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¡Firme con el arquitecto!

Corría el año 2001 y me encontraba en la Universidad Politécnica de Valencia – UPV, cursando asignaturas para alcanzar el Diploma de Estudios avanzados en Arquitectura y territorio de dicha universidad, cuando recibí invitación especial de mi director de proyecto a un encuentro privado de los docentes de la escuela de Arquitectura con un maestro, nada menos que el arquitecto brasileño Jaime Lerner.

¡Firme con el arquitecto!
Foto: Especial para 90minutos.co

Corría el año 2001 y me encontraba en la Universidad Politécnica de Valencia – UPV, cursando asignaturas para alcanzar el Diploma de Estudios avanzados en Arquitectura y territorio de dicha universidad, cuando recibí invitación especial de mi director de proyecto a un encuentro privado de los docentes de la escuela de Arquitectura con un maestro, nada menos que el arquitecto brasileño Jaime Lerner.

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“La ciudad no es el problema sino la solución”

Jaime Lerner.[1]

Corría el año 2001 y me encontraba en la Universidad Politécnica de Valencia – UPV, cursando asignaturas para alcanzar el Diploma de Estudios avanzados en Arquitectura y territorio de dicha universidad, cuando recibí invitación especial de mi director de proyecto a un encuentro privado de los docentes de la escuela de Arquitectura con un maestro, nada menos que el arquitecto brasileño Jaime Lerner. Quienes hemos tenido la oportunidad de ser aprendices de maestro, reconocemos uno cuando lo tenemos al frente.

Similar experiencia tuve cuando compartí por unas horas con Rogelio Salmona en la ciudad de Alicante, en un evento donde éste realizaba una conferencia sobre su maestro y uno de los grandes entre los arquitectos modernos, Lecorbusier.

Iniciado el siglo XXI Jaime Lerner era ya casi un mito entre los profesionales de la arquitectura y urbanismo en el mundo entero. Alcalde de Curitiba en tres ocasiones y Gobernador del Estado de Paraná en dos oportunidades, había podido llevar a la práctica sus conocimientos sobre producción y transformación de ciudad, especialmente a través de un concepto creado por el finlandés Marco Casagrande, pero al que Lerner dio gran relevancia, la acupuntura urbana. Se trata de la promoción de intervenciones de revitalización en pequeña escala, pero con gran impacto en zonas sensibles, lo que generaría un efecto de encadenamiento de todas las mejoras alcanzadas.

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La ciudad es el agente de su propia transformación y como tal no es un problema sino la solución, indicaba con total convicción. Esto es solo posible porque, como indicaba otro maestro, Lewis Mumford, la ciudad junto con el lenguaje son los dos más importantes productos de la civilización. En síntesis, la ciudad es un producto social y por ello se parece a la sociedad que la construye.

El arquitecto y político Jaime Lerner puso todo su pensamiento urbano en práctica. Lideró junto con organizaciones sociales, políticas y gremiales, intervenciones importantes en materia de renovación urbana, movilidad sostenible, recuperación y disposición de nuevo espacio público, gestión integral de residuos sólidos, fortalecimiento de la democracia, entre otros.

La ciudad de Curitiba, que tuve la oportunidad de conocer en el año 2011 como Gerente de GIRASOL-EIC[2], es, a partir de la gestión de Lerner, un referente de buenas prácticas urbanísticas. Hoy en Curitiba, por ejemplo, se recicla el 70% de los residuos sólidos urbanos, mientras en Cali entre los años 2012 y 2015 liquidaron la empresa que habíamos creado con ese propósito. La presencia de residuos sólidos ordinarios y áridos o de construcción, en casi todo el paisaje urbano, es muestra de esta lamentable decisión adoptada por la Administración municipal y que sólo benefició a los operadores particulares del servicio público domiciliario de aseo en nuestra ciudad. Cali está al borde de una crisis en diversas materias clave de su desarrollo, entre ellas una muy grave de gestión de residuos sólidos.

Si las políticas públicas para la puesta en marcha de las transformaciones más importantes de Cali, en materia de gestión de residuos sólidos, movilidad sostenible, prestación de servicios públicos domiciliarios y de telecomunicaciones, renovación urbana, entre otras, no cuentan con empresas públicas que las agencien, o con aliados realmente interesados en su puesta en marcha, pero sobre todo con decisiones técnicas y políticas que es necesario adoptar urgentemente, será imposible que logremos recuperar el proceso de producción de una mejor ciudad.

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Hacer posible en Cali los cambios que han promovido los gobiernos y la ciudadanía de Curitiba en Brasil, Guayaquil en Ecuador o Buenos Aires en Argentina -para poner sólo algunos ejemplos cercanos y que conozco directamente- requiere de una transformación de la sociedad, de la mano de autoridades en planeación y administración pública que, como Jaime Lerner, no solo comprenda profesionalmente la complejidad de los procesos de producción del espacio urbano, sino, lo que es más importante, que se decida a actuar políticamente en favor del interés general.

Un arquitecto político no le vendría mal a Cali en momentos en que la ciudad ostenta una pésima imagen urbana en sectores centrales y del oriente, y que la malla vial se encuentra en pésimo estado en casi todos los barrios; en momentos en que las fracturas sociales están acentuadas, cuando el espacio público ha perdido el valor de cohesionador de la sociedad, o que la recuperación de residuos sólidos para el ingreso a procesos de economía circular no alcanza el 20%, o que la congestión vehicular alcanza grados de saturación importante o los comportamientos en la vía no son los más adecuados; hoy cuando la empresa de transporte masivo está al borde la liquidación o el patrimonio construido es atacado constantemente. Cuando los instrumentos de planeación no reflejan la realidad de la ciudad y no son útiles al desarrollo territorial sostenible.

La población de Cali necesita convencerse de que el desorden no es una opción inevitable. De que es posible cambiar para mejorar si comprendemos, como lo hicieron las poblaciones en las ciudades que han experimentado transformaciones maravillosas, que todo parte del momento en que se adopte la decisión correcta.

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Por eso invito a las caleñas y los caleños, nacidos o llegados, asentados definitivamente en este territorio para soñar, crecer, producir y disfrutar, a que tomen la decisión de llevar a la Alcaldía de su ciudad, al primer arquitecto y político que sueña, crece, produce y disfruta de esta ciudad como ustedes y que se propone orientar la transformación que Cali requiere como Distrito y como parte del Área metropolitana y la Región Suroccidente de Colombia.

Hasta hoy, hemos alcanzado el apoyo de más de 70.000 ciudadanas y ciudadanos, que con su firma refrendan la necesidad de contar en el tarjetón electoral con una candidatura realmente independiente y con un programa de gobierno estructurado y factible de realizar, como son las CINCO ESTRATEGIAS PARA EL BUEN GOBIERNO DE CALI.

A partir de ahora requerimos que el mensaje se multiplique y la ciudadanía advierta que no está obligada a elegir entre las mismas organizaciones políticas que durante varias ocasiones se han postulado sin éxito, o que se presentan como candidaturas independientes sin realmente representar el interés general.

Es el momento del cambio real. Soy David Millán Orozco, el arquitecto que Cali necesita.


[1] Jaime Lerner (1937-2021), fue un arquitecto y político brasileño, promotor de la transformación de su ciudad natal, Curitiba.

[2] GIRASOL EICE fue la primera empresa pública colombiana de Gestión integral de residuos sólidos, creada en Cali a partir del cierre del vertedero de Navarro y la Sentencia T-291 de la Corte Constitucional, que reconoció a los recicladores de oficio, su condición de empresarios del servicio de aseo.

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¡Sean más creativos!

Lo único cierto es que está campaña ha sido respaldada por empresarios con visión, innovadores y por la gente que quiere de verdad transformar la ciudad.

¡Sean más creativos!
Especial para 90minutos.co

Lo único cierto es que está campaña ha sido respaldada por empresarios con visión, innovadores y por la gente que quiere de verdad transformar la ciudad.

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Mucho se ha dicho sobre esta candidatura en los últimos seis meses. Que soy la de Jorge Iván Ospina, que soy la de Juan Carlos Abadía, que soy la de Dilian Francisca, ¿Con cuántas más maquinarias me van a relacionar para hacerle daño a esta aspiración?

A los que dicen que soy la del Alcalde los reto hoy a que presenten pruebas: ¿Cuánto dinero ha ingresado a esta campaña por parte de él o de su grupo? ¿Cuántas firmas nos recogieron para inscribir nuestra aspiración? Yo he sido crítica de los resultados de esta administración porque no podemos tapar el sol con un dedo. ¡Cali está mal y necesita una transformación inmediata!

A los que dicen que Abadía apoya nuestra candidatura, explíquenme porqué su Partido Liberal está con el eterno candidato Roberto Ortiz, quien campaña tras campaña se inscribe apoyado por los mismos politiqueros de siempre.

Mismo caso respecto a Dilian Francisca, dicen que es mi pariente (cuando ya expliqué mil veces el lejano grado de consanguinidad), que es mi jefe política. ¿Alguna vez me han escuchado o me han visto apoyando su actual candidatura a la Gobernación del Valle? ¿Dónde están las pruebas? ¿Dónde está la plata que ha ingresado a esta campaña por parte de Dilian?

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Otro que negó rotundamente que fuese a aliarse con la política tradicional fue Alejandro Eder, quien hoy posa feliz en compañía de los dueños de las maquinarias, tal vez respondiendo a una obsesión suya y de su familia por llegar a la Alcaldía de Cali.

Díganme, ¿por cuántos partidos políticos estoy avalada? ¿A cuántos medios de comunicación de pluma blanca estoy comprando para que hablen de mí? Ese es el caso de Diana Rojas, que permanentemente vive diciendo que es de la gente y la ciudadanía cuando públicamente ha admitido que es de Armitage y de Reyes Kuri.

Todos ellos están dispuestos a venderse por llegar a la Alcaldía de Cali y eso lo demuestran elección tras elección. Yo los invito a que sean más creativos e innovadores, pongan a trabajar sus equipos y paren ya con las mentiras

Lo único cierto es que está campaña ha sido respaldada por empresarios con visión, innovadores y por la gente que quiere de verdad transformar la ciudad. Nuestro aval nos lo dieron las 213.647 personas que firmaron y nos dieron su voto de confianza. Vamos a hacer historia con orden y autoridad. Vamos a elegir la primera alcaldesa de Cali: Miyerlandi.

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Derecho a la ciudad

Debemos hacer posible una ciudad de población con alta formación académica y ciudadana, capacidad de emprender, con inmigrantes y desplazados integrados, con inclusión social, justicia espacial y ambiental, movilidad sostenible, segura y con la misión de generar bienestar para toda la población.

Derecho a la ciudad
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Debemos hacer posible una ciudad de población con alta formación académica y ciudadana, capacidad de emprender, con inmigrantes y desplazados integrados, con inclusión social, justicia espacial y ambiental, movilidad sostenible, segura y con la misión de generar bienestar para toda la población.

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“Las ciudades prosperan cuando en ellas abundan las pequeñas empresas y los ciudadanos con formación”

Edward Glaeser.

Dicen los mayores estudiosos de la ciudad, que la creación de la primera aldea en Uruk - Mesopotamia (actual Irak), pudo haber tardado hasta 3.000 años, en un proceso que llevó al Homo Sapiens a detener su andar frenesí por el planeta entre 15.000 y 12.000 años atrás.

Desde las primeras aldeas creadas en la geografía de los valles más fértiles de la tierra, hasta la actualidad, el crecimiento de las ciudades ha sido imparable. Especialmente durante los últimos 250 años en que nuevos avances en industria, higiene, diversificación y especialización en la producción, intensidad de los intercambios comerciales, desarrollos tecnológicos, creación de nuevas instituciones públicas y generación de oportunidades de formación y trabajo, han atraído por cientos de miles a las familias del campo hacia las concentraciones urbanas.

Aunque el ritmo de traslado de la población del campo a las ciudades ha sido intenso, hasta hace muy poco (año 2007), la población urbana apenas pudo sobrepasar a la rural. Es decir, durante 12.000 años hubo más población en el campo que en las ciudades. En la actualidad (año 2023), el 56% de la población mundial habitamos en ciudades y se proyecta que en el año 2050 esta proporción rebase las dos terceras partes del total, y sólo una tercera parte permanezca como población rural. Esto, desde luego, son cifras que promedian la situación del globo porque no en todos los países el comportamiento es igual.

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En Europa, por ejemplo, el promedio de población urbana es del 75%. En Estados Unidos esta población llega al 82%. En la China equivale al 42% y en India tan solo es el 29%. En Colombia, en el año 2020, alcanzamos el 81% de población urbana. Si consideramos que en el año 1960 esta población era apenas del 46% del total de los colombianos, podremos apreciar en nuestro medio los efectos positivos de todos los factores por los cuales crecen las ciudades en el mundo; pero podremos apreciar también una situación que regularmente se invisibiliza, y es el impacto que los conflictos políticos y militares, con el consecuente despojo y desplazamiento de población rural, han tenido sobre la conformación de ciudades en nuestro país.

Las diferentes condiciones en que llegan las poblaciones a las ciudades producen también entornos de ciudad diferenciados, muy especialmente entre aquello que denominamos ciudad formal y ciudad informal; esta última ciudad autoproducida por las comunidades sin mayor apoyo institucional y regularmente sin acceso a empleo, servicios sociales básicos y reconocimiento de derechos.

Es necesario reconocer que ha habido esfuerzos importantes de los gobiernos nacional y de las entidades territoriales por hacer frente al fenómeno de la ciudad informal, pero sin obtener los resultados esperados. Muchos procesos erráticos, mal diagnosticados o formulados, sin suficientes recursos y voluntad institucional, sin apoyo de tantos actores necesarios, entre otros factores, dan cuenta de la incapacidad de la mayoría de los gobiernos para alcanzar un enfoque exitoso en este tema. En Cali no se ha podido enfrentar con determinación esta situación muy a pesar de existir diagnósticos completos desde el año 1997 (EMCALI), y avances en programas como el de Recomposición integral de zonas marginales -PRIZMA- (2004 al 2011), o los Territorios de inclusión y oportunidad -TIOS- (2012 al 2019). Estos no han tenido, o las formulaciones correctas, o el respaldo y los recursos que requiere enfrentar el tema con determinación. De tal manera, el reconocimiento del Derecho a la ciudad y la integración, principalmente de población en condiciones de informalidad, sigue en veremos.

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El Derecho a la ciudad se ha constituido en el camino al que organizaciones multilaterales y gobiernos de todo el mundo, acuden para enfrentar los enormes déficits en materia de desarrollo urbano y territorial, especialmente lo relacionado con las dificultades de integración que enfrentan los inmigrantes en los nuevos espacios urbanos. El Derecho a la ciudad es un concepto creado por el sociólogo francés Henry Lefebvre en el año 1968, como el derecho a crear, construir, decidir y transformar la ciudad, pero sobre todo a disponer de un empleo, un lugar, y disfrutar de los beneficios del desarrollo espacial y económico. Luego la Organización de las Naciones unidas y otros autores han extendido el concepto al reconocimiento de derechos como la vida, la libertad de expresión, la libre asociación, la educación, la salud, el voto, la libre circulación, el trabajo, la vivienda y la propiedad privada.

El Derecho a la ciudad es hoy la principal preocupación de académicos, gobernantes y ciudadanos en todo el mundo. Por ello, desde la posición que me ha correspondido como académico y ciudadano, y muy pronto como gobernante, o cualquiera posición que el destino depare para mí, y para los miembros del Colectivo Urbano regional, dispondremos de toda nuestra capacidad para ser defensores del Derecho de quienes así lo decidan, a ocupar un lugar en Cali; en esta sociedad y ciudad en la cual usted crea, construye, transforma y se transforma, para su bienestar, el de su familia, su comunidad y el conjunto de la ciudadanía.

Debemos hacer posible una ciudad de población con alta formación académica y ciudadana, capacidad de emprender, con inmigrantes y desplazados integrados, con inclusión social, justicia espacial y ambiental, movilidad sostenible, segura y con la misión de generar bienestar para toda la población. Nosotros creamos la ciudad y estamos en capacidad de transformarla.

Nota:

El Colectivo urbano regional es un espacio para la creatividad y la democracia, de origen académico y con trabajo social y político. Estamos dispuestos a conversar con toda la ciudadanía interesada, sobre las CINCO ESTRATEGIAS PARA EL BUEN GOBIERNO DE SANTIAGO DE CALI. Por favor escríbenos al colectivourbanoregional@gmail.com.

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¡Paremos a los ladrones!

El próximo gobierno de los caleños debe entender que la seguridad y la convivencia es una necesidad real y sentida que no da espera.

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El próximo gobierno de los caleños debe entender que la seguridad y la convivencia es una necesidad real y sentida que no da espera.

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Hace unos días caminaba con un grupo de vecinos por el barrio Puertas del Sol, en plena comuna 14. Una señora me decía que las cosas habían cambiado en el barrio, porque antes se podía salir con el teléfono en la mano y no pasaba nada, pero ahora ese gusto no se lo podían dar. En cada lugar en que paré, me dijeron exactamente lo mismo, que la inseguridad estaba disparada. Basta ver a diario los vídeos en redes sociales, que muestran un panorama de hurtos cada vez más violentos. Enjambres de ladrones en motocicletas que en cuestión de segundos le quitan sus pertenencias a los caleños, con la percepción de que nadie los va a defender.

Al finalizar 2022, los hurtos en Cali habían crecido un 25%, mientras que en 2023 la cifra mostraba un crecimiento preliminar de casi el 20%. Explicaciones puede haber varias, pero sin duda la percepción es que hoy roban más en Cali que antes y el rugir de una moto en un andén es motivo para perder la tranquilidad. Sabemos los celulares robados a dónde van a parar, así como sabemos a dónde van a parar las autopartes; pero los ladrones también saben que, muy probablemente, no serán atrapados ni serán judicializados. No tienen incentivos para dejar de delinquir.

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En todas las encuestas de percepción, la inseguridad aparece como el delito más preocupante. En un sondeo que realizamos a 600 ciudadanos vía telefónica, la preocupación más habitual es la inseguridad asociada al hurto. Los ladrones se han convertido en el mayor dolor de cabeza de los caleños y en una de las principales amenazas contra la calidad de vida. En últimas, lo que nos piden los ciudadanos a los aspirantes a la Alcaldía es que se pueda salir a la calle tranquilamente sin que un bandido en moto nos intimide con un arma y nos despoje de lo que con esfuerzo hemos adquirido.

Los recursos para enfrentar el hurto son limitados, pero creo que hay una receta para dar una pelea más efectiva. El primer paso es armonizar las relaciones entre el alcalde y la Policía Metropolitana, que no pasan por su mejor momento. Es difícil que las cosas funcionen cuando las dos entidades más importantes para la defensa de la seguridad y de la convivencia ciudadana no están bien coordinadas. Si esas relaciones funcionan mejor, podremos fortalecer 100 frentes comunitarios de seguridad en donde los datos nos arrojan que los ladrones más hacen de las suyas. Hay que dotarlos de tecnología y articularlos con una policía orientada al barrio que reduzca los tiempos de reacción y sea más efectiva.

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Por supuesto, tendremos que hacer un programa de actualización del sistema de cámaras, liberar a policías de labores administrativas y del cuidado de presos y hacer el esfuerzo por dotar a Cali de un centro de comando, comunicaciones, cómputo y control que mejore la transmisión de datos, de la videovigilancia y de la articulación de todos los organismos de seguridad y de atención de emergencias.

El próximo gobierno de los caleños debe entender que la seguridad y la convivencia es una necesidad real y sentida que no da espera. La situación es desesperante y la gran conquista de los caleños es arrinconar a los ladrones y ganar espacio para la libertad y la tranquilidad, que se traducen en calidad de vida. No tengo dudas de que focalizando recursos, con voluntad y con una adecuada coordinación de todas las instituciones vamos a hacer la tarea, ¡paremos a los ladrones! Podemos liberar a Cali del yugo de los delincuentes.

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