro de los ‘Hellfish’. Él, ahora se dedica a cuidar carros mientras ejerce su rol de ‘dealer’ en el barrio. Tan desorientado está, que aún no se percata de la muerte de su madre, quien perdió la vida a raíz de un cáncer al que quizá pudo haberle hecho frente si su único hijo no hubiera estado en las calles consumiendo cuanta pepa le ofrecían.

Juan Diego Aguirre, periodista de Las Dos Orillas, explica que en el 2007, se dio el auge del uso del Hi5, una red social que sirvió como puente para que estos parches programaran sus encuentros vía internet. Para sorpresa de muchos, lo que en un principio fueron peleas de colegios, se transformó en batallas campales entre los barrios sin importar el estrato social. En medio del enorme y despampanante árbol de 80 años que se encuentra en el jardín de Kelly, aparece su mejor amiga de toda la vida, Jisseth Muñoz, que vive en la primera con 39 y se conoce el barrio de ‘pe a pa’ pues en su adolescencia las calles fueron pasarelas para el desfile de estas dos jovencitas de 23 años.

Pueblo pequeño, ¿infierno grande o edén magnánimo?

El barrio Nueva Granada cuenta con 12 árboles aproximadamente por cada cuadra. El Lido, un barrio contiguo, tiene la cuadra más arborizada de Cali.

Foto tomada por Natalia Fernández

Un vals para todos

A veces días de lluvia, en ocasiones, días con sol. No importa, los 174 árboles de este barrio nunca descansan y al caer la tarde regresa su protagonismo, para dar inicio al concierto de la noche dedicado a Emmanuel, el gran futbolista de 10 años, David su amiguito, el nieto de doña Nidia, para don Libardo, que vive al lado de la panadería El Bizcocho, doña Mélida la señora del chance, doña Carmelita la abuela de Emmanuel; y a los más de dos mil  habitantes que afortunadamente escogieron este lugar para vivir.

Para sorpresa de muchos en el 2015 el Dagma catalogó a la Urbanización Nueva Granada como una zona de media densidad arbórea, un privilegio que no tienen muchos caleños en su lugar de residencia.

No se sabe a ciencia cierta si lo mejor de vivir en este barrio actualmente, sea la ausencia de vecinos bullosos con fiestas a diestra y siniestra o la privacidad de cada casa por lo enormes que son, quizá lo más atractivo de pasar los años aquí sea contemplar la sombra de los árboles, siempre intactas, siempre fuertes. Eternamente contando historias debajo de ellos.

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Cultura

Así se vivió el encuentro literario con Cherilyn Elston en 'Oiga, Mire, Lea' en Cali

En este espacio abordaron temas clave como el papel de la mujer en la historia de Colombia y las perspectivas del feminismo en la literatura.

Así se vivió el encuentro literario con Cherilyn Elston en 'Oiga, Mire, Lea' en Cali
Especial para 90minutos.co

En este espacio abordaron temas clave como el papel de la mujer en la historia de Colombia y las perspectivas del feminismo en la literatura.

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La doctora Cherilyn Elston, originaria de Londres, ha sacudido el panorama literario con su obra Women’s Writing in Colombia – An Alternative History. Un libro que profundiza en las voces y experiencias de las mujeres colombianas a lo largo de diversas regiones del país desde los años 70.

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Durante la Feria Internacional de Literatura "Oiga, Mire, Lea", Cherilyn Elston participó en un conversatorio titulado "La literatura diaspórica: repensando la escritura de las mujeres colombianas", junto a Viviam Unás, Lorena García, Vanessa Giraldo y Lina Buchely.

En este espacio abordaron temas clave como el papel de la mujer en la historia de Colombia y las distintas perspectivas del feminismo en el contexto literario.

En el conversatorio se trató un enfoque dentro de los estudios literarios que examina las obras de autoras colombianas que han vivido o viven en la diáspora. Lo que quiere decir, fuera de Colombia, debido a la migración o exilio.

Este tipo de literatura explora las experiencias de desplazamiento, identidad, pertenencia y la negociación entre culturas.

“Yo empecé a estudiar obras de autoras colombianas muy canónicas, y lo que me interesa de esas obras es que cuestionan los paradigmas del mundo”.

Mencionó la autora

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¿Cómo nació su interés por la literatura colombiana?

La literatura fue la razón que encendió en ella la chispa para descubrir Colombia. Decidió mudarse a Bogotá con el objetivo de perfeccionar su español mientras trabajaba como traductora.

A medida que se integraba en la vida cultural e intelectual del país, comenzó a explorar más profundamente su historia y su identidad cultural.

Para ella, lo que más le llamó la atención fue que existe un vacío evidente en la teoría literaria y en la historia que se cuenta de las mujeres colombianas.

Durante sus visitas a mercados de pulgas, en busca de libros olvidados, se topó con poesías y novelas que desafiaban los paradigmas tradicionales de la historia literaria de Colombia.

Cherilyn Elston

Fue entonces cuando se dio cuenta de que había un espacio en la academia que ella podría llenar. Decidió realizar una maestría y, más tarde, un doctorado, investigando el papel de las escritoras colombianas en la construcción de una narrativa alternativa.

“Yo empecé a estudiar obras de autoras colombianas muy canónicas, y lo que me interesa de esas obras es que cuestionan los paradigmas del mundo”.

Añadió Cherilyn

De su maestría nació su libro "Women's Writing in Colombia – An Alternative History", que examina no solo a varias autoras colombianas, sino también testimonios de excombatientes y poesía social.

En su obra, la autora cuestiona los paradigmas establecidos. Además, explora cómo las escritoras colombianas narran o desafían la historia del país a través de una perspectiva de género. Contribuyendo así a un nuevo entendimiento del feminismo en Colombia.

Daniel Mauricio Correa - Estudiante Taller de taller de periodismo UAO.

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Entretenimiento

Nazarit Machín: La modelo caucana que es portada de la importante revista de moda Vogue

Esta joven oriunda de Santander de Quilichao es la más reciente portada de la edición del aniversario número 25 de la revista Vogue Latinoamérica.

Esta joven oriunda de Santander de Quilichao es la más reciente portada de la edición del aniversario número 25 de la revista Vogue Latinoamérica.

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Nazarit Machín es la modelo Caucana que está revolucionando el mundo de la moda, pues con tan solo 19 años es la más reciente portada de la revista Vogue, una de las más importantes en moda a nivel mundial.

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"Surge porque mi agencia me dijo que la revista iba a ser alusiva a Colombia y querían que yo fuera la modelo, entonces yo dije bueno de una; el concepto era como resaltar la cultura, las frutas, la galería, flores, obviamente también resaltar a las marcas colombianas".

Esta joven que ha caminado por las pasarelas de marcas mundiales como Dior, Louis Vuitton y Maison Valentino nos contó cómo inició en esta industria donde Fabio Arias conocido director de una agencia de modelos de Cali le propuso ser modelo.

"Yo iba entrando al cine de un centro comercial y él se cruza conmigo y me preguntó si yo era modelo, y yo le dije: yo no soy modelo, y ya desde ahí me dijo que fuera a su agencia, entonces mi mamá investigó, se hizo todo el proceso y empecé".

Nazarit primera colombiana en trabajar con Louis Vuitton se prepara para New York Fashion Week, una de las semanas de la moda más importante en el mundo.

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Vogue 'Hecho en Colombia'

La portada de Vogue México y Latinoamérica para septiembre de 2024 destaca el tema 'Hecho en Colombia', celebrando la riqueza cultural y la diversidad del país.

Este número especial fusiona elementos del diseño local con la flora tradicional, creando una representación visual que rinde homenaje a la 'colombianidad' y a la identidad latinoamericana en general.

Este enfoque no solo resalta la moda, sino que también pone de relieve el talento de diseñadores y artistas colombianos, promoviendo una narrativa que valora la artesanía y la autenticidad.

La edición se convierte en un tributo a la creatividad y la innovación que emergen de Colombia, posicionando al país como un referente en el ámbito de la moda en la región.

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Cultura

‘Biciblemente’: Un libro entre historias de vida y bielas

'Biciblemente’ es la nueva y emotiva obra del escritor y periodista Lizandro Penagos presentada en el marco del Festival Oiga, Mire, Lea en Cali.

'Biciblemente’ es la nueva y emotiva obra del escritor y periodista Lizandro Penagos presentada en el marco del Festival Oiga, Mire, Lea en Cali.

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En el marco del Festival Internacional de Literatura Oiga, Mire, Lea, el docente, periodista y escritor Lizandro Penagos presentó 'Biciblemente', su nueva propuesta, que pretende mostrar al ciclismo como un símbolo de empoderamiento y redención.

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El libro se despliega a través de 10 perfiles periodísticos que van desde medallistas paralímpicos, hasta personas que encontraron en las ruedas y los pedales una salida a trágicas eventualidades.

“La bicicleta es una maravilla porque ella anda tanto como vos la pongás a andar, tanto como podás darle a esa máquina la posibilidad de que te represente; simboliza todo aquello que se puede lograr con el esfuerzo propio, el esfuerzo individual”

Dijo Lizando Penagos en el marco del Festival Oiga, Mire, Lea.

En la Biblioteca Departamental Jorge Garcés Borrero, en medio del conversatorio 15/12 Editores: Una apuesta por la edición independiente, tuvo lugar la charla en torno a 'Biciblemente'.

Esta recopilación de historias quiere, según contó el autor, mostrar a las personas con discapacidad como sujetos de la condición humana; personas con virtudes y defectos que van más allá de una limitación que de ninguna manera constituye la totalidad de su ser.

“Lo más importante al abordar un personaje que tiene una discapacidad, es dejarla de lado, es permitirle primero la humanidad, el conocimiento, los logros, la trayectoria; y ya al final, «ve, y te falta una pierna», pero jamás comenzar por la pierna”.

La inspiración para escribir

Lizandro Penagos contó que la semilla del libro se sembró en 2020, cuando comenzó a pedalear en medio de la pandemia. Penagos no tenía nada más que hacer y se encontraba en una finca, lejos de Cali.

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“Cuando regresé a la ciudad, empecé a hacer recorridos los martes y los jueves, y allí conocí a gente de todo tipo, una fauna tremendísima; pero había gente muy particular y eran quienes tenían cierta discapacidad y, a pesar de no estar completos, siempre tenían un mensaje de aliento, de resiliencia”

Fue en ese contexto donde nació el interés por estas historias que posteriormente desembocaron en perfiles; todos especiales, llenos de anécdotas, cercanía e introspección.

La sensibilidad y profundidad con que se encara a estos personajes demuestra la experticia de Lizandro no solo en su papel de escritor, sino también en su labor de periodista y curador de historias.

Deportistas destacados en ‘Biciblemente’ de Penagos

Entre la amalgama de relatos tocantes al proyecto, se pone de relieve la conversación mano a mano con el deportista Juan José Betancourt Quiroga, que a sus cortos 25 años ya es medallista de bronce en ciclismo adaptado en la modalidad de ruta en los Juegos Paralímpicos Tokio 2020.

Además, obtuvo el séptimo puesto en la contrarreloj individual masculina de París 2024, que se desarrolló el pasado 4 de septiembre; y fuerte contendiente a medalla de oro en Los Ángeles 2028.

En este apartado, se muestra la personalidad jovial del protagonista, sus deseos por sobrepasar sus límites y la percepción trivial que tiene de su parálisis cerebral; a la que le resta importancia a partir de la chanza y la jocosidad.

“Cuando le pregunté sobre la competencia en que participaba, le dio por responderme que en carrera de borrachos”.

contó el autor en la charla.

Una cautivadora historia de vida

Asimismo, resulta enriquecedora la historia de Alejandro Vargas, un triatleta, apasionado del karate y profesor de la Universidad del Valle que, sobre ruedas, encontró una nueva manera de ver el mundo y sobreponerse a la ausencia de una de sus piernas.

Tiene, además, dos hijos que son su motor. Sin embargo, confesó que en ocasiones la extraña.

“De todos los perfilados, solamente uno me lo dijo: «no te lo voy a negar, la extraño, no me hace falta, pero la extraño; yo quisiera bailar, quisiera montar en bicicleta con las dos piernas, quisiera practicar karate con las dos piernas, pero qué más da, ya no la tengo»”.

Por eso, si bien las historias son tratadas con la cautela mencionada, no se omite en ningún momento el hecho de que estas discapacidades son heridas que están en constante sanación. Y, en ese sentido, el texto logra moverse exitosamente en ese margen estrecho, en el que es preciso juntar la empatía, para solidarizarse con los perfilados.

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El libro contiene más relatos inéditos de personajes como el ciclista Jarlinson Pantano; Yadi Fernández, preelección Colombia de Fútbol Femenino que perdió una pierna; Edwin Zuñiga, un paciente de cáncer etapa 4 en la columna vertebral; y varias vidas más, cuya transformación se dio a partir del ciclismo y su exaltación de las capacidades del ser humano, de enseñarle que muchas veces los límites son autoimpuestos.

 “Lo más tenaz es que el que termina creyéndose que es discapacitado es uno, que tiene el cuerpo completo, y no hace lo que ellos hacen.”

De esta manera, quienes estén buscando una respuesta existencial en la literatura, tienen en 'Biciblemente', de Lizandro Penagos, un compendio de historias de vida revitalizantes y conmovedoras.

Este, al igual que muchos libros más, ya se encuentra disponible en las librerías del Festival Oiga Mire Lea, que se extenderá hasta el 8 de septiembre con presentaciones, charlas y conciertos en la Biblioteca Departamental en Cali.

  • Noticia escrita por Jhonier Mejía Giraldo - Estudiante de Taller 90 Minutos.

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