A veces hay historias que parecen sacadas de un guion de película. Una de esas historias es la de "Zúmbale" de Henry Fiol, un himno que ha logrado conquistar las pistas de baile de todo el mundo, especialmente aquí, en la sucursal del cielo.
Henry Fiol, más conocido "El blanco que canta como negro" es cantante, compositor, percusionista, director de orquesta, fotógrafo e ilustrador estadounidense de ascendencia italiana.
Su ascenso a la fama inició en los años 80 por su estilo de cantar y sus letras relacionadas con el hampa y el mundo bohemio.
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"Zúmbale" es una canción que ha trascendido el tiempo y las fronteras, pero su viaje hacia la popularidad no fue el típico ascenso de muchos éxitos musicales. Henry Fiol, el genio detrás de esta canción, explica que:
"Yo grabé ese tema, creo que en el año 91 o 90 por ahí. Cuando lo grabé, nadie le puso atención. Voló por debajo del radar y quedó en el olvido durante unos 20 años."
Pero como si tuviera una cita pendiente con el destino, "Zúmbale" resurgió para brillar con fuerza. Comenzó a sonar en una discoteca muy popular en Madrid, España.
Desde allí, el tema se propagó por toda Europa y luego saltó hasta llegar a Latinoamérica. La canción encontró su hogar en las discotecas, donde la gente no podía resistirse a su ritmo pegajoso y su energía incontenible.
"La canción empezó a ganar tanta popularidad en las discotecas que las radios, sin necesidad de promoción, se vieron obligadas a ponerla al aire. (...) Imagínate, un tema que pega 20 años después de haber sido grabado, y de forma completamente natural. Es algo superraro".
'Zúmbale': Una inspiración de manera inesperada
Sin embargo, la historia de "Zúmbale" no termina ahí. La magia de la música, a menudo se encuentra en los lugares más inesperados. Para este cantante, la inspiración para "Zúmbale" le llegó de una manera inusual: en el salón de clases, cuando aún era maestro.
"Había dos dominicanas en el salón de clases jugando un juego de palmadas, como hacen las nenas. Me puse a escuchar y el ritmo de su juego me sonó bastante pegajoso y les dije: 'Díganme cuáles son las letras de tu juego, dicten despacio para que pueda anotarlo'".
Por supuesto, Henry Fiol se encargó de ponerle melodía. Así, Fiol tomó las palabras del juego y las convirtió en una melodía contagiosa que, 20 años más tarde, se convertiría en un himno; aunque Fiol admite que siente una combinación de felicidad y tristeza con esta canción.
"Aunque fue una bonita experiencia tener un tema pegajoso como 'Zúmbale', también me dio un poco de tristeza. Siempre he tratado de componer canciones con mensajes, con un contenido importante".
Expresa.
Sin embargo, esta es una canción que, a pesar de sus años, es una infaltable en las discotecas, que logra cautivar los pies del público y contagia a todos con su "Zúmbale-la-le-la-le".
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