La salud mental en los niños es un tema que cada día cobra más relevancia en las familias. Entender, reconocer y gestionar las emociones desde temprana edad puede marcar la diferencia en el desarrollo emocional de los pequeños.
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La importancia de reconocer las emociones en los niños
Para que los niños puedan gestionar sus emociones, primero deben aprender a reconocerlas. Según Helen Bedoya, enseñarles a identificar lo que sienten es crucial para que luego puedan expresarlo y manejarlo de manera adecuada.
"Si desde pequeños aprenden a reconocer lo que sienten y a ponerle nombre, tendrán un camino más claro para gestionar sus emociones",
comenta la psicóloga.
Por ello, la comunicación entre padres e hijos es vital en este proceso, ya que fomenta la confianza y ayuda a que los niños se sientan comprendidos y acompañados.
Signos de alerta: ¿Cómo detectar trastornos como la ansiedad o la depresión?
Por otro lado, no todas las emociones negativas en los niños son signos de trastornos como la ansiedad o la depresión, pero es importante estar atentos a ciertos cambios en su comportamiento.
Helen Bedoya menciona que, cuando un niño presenta alteraciones en el sueño, cambios en los hábitos alimenticios o se aísla socialmente, podría ser un indicio de que algo no está bien.
Además, si aparecen dolencias físicas sin un origen médico claro, es una señal de alerta para los padres.
En este punto, la psicóloga subraya la importancia de observar y escuchar activamente a los niños para detectar cualquier posible problema.
El papel de los padres: ser ejemplo en el manejo de las emociones
Los padres son los primeros modelos a seguir en la vida de los niños.
La psicóloga enfatiza que los adultos deben ser coherentes con lo que les enseñan a sus hijos sobre el manejo emocional.
"Es muy común que un niño vea llorar a su mamá y cuando le pregunta si está llorando, la respuesta sea 'no'. Esto crea confusión, ya que el niño interpreta que el llanto es algo que debe ocultarse o que no es aceptable",
explica Bedoya.
Por ello, es fundamental que los padres validen las emociones de sus hijos y les enseñen, a través del ejemplo, que está bien sentir tristeza, enojo o miedo, y que esas emociones pueden gestionarse de manera sana.
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Creatividad y juego: Herramientas poderosas para la gestión emocional
De esta manera, el juego y la creatividad son esenciales en el manejo emocional de los niños.
Helen Bedoya destaca que estas actividades permiten a los pequeños externalizar sus emociones de una manera segura y natural.
"El juego es el espacio seguro donde los niños pueden expresar lo que sienten, muchas veces sin necesidad de palabras",
asegura la psicóloga.
Actividades como la danza, el teatro o el arte permiten que los niños liberen sus emociones de forma creativa, ayudando a regularlas y fomentando un desarrollo emocional más sano.
¿Cómo fortalecer la relación entre padres e hijos?
Además, estamos en un mundo donde los padres están cada vez más ocupados. Y es esencial encontrar momentos de calidad con los hijos es esencial para crear un vínculo emocional sólido.
Helen Bedoya recomienda a los padres dedicar tiempo exclusivo a sus hijos, incluso en medio de sus apretadas agendas.
"La calidad del tiempo que los padres dedican a sus hijos es lo más importante. No es necesario estar todo el día con ellos, pero sí asegurarse de que cuando estén juntos, haya un diálogo sincero, validación de emociones y una escucha activa",
afirma la experta.
Además, los padres deben evitar ser excesivamente inquisitivos, ya que esto puede generar una sensación de invasión en los niños.
En su lugar, es mejor fomentar una relación basada en la confianza y el respeto, donde los niños sientan que tienen voz y voto en las decisiones que afectan su vida.
Criando niños emocionalmente saludables
A su vez, la salud mental de los niños depende en gran parte del entorno familiar y de cómo los adultos a su alrededor gestionan sus propias emociones.
Según Helen Bedoya, al enseñarles a reconocer, expresar y manejar sus emociones desde temprana edad, les estamos brindando las herramientas necesarias para enfrentar el mundo con resiliencia y confianza.
"Criar niños emocionalmente saludables no solo es una tarea diaria, sino también un acto de amor que los preparará para ser adultos capaces de gestionar sus emociones de manera efectiva",
concluye la psicóloga.
Para concluir, la salud emocional en la infancia es fundamental, y los padres son los principales responsables de guiar este proceso.
Así, implementar hábitos de comunicación, creatividad y empatía en el hogar será la clave para el bienestar emocional de los más pequeños.
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