Salsa

Bobby Cruz, el cantante que no se escondía del diablo

El artista puertorriqueño es considerado un mito de la salsa. Junto con Richie Ray conformaron un exitoso dúo que transformó la sonoridad de Cali. Su primera visita fue en 1968 y después de eso nada fue igual en la musicalidad de esta capital. En Hormigueros, su pueblo, le construyeron un museo. Esta es la historia de un chico que comenzó a cantar por accidente.

Bobby Cruz, el cantante que no se escondía del diablo

El artista puertorriqueño es considerado un mito de la salsa. Junto con Richie Ray conformaron un exitoso dúo que transformó la sonoridad de Cali. Su primera visita fue en 1968 y después de eso nada fue igual en la musicalidad de esta capital. En Hormigueros, su pueblo, le construyeron un museo. Esta es la historia de un chico que comenzó a cantar por accidente.

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Por: Gerardo Quintero Tello - Jefe de Redacción de 90 Minutos
Diseño: Giovanni Castro
Audio: Moisés Molina

Roberto Cruz Ramos (Bobby Cruz)

Cuenta la leyenda que un día un joven músico, llamado Roberto Cruz Ramos (Bobby Cruz), llegó como toda las tardes de ensayo en el barrio latino de Harlem en Nueva York a tocar sus instrumentos. Roberto era versátil, a pesar de que no había estudiado música tenía una facilidad innata para tocar el contrabajo, el bajo y hasta los timbales. Era 1965 y un potente sonido salsero estaba por explotar en la escena de la música latina. Carlitos Arroyo era el cantante elegido de la orquesta para grabar el primer larga duración del grupo, pero justo ese día tuvo una crisis nerviosa que el pianista Richard Maldonado Morales no dudó en calificar como el instante “en que Carlitos se friquió”.

Ante la crisis nerviosa de Arroyo (que aún debe estar maldiciendo su suerte) el dueño de la casa disquera y el gran Chivirico Dávila, que tenía un timbre muy similar al de Bobby Cruz y que había notado que Roberto ensayaba los discos porque, además, eran composiciones suyas, le dijeron al inquieto joven “oye, cántalos tú”. Y como no había alternativa, el talentoso chico puertorriqueño le entró a la ‘cañona’ a los temas, sin ensayos ni preludios. La paradoja es que a Bobby no le gustó el registro de su voz y pensó que ese larga duración que ya estaba prensado sería un gran desastre, pero lo que vino posteriormente fue un ‘tsumani musical’ que nadie calculaba.

Bobby Cruz and Richie Ray.

La leyenda entonces comenzaba. Atrás dejarían sus nombres y aparecieron en escena los rótulos con los cuales serían conocidos en el mundo entero: Bobby Cruz and Richie Ray. Tres años antes, entre 1962 y 1963, Richie y Bobby se encontraron en Nueva York. Las madres de ambos se conocían, pero ellos apenas se saludaban. El cantante puertorriqueño tenía un grupo que se llamaba Bobby Cruz y los Ases del Mambo. A ese conjunto Richie, que era un musico de carrera, le hacía los arreglos, y a veces también tocaba el contrabajo, que era otro de los instrumentos que ejecutaba el rey del piano.

Sin embargo, Bobby no estaba conforme pues él quería dejar de ser telonero y tocar algo en grande. Un día Cruz le planteó a Richie juntar los caminos, unir su talento musical con lo que él había aprendido a golpes en la calle porque Bobby, ante todo, era un chico del barrio, de la esquina, de la avenida.

Inicios de Bobby Cruz

“Con Bobby nos comprometimos a hacer un trabajo en un hotel. Empezamos con cuatro músicos. Bobby no cantaba, tocaba timbales, después pasó a la guitarra, luego el bajo y finalmente a cantante. Después de ensayar por más de un año hicimos el primer álbum, donde están Comején, El mulato, Viva Richie Ray, etc”, le contó Richie Ray a César Pagano, en su libro ‘El imperio de la salsa’.

Atrás quedó la historia de Bobby Cruz y Los Ases del Mambo y nació lo que se convertiría en una leyenda, la Orquesta de Richie Ray, que se llamó así por una sencilla cuestión de marketing. Cruz sentía que su nombre estaba asociado con una agrupación de relleno, mientras que Richie era nuevo en el concierto musical que nacía y su nombre podía ser mejor recibido en el mercado angloamericano, que era finalmente donde querían pegar un gran ‘palo’ porque como me lo dijo Richie Ray en una entrevista, “si pegas un hit entre los gringos, ya puedes vivir tranquilo el resto de los años”.

‘El palo’ entre los gringos nunca llegó, pero a cambio el circuito salsero del caribe, Centro américa, Colombia y Venezuela los colmó de gloria. La impresionante voz de Bobby, capaz de alcanzar unas tonalidades muy altas, atípicas para la salsa, derivó en el bestial sonido que finalmente consiguió este matrimonio artístico que ya celebró sus ‘bodas de oro’. Hace unos años, durante un encuentro en el hotel Spiwak y mientras Richie atendía a unos fanáticos, Bobby se me acercó al oído y me reveló que “Richie me mataba en los arreglos poniendo las notas más altas de lo normal para que yo llegara al límite”.

“Ooh, siento una voz que me dice
Cuidao que te están velando
Oye esa voz siempre me dice
Cuidao que te están velando

Agúzate que te están velando
Pero yo no me escondo del diablo
Porque yo soy buena gente

Agúzate que te están velando
Que yo le bailo mi tingo talango como persona decente
porom pi porom una voz me está diciendo

Cuidao que te están velando” 

Basta escuchar su portentosa voz al interpretar Agúzate, tema incluido en un álbum grabado en 1970, para comprender de qué me hablaba Bobby. Es precisamente esa explosión musical que destila esa producción la que permite entender porqué la ciudad cayó rendida a los pies, las manos y el sonido de los ‘mamitos’.  Como me lo dijo Medardo Arias, el poeta y escritor bonaverense, esta ciudad se transformó cultural y musicalmente a través de la melodía frenética de esta dupla bestial. Medardo recordó que acababa de llegar de su tierra natal a estudiar Idiomas y Literatura en la Universidad Santiago de Cali y en un muro se encontró con un mensaje que en un principio lo desconcertó y luego lo atrapó irremediablemente: “Porque no se trata de sufrir me tocó a mí en esta vida sino de ‘Agúzate’ que te están velando”.

El excelso cronista Jefferson Ospina recuerda ese momento de esta manera: “Entonces, en 1971, el propio Andrés Caicedo ejecutó un acto, dentro de la crónica de su vida, de la más solitaria y heroica subversión. Diseñó e hizo imprimir decenas de carteles contra lo que él llamaba “el sonido paisa” y contra la que él denominaba “la censura a Richie Ray y Bobby Cruz” y los pegó por toda la ciudad, acto que habría de inmortalizar en el episodio del pobre y deshecho Rubén de su novela”.

Y es que ya el escritor de la obra literaria ‘Que viva la música’ había abierto el ring musical y luchaba contra “los graduados, los hispanos y demás cultores del sonido paisa, hecho a la medida de la burguesía, de su vulgaridad”.

“Voa aponerme mi traje de seda
mis zapatos ya voy a brillar
voa a coger mi sombrero de paja
y pa'l pueblo me voa a vacilá.

Cuando llegue el mulato a la fiesta
todo el mundo lo va a contemplá
y la negra más linda que encuentre
te aseguro la voa enamorar”

Tres años antes de los famosos carteles de Andrés Caicedo, ‘Los Durísimos’ habían pisado suelo caleño y el romance eterno comenzaría. Allí en la Caseta Panamericana, donde hoy se encuentran las Piscinas Panamericanas, un 26 de diciembre de 1968, Bobby Cruz y Richie Ray hicieron temblar el firmamento musical de la ciudad. La Caseta parecía a punto de caer, quienes fueron al concierto aún recuerdan el temblor en las piernas, las ganas de llorar, el paroxismo colectivo, la sensación de ahogo al creer que lo que se estaba viviendo era una fantasía y no una realidad. El escritor Umberto Valverde, testigo privilegiado de aquel acontecimiento, me lo recordó de esta manera: “Richie Ray y Bobby Cruz vinieron a Cali por casualidad, porque Tito Puente tenía la agenda llena y los recomendó. Pocos hoy pueden contar las noches de la Caseta Panamericana en 1968 y 1969: yo fui todos los días. Para mí, que sólo había visto en vivo a un mito como Pérez Prado, la presencia de Richie y Bobby fue un impacto tremendo. Su fuerza, su locura, el afecto con que se entregan en tarima, marcaron una huella”.

Y es que cómo no rendirse ante un estilo arrollador que intercalaba musicalizaciones de diferentes estilos. Sus influencias viajaban desde la música afrocubana, el jazz, funky, algo de blues, gotas de rock and roll y la particular cereza del postre, una música clásica que solo un genio como Richie Ray podía mezclar con todo lo anterior.

“Gan Gan y Gan Gon siempre están contentos
Gan Gan y Gan Gon siempre están contentos
nacieron gemelos allá en Monteadentro
nacieron gemelos allá en Monteadentro
(bis)

ellos solo son, ellos solo son
dos chicos piyuelos haciendo maldades
allá en Monteadentro
por ser como son, por ser como son
siempre están contentos
nada les molesta allá en Monteadentro
nada les molesta allá en Monteadentro”…

En 1975 aparece en escena un disco que rompe los moldes y que arrasa en Cali convirtiéndose en un éxito impresionante. Viviana Quintero recuerda cómo su prima Diana López la hacía bailar una y otra vez este disco que viaja a revoluciones indescifrables. Sandra Arámburo rememora cuando se volaba al grill ‘Honka Monka’ con su hermano Wálter a ver bailar al negro ‘Watusi’ y luego se tomaban la pista para imitar los pasos del mítico bailarín a ritmo de la descarga ‘Richie & Bobby’. Darío Herrera, Jorge Hernán Tello y Efrén Montaño aún atesoran en sus añejos recuerdos la polvareda que se armaba en los aguelulos que se armaban en los patios de las casas del antiguo barrio Periquillo, donde no había mosaicos y se bailaba a ‘full’ zapateo en los pisos de tierra cruda.

Gangán y Gangón eran dos chicos gemelos que allá en Monteadrento enloquecían a su padre, ‘El Viejo Cacique’. Y es que esa descomunal escala vocal con la que interpreta Bobby este disco hacía alusión a sus propios hermanos menores que con sus travesuras dejaban medio loco a su padre a quien en Hormigueros, pequeño poblado en Puerto Rico, llamaban ‘El Cacique’.

Hace apenas unos días Bobby, junto con su esposa Rose Cruz, tomó un vuelo desde Texas, se tardó cinco horas en llegar a San Juan, luego se montó en un vehículo y se demoró otras dos horas en arribar a su natal Hormigueros. Allí primero visitó el cementerio para revisar las obras de un mausoleo familiar que mandó a construir, visitó la tumba del ‘Cacique’, luego se encontró con ‘Gangán y Gongón’ y se marchó a inaugurar su sala de exposición permanente, ese museo que se construyó en su honor en el mismo salón donde en 1945 el pequeño Roberto comenzó a dar señales del talento que lo acompañará hasta el final de sus días.

Bobby pasó revista a toda la memoria desplegada en el recinto. Las paredes colmadas de información con datos históricos de todas sus etapas desde que salió con su madre del barrio Jaguitas a los doce años hacia su nuevo destino, Nueva York, daban cuenta de toda esa generosa historia artística hasta nuestros días. En ese museo que reconoce a uno de los ‘grandes caballos’ del hipódromo salsero están los Discos de Oro, biografías, trajes y una pantalla que proyecta sus apoteósicos conciertos de la mano de su gran compinche de la vida y de la música, Richie Ray, quien no pudo asistir porque se encuentra convaleciente afectado por esa ‘cosa que anda suelta’. La sorpresa corrió por cuenta del anuncio de la próxima película que Netflix estrenará sobre la vida de ‘Los Durísimos’ y su influencia en la cultura musical latinoamericana.

Dicen que nadie es profeta en su tierra, pero Bobby demostró lo contrario. Cuarenta y un alcaldes de Puerto Rico enviaron una proclama de felicitación y en la noche, en el Mercado Urbano de su pueblo, miles de personas lo escucharon de nuevo interpretando Gangán y Gangón, Agúzate, Juan en la ciudad y A mí manera, entre otros grandes éxitos. Algunos colegas como Pedro Brull, Charlie Aponte, Guillermo Rivera y Joy Hernández lo hicieron sonreír y de seguro rememorar aquellas épocas de fuego musical en la tarima. El homenaje al más grande hormiguereño se hizo realidad. El profeta volvió a su pueblo y lo enalteció.

Bobby, el que muchos decían que ya no servía; el que no se escondía del diablo porque él es buena gente; el mismo que buscó la forma de ser siempre diferente; el que nos dijo que era Babalú; ese cantante que nos traía de todo, incluso hasta un poco de coca… cola ya tiene su sitial de honor. Puedes estar tranquilo, ‘Viejo Cacique’, tú eres el líder de una tribu salsera que te amará por toda la eternidad.

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Salsa

Willy García, un artista ‘a prueba de fuego’ que celebra 30 años de trayectoria artística

En la memoria de los salseros retumban aquellas melodías como ‘Escombros’, ‘Gotas de Lluvia’, ‘Etnia’, ‘Eres’, entre otros múltiples éxitos que lo llevaron, junto con su afinada voz, a recorrer gran parte de Europa y América. Ha realizado conciertos en Bogotá, Medellín y ahora prepara el de este sábado 27 en Cali.

Willy García, un artista ‘a prueba de fuego’ que celebra 30 años de trayectoria artística
Tomada de redes sociales

En la memoria de los salseros retumban aquellas melodías como ‘Escombros’, ‘Gotas de Lluvia’, ‘Etnia’, ‘Eres’, entre otros múltiples éxitos que lo llevaron, junto con su afinada voz, a recorrer gran parte de Europa y América. Ha realizado conciertos en Bogotá, Medellín y ahora prepara el de este sábado 27 en Cali.

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Tres décadas de vida artística se dicen fácilmente, pero detrás de ello hay una senda de lucha, amor por la música y, por supuesto, demasiado talento.

Esta es la historia de Willy García, 30 años de sentimiento y sabor, de melodías que escucharán a continuación… Una historia que quizás comenzó con Escombros y la Suprema Corte, por esos años comenzamos a escuchar a un inquieto chico que tenía mucho talento, y que no solo cantaba sino que también tenía una gran facilidad para la composición, algo genético, tal vez, porque su abuela era una experta repentista, igual que tíos, primos, se les daba fácil aquello de crear canciones.

Y fue allá en Buenaventura, su tierra natal, donde comenzó esta historia que en la actualidad lo reconoce como una de las voces salseras más importantes de Colombia, con una proyección internacional potente y respetada.

“Haber nacido donde nací siempre lo he considerado como un premio. Haber nacido  en la familia que nací es otro privilegio y yo nací en una familia musical, mi abuelita cantaba muy bonito, también mis tíos. Hay un tío que es escritor también, entonces si tu ves todos hablan del arte, la música, la composición y todo esto siempre ha estado muy cerca. Efectivamente me crie con ganas de hacer lo que veía y escuchaba, yo veía mi gente feliz, entonces pues a pesar de todas las necesidades, tuve una niñez feliz”.

Afirma Willy.

Como el artista integral que es, nunca ha dejado de ser sencillo, humilde, tranquilo y, sobre todo, agradecido con quienes le dieron las primeras herramientas para defenderse en una vida artística que apenas imaginaba en su tierra natal.

“Escuchaba cantar a mis tíos y yo quería ser cantante. Veía a otro de mis tíos escribir y yo quería escribir, pero las que siempre impulsaron mi vida musical fueron mi mamá y mi abuela. Ellas fueron como como ese motor para que yo creyera en mis sueños y creyera en que era posible lograr lo que he logrado hasta el momento”,

me dice este gran talento vallecaucano que justamente este 27 de abril celebrará con un gran concierto estos 30 años de vida musical. 

Los siempre difíciles primeros años

Y lo que son los caminos de la vida, en medio de la nostalgia y el paso y peso de los años, Willy aún recuerda esa noche en que estuvo a punto de embarcarse con destino a los ‘yores’. Eran los tiempos en que los ‘norteños’, como se les llamaba a los polizones que salían de Buenaventura a Estados Unidos o Canadá, eran los reyes del puerto. Cuando lograban ‘coronar’ su aventura en alta mar, llegaban las historias —muchas de ellas exageradas— de una vida de lujos y excesos. En aquellos años ochenta eso impresionaba a los jóvenes y Willy no era la excepción. Una noche, mientras se preparaba para una nueva salida musical con la orquesta La Combinación, le llegó el mensaje de que todo estaba listo para embarcarse apenas terminaran.

“Al final, los consejos de mi abuela, de la familia, pudieron más. Yo tenía otra oportunidad y era la música”

Así recuerda Willly García, más de tres décadas después, este episodio que marcó la vida de uno de los artistas más importantes de la historia del Valle del Cauca. Willy, quien paseó con éxito su música por la Suprema Corte, el Grupo Niche y Son de Cali, sigue ahora una senda como solista en la que continúa ‘pegando’ un éxito tras otro. 

En la memoria de los salseros retumban aquellas melodías como ‘Escombros’, ‘Gotas de Lluvia’, ‘Etnia’, ‘Eres’, ‘La magia de tus besos’, ‘A prueba de fuego’, ‘Y entonces’, ‘Te amo’, ‘Amanecí con ganas de ti’, entre otros múltiples éxitos que lo llevaron, junto con su afinada voz, a recorrer gran parte de Europa y América. Pero siempre, en ese corazón lleno de melodía, su Buenaventura del alma siguió latiendo a ritmo de bongoes y tumbadoras. Por eso aquel recuerdo, que pocas veces ha revelado, le sirve para hacer ver que lo que necesita la gente de su ciudad son oportunidades.

Gotas de lluvia, no es el rocío
Lágrimas que vienen del corazón
Gotas de lluvia, no es el rocío
Lágrimas que brotan por que ya no hay amor

Pudiste haberme dicho que no
Que no sentías nada por mí
Que lo nuestro nunca fue algo especial
La vida cambia y todo tiene final
Una aventura fue para ti
Y fácilmente yo en tus redes caí
Un trago amargo que de ti recibí
Ahora no sé, no sé qué será de mí

‘Escombros’, con la Suprema Corte; ‘Gotas de lluvia’, con el Grupo Niche y ‘Te amo’, son temas imposibles de ser obviados para Willy en cualquier concierto. De hecho, este último, ‘Te amo’, tiene una particularidad que toca la fibra del cantautor y es que se trató de la primera canción que sonó en el proyecto Son de Cali y, además, porque se la escribió a su hija mayor y luego la cantó con ‘Lala’, su pequeña hija. “Esas son canciones referentes que han marcado momentos mágicos y es inevitable hablar de ellas”.

‘Gotas de Lluvia’ fue la canción que sin duda lo catapultó. El cantante recordó ese paso por uno de los grupos de salsa más exitosos en este género, cuando tuvo la oportunidad de mostrar su talento en el Grupo Niche.

"Me dijo el maestro Jairo Varela que le pusiera una boquilla porque el tema lo iba a cantar Charly. Entonces yo cogí la hoja, me metí al estudio y arranqué a cantar 'Gotas de lluvia, no es el rocío, lágrimas que vienen del corazón'. Dejé la guía y arranque para mi casa".

Enseguida cuando Willy llegó a la casa, inmediatamente lo llamaron para que regresara al estudio. "La sorpresa es que yo llego allá y estaba lleno de gente. Apenas entré a la cabina, el maestro dice les presento el nuevo cantante del Grupo Niche".

Este momento tuvo demasiado significado en la vida de Willy con la oportunidad de demostrar su voz y aprender junto a Jairo Varela.

“Defender un país con mis principios, con mis ideales
Defender una tierra, no sé si ajena valga la pena
Que aprendí a querer por que terminar como yo entre cadenas
Y un canto de amor acaba en llanto, en tanto, tanto llanto

Aprender a vivir entre el odio xenófobo grosero
Eso dio pie para sacar pecho de mi origen pueblero
¿De qué valió poner en alto, en lo más alto mi bandera altanera
Si el premio que recibo, sin motivo, es una larga condena?”

Uno de los temas que más tocó la fibra de Willy cuando estuvo con el maestro Jairo Varela fue precisamente ‘A prueba de fuego’, la inmensa tonada, composición de Jairo Varela, que se convirtió en un hito de la lucha que emprendía el maestro chocoano desde la cárcel. La voz de Willy se quiebra al recordar aquel momento, pero también se le infla el pecho de orgullo al saber que su voz quedó inmotalizada para siempre en este tema que incluso muchos melómanos consideran como el más emotivo que escribió Varela. 

“Recuerdo que con José Aguirre nos tocaba ir al lugar de reclusión del maestro Jairo Varela, suena extraño escuchar eso, pero es la verdad. Allá escuchábamos las canciones que tenía para los proyectos y en ese momento estábamos pendientes del álbum ‘A prueba de fuego’. Recuerdo que el maestro Jairo empezó con un disco que se llamaba La cárcel, esa primera versión la grabé yo. Y entonces cuando él empezó a cantarnos la canción estaba buscando un coro y nos dice, “que suene algo como ‘sáquenme de aquí, sáquenme de aquí”. Ese fue un momento difícil y muy duro porque el maestro entendió que el desespero comenzaba a notársele”.

Pero luego llegó el momento clave de esta historia pues después de ‘La cárcel’, García y Aguirre comenzaron a escuchar a Varela con ‘A prueba de fuego’ y rápidamente se dieron cuenta de que era una letra muy poderosa en la que el destacado compositor chocoano plasmaba toda su inconformidad, tristeza, amargura y desazón por lo que estaba padeciendo en la cárcel. 

“Pasar de una canción y luego escucharlo con ‘A prueba de fuego’ pues fue muy complejo. Cuando se pregunta en su letra de qué valió poner en alto mi bandera altanera, si el premio que recibo es una larga condena”, guaaau, eso es muy bueno. O fíjate en los soneos, cuando él empieza a decir a decir ‘sumo y resto y no he ganao, y a la cárcel me han mandado con testigos preparaos’, y empiezo a sentir esa impotencia del maestro. Además, fíjate en los soneos cortos, yo allí comencé a meterme en ese papel, él me iba cambiando cosas, pero siempre me permitía participar y allí pues yo improviso y meto lo mío, hicimos cosas bonitas como esas. Haber hecho parte de esta producción fue algo maravilloso, haberla liderado pues canté ocho de las diez canciones, fue un momento entre triste y mágico porque no es lo mismo narrar que vivirlo y el maestro Varela lo estaba padeciendo. Al final se logró un gran producto y el maestro Jairo Varela siempre mostró su genialidad”,

recuerda Willy.

Su experiencia con un ‘caballo’ salsero

También llegan otros recuerdos más cercanos como cuando Willy, un poco después de la pandemia, siguió produciendo música y se acercó al maestro puertorriqueño Gilberto Santa Rosa. Lo veo y no lo creo’  contó en la producción de Isidro Infante y Óscar Iván Lozano, con la grabación de los instrumentos en Colombia y de las voces en Puerto Rico. Desde hace tres años el excantante del Grupo Niche había hablado con el 'Caballero de la salsa' en diferentes presentaciones y fue hasta el 2020 que Willy escribió la letra para presentársela a Gilberto. “Cuando lo llamé me atendió con mucha amabilidad. Le propuse este proyecto y me dijo: ‘si estás tú y está Isidro, el producto debe ser bueno’"; recuerda con entusiasmo el cantante bonaverense al saber que estaría con un grande de este género.

Así, Willy viajó a Puerto Rico para grabar la canción. "Yan Collazo me recibió en el aeropuerto. Luego fuimos al estudio con el maestro Isidro y al llegar al estudio tuve mucha felicidad al estar y grabar con el maestro Gilberto. Fue un sueño cumplido porque logramos una química perfecta musicalmente y aprendí de un grande".

Al hablar de esa composición, Willy solo recordó que al final “las canciones llegan así en algún momento. Un día me levanté y tenía todo el tiempo en la mente ese coro 'lo veo y no lo creo'. Entonces empecé a escribir y argumentar con una historia. Quise darle un toque romántico y un poco de golpe. Me gustó mucho, el resultado fue el mejor”.

Esa fusión de talentos tiene una explicación, Willy dice que la salsa en Colombia tiene un toque de folclor y de cumbia, “entonces con la salsa puertorriqueña se tuvo un plus al ser una canción bacana y bailable”.

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Orgullo de Buenaventura

Este cantante, que se siente orgulloso de tener esencia de pueblo y está comprometido con su tierra, no niega sus raíces, recuerda con nostalgia a su abuela Hilma y, cada vez que puede, se da una escapada a su ‘bello puerto del mar’.

“A mí me duele Buenaventura y quiero aportar mi grano de arena para ayudar a tanto muchacho con talento que se pierde en medio de la falta de oportunidades”

Y fue así como en forma silenciosa Willy creó Tengo Fe, una pequeña fundación que tiene como propósito descubrir la calidad artística de chicos de Buenaventura, apadrinándolos en sus sueños de llegar a las grandes ligas de la música. Pero no solo eso, Willy también sabe que es la oportunidad para arrebatar de la violencia a muchos de estos pequeños. “Las posibilidades de que los chicos cojan un camino negativo están hoy más a la mano. Lo que visualizo es que los jóvenes que tienen diferentes opciones, por lo menos, se detienen a pensar un poco más. Es que sin oportunidades es muy difícil”, dice el artista ganador de múltiples premios por ‘Así se Baila en Cali’ y ‘Vos me debés’, dos de sus interpretaciones que fueron proclamados Disco de la Feria de Cali.

Willy se crió en el barrio Lleras, un barrio de  aquellos complejos de ‘Tura’, donde abundan las necesidades.

“El símbolo de todo esto es poder regresar al barrio hoy en mi madurez y tratar de ayudar a los que más pueda. Los voy a ayudar con música, quiero abrir de manera independiente y de corazón una oportunidad para que estos muchachos la puedan aprovechar”.

Y recordando su dilema cuando tenía 16 años, Willy se apresura a decir que “si hay oportunidades, es posible que tengamos que hacer menos correcciones a los más jóvenes. ¿Cuántos futbolistas, cuántos cantantes se han perdido porque no tuvieron una alternativa? Para mí Buenaventura necesita eso, más atención”.

Ahora Willy se concentra en su encuentro del sábado 27 de abril. “Esto es más que un concierto”, dice con plena seguridad. Y vaya que lo es porque lo cierto es que se trata también de un performance, de un acto casi teatral y musical donde Willy se reúne con sus amigos de antaño y rinde homenaje a músicos de La Suprema Corte, del Grupo Niche, a su gran amigo Javier Vásquez, con quien integró el recordado dúo de Son de Cali.

“Voy a llevarlos a un viaje, desde el presente hacia el pasado, vamos a tratar de que el público viva una noche mágica, de una historia contada y cantada”.

Cuatro temas claves para bailar con Willy García

'Escombros'
'Gotas de lluvia'
'Te amo'
'Amanecí con ganas de ti'

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Salsa

'A prueba de fuego': Willy García cuenta la historia de la canción que nació entre rejas

Esta fue una pieza musical que capturó la esencia y el sentir de Jairo Varela en un momento particularmente difícil de su vida. Aquí le contamos cómo surgió.

'A prueba de fuego': Willy García cuenta la historia de la canción que nació entre rejas
Prensa Willy García - Especial para 90minutos.co

Esta fue una pieza musical que capturó la esencia y el sentir de Jairo Varela en un momento particularmente difícil de su vida. Aquí le contamos cómo surgió.

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En una entrevista con 90 Minutos, Willy García, reconocido músico y exintegrante de las orquestas Suprema Corte y Grupo Nichey compartió detalles detrás de la creación de la canción "A prueba de fuego".

Esta fue una pieza musical que capturó la esencia y el sentir de Jairo Varela en un momento particularmente difícil de su vida.

García relata cómo, junto al maestro José Aguirre, visitaban a Varela en su lugar de reclusión para discutir y escuchar las nuevas canciones que él tenía preparadas para futuros proyectos.

Lea también: La historia detrás de 'Zúmbale' (éxito musical) contada por el mismo Henry Fiol

"Creo que fue la primera versión que grabamos en la cárcel, él nos contó la canción (...) fue un momento difícil porque estábamos Jose Aguirre y yo, y al maestro se le entendía, su desespero, se notaba su ansiedad".

Expresó García.

Sobre la lucha personal de Jairo Varela

La letra, que reflejaba su lucha personal y sus pensamientos más profundos, conmovió profundamente a García y Aguirre.

"Él mostraba su inconformidad. Cuando él dice '¿De qué valió poner en alto, en lo más alto mi bandera altanera Si el premio que recibo, sin motivo, es una larga condena?', muy fuerte".

Manifestó.

A medida que trabajaban en la canción, García pudo sentir la impotencia de Varela, lo que hizo que su colaboración fuera aún más significativa.

"Cuando él dice 'sumo y resto y no he gana'o y a la cárcel me han manda'o con testigos prepara'os' yo empiezo a sentir la impotencia del maestro y entro a asumir el papel, 'falsa acusación, troncó mi libertad', él me ayuda cambiando cosas, pero fue como siempre lo hacíamos".

Juntos, refinaron la letra y los arreglos musicales, creando una obra que reflejaba la genialidad y la profundidad artística de Varela.

Para García, formar parte de esta producción fue un honor y un desafío. Aunque inicialmente estaba programado que interpretara la canción completa, Varela decidió cortarla un poco.

"Él me permitía que participara, tenía confianza en el trabajo y logramos hacer cosas bonitas".

Explicó García.

Sin embargo, el proceso de crear la canción fue para García un momento "entre triste y mágico", donde pudo presenciar la narración viva de Varela sobre su propia experiencia.

Al final, el trabajo conjunto entre Varela y García, con el aporte de la compañía y otros colaboradores, dio como resultado una obra que perdurará en la memoria de quienes la escuchen. "A prueba de fuego" no solo es una canción, sino un testimonio de la grandeza artística y la humanidad de Jairo Varela.

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🔴El salsero Richie Valdés en 90 Minutos: Hablará de su vida, trayectoria y proyectos

Richie contará su importante paso por el Grupo Niche, Guayacán y su trabajo artístico como solista. Este artista, con una trayectoria amplia, revelará sus secretos en 90 Minutos.

Richie contará su importante paso por el Grupo Niche, Guayacán y su trabajo artístico como solista. Este artista, con una trayectoria amplia, revelará sus secretos en 90 Minutos.

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El Noticiero 90 Minutos hablará con Richie Valdés destacado artista, compositor, cantante, arreglista y músico chocoano.

Además, en el marco de los 40 años del icónico tema 'Cali Pachanguero', el salsero entregará detalles sobre las anécdotas alrededor de la canción emblemática de la ciudad.

Lea también: "Alguna de estas dos": Willy García y la orquesta donde le hubiese gustado cantar

También, Richie contará su importante paso por el Grupo Niche, Guayacán y su trabajo artístico como solista. Este artista, con una trayectoria amplia, revelará sus secretos en 90 Minutos.

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