“Las ciudades prosperan cuando en ellas abundan las pequeñas empresas y los ciudadanos con formación”
Edward Glaeser.
Dicen los mayores estudiosos de la ciudad, que la creación de la primera aldea en Uruk - Mesopotamia (actual Irak), pudo haber tardado hasta 3.000 años, en un proceso que llevó al Homo Sapiens a detener su andar frenesí por el planeta entre 15.000 y 12.000 años atrás.
Desde las primeras aldeas creadas en la geografía de los valles más fértiles de la tierra, hasta la actualidad, el crecimiento de las ciudades ha sido imparable. Especialmente durante los últimos 250 años en que nuevos avances en industria, higiene, diversificación y especialización en la producción, intensidad de los intercambios comerciales, desarrollos tecnológicos, creación de nuevas instituciones públicas y generación de oportunidades de formación y trabajo, han atraído por cientos de miles a las familias del campo hacia las concentraciones urbanas.
Aunque el ritmo de traslado de la población del campo a las ciudades ha sido intenso, hasta hace muy poco (año 2007), la población urbana apenas pudo sobrepasar a la rural. Es decir, durante 12.000 años hubo más población en el campo que en las ciudades. En la actualidad (año 2023), el 56% de la población mundial habitamos en ciudades y se proyecta que en el año 2050 esta proporción rebase las dos terceras partes del total, y sólo una tercera parte permanezca como población rural. Esto, desde luego, son cifras que promedian la situación del globo porque no en todos los países el comportamiento es igual.
Lea también: ¿Qué es una ciudad?
En Europa, por ejemplo, el promedio de población urbana es del 75%. En Estados Unidos esta población llega al 82%. En la China equivale al 42% y en India tan solo es el 29%. En Colombia, en el año 2020, alcanzamos el 81% de población urbana. Si consideramos que en el año 1960 esta población era apenas del 46% del total de los colombianos, podremos apreciar en nuestro medio los efectos positivos de todos los factores por los cuales crecen las ciudades en el mundo; pero podremos apreciar también una situación que regularmente se invisibiliza, y es el impacto que los conflictos políticos y militares, con el consecuente despojo y desplazamiento de población rural, han tenido sobre la conformación de ciudades en nuestro país.
Las diferentes condiciones en que llegan las poblaciones a las ciudades producen también entornos de ciudad diferenciados, muy especialmente entre aquello que denominamos ciudad formal y ciudad informal; esta última ciudad autoproducida por las comunidades sin mayor apoyo institucional y regularmente sin acceso a empleo, servicios sociales básicos y reconocimiento de derechos.
Es necesario reconocer que ha habido esfuerzos importantes de los gobiernos nacional y de las entidades territoriales por hacer frente al fenómeno de la ciudad informal, pero sin obtener los resultados esperados. Muchos procesos erráticos, mal diagnosticados o formulados, sin suficientes recursos y voluntad institucional, sin apoyo de tantos actores necesarios, entre otros factores, dan cuenta de la incapacidad de la mayoría de los gobiernos para alcanzar un enfoque exitoso en este tema. En Cali no se ha podido enfrentar con determinación esta situación muy a pesar de existir diagnósticos completos desde el año 1997 (EMCALI), y avances en programas como el de Recomposición integral de zonas marginales -PRIZMA- (2004 al 2011), o los Territorios de inclusión y oportunidad -TIOS- (2012 al 2019). Estos no han tenido, o las formulaciones correctas, o el respaldo y los recursos que requiere enfrentar el tema con determinación. De tal manera, el reconocimiento del Derecho a la ciudad y la integración, principalmente de población en condiciones de informalidad, sigue en veremos.
Le puede interesar: ¿Un julio más?
El Derecho a la ciudad se ha constituido en el camino al que organizaciones multilaterales y gobiernos de todo el mundo, acuden para enfrentar los enormes déficits en materia de desarrollo urbano y territorial, especialmente lo relacionado con las dificultades de integración que enfrentan los inmigrantes en los nuevos espacios urbanos. El Derecho a la ciudad es un concepto creado por el sociólogo francés Henry Lefebvre en el año 1968, como el derecho a crear, construir, decidir y transformar la ciudad, pero sobre todo a disponer de un empleo, un lugar, y disfrutar de los beneficios del desarrollo espacial y económico. Luego la Organización de las Naciones unidas y otros autores han extendido el concepto al reconocimiento de derechos como la vida, la libertad de expresión, la libre asociación, la educación, la salud, el voto, la libre circulación, el trabajo, la vivienda y la propiedad privada.
El Derecho a la ciudad es hoy la principal preocupación de académicos, gobernantes y ciudadanos en todo el mundo. Por ello, desde la posición que me ha correspondido como académico y ciudadano, y muy pronto como gobernante, o cualquiera posición que el destino depare para mí, y para los miembros del Colectivo Urbano regional, dispondremos de toda nuestra capacidad para ser defensores del Derecho de quienes así lo decidan, a ocupar un lugar en Cali; en esta sociedad y ciudad en la cual usted crea, construye, transforma y se transforma, para su bienestar, el de su familia, su comunidad y el conjunto de la ciudadanía.
Debemos hacer posible una ciudad de población con alta formación académica y ciudadana, capacidad de emprender, con inmigrantes y desplazados integrados, con inclusión social, justicia espacial y ambiental, movilidad sostenible, segura y con la misión de generar bienestar para toda la población. Nosotros creamos la ciudad y estamos en capacidad de transformarla.
Nota:
El Colectivo urbano regional es un espacio para la creatividad y la democracia, de origen académico y con trabajo social y político. Estamos dispuestos a conversar con toda la ciudadanía interesada, sobre las CINCO ESTRATEGIAS PARA EL BUEN GOBIERNO DE SANTIAGO DE CALI. Por favor escríbenos al colectivourbanoregional@gmail.com.
Sigue nuestras redes sociales: