Para este año, la Organización Mundial de la Salud, ha seleccionado la seguridad de la medicación como tema del Día Mundial de la Seguridad del Paciente; bajo el lema “Medicación sin daño”, haciendo un llamado a tomar medidas preventivas sobre el uso de medicamentos, para evitar consecuencias graves a casusa de prácticas inseguras.
Es común que, todas las personas del mundo en algún momento de su vida hayan tenido que tomar medicamentos para prevenir o tratar enfermedades. Sin embargo, es importante que su uso se realice de manera adecuada y guiada por el especialista; pues, pueden ocasionar daños graves si se almacenan, prescriben, administran indebidamente o si se controlan de forma insuficiente.
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Es importante, tener en cuenta que, la Resistencia a los Antimicrobianos, RAM, “es hoy una de las mayores amenazas para la salud mundial, la seguridad alimentaria y el desarrollo”. La RAM se produce cuando los microorganismos, entre los que se encuentran bacterias, hongos, virus y parásitos, sufren cambios al verse expuestos a los antimicrobianos; haciendo que los medicamentos se vuelven ineficaces y las infecciones persisten en el organismo, lo que incrementa el riesgo de propagación a otras personas, define la Organización Panamericana de la Salud, OPS.
Mantener la seguridad en el proceso adecuado de administración de medicamentos, es fundamental, pues su uso inadecuado puede dar lugar a graves daños al paciente; discapacidad e incluso la muerte. A esto se suma que, “la actual pandemia de COVID-19 ha agravado significativamente el riesgo de errores de medicación y los daños asociados”, advierte la OMS.
El doctor José Oñate, médico infectólogo, fiscal médico de la Asociación Colombiana de Infectología, ACIN, rememora cómo “la pandemia por COVID-19 ocasionó un sobrecupo en las admisiones hospitalarias; un incremento en el número de personas en estado clínico crítico, y una mayor proporción de pacientes con complejidad y severidad por coronavirus”.
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Por lo anterior, es importante, implementar medidas en el uso adecuado de medicamentos, más aún en este tipo de casos, por pandemia. Agrega el especialista en infectología que; “las consecuencias de los errores en la medicación pueden ocasionar eventos adversos; lo que genera un gran impacto en la salud de las personas y aumenta los costos en la hospitalización”.
La OMS, asegura que, “la resistencia a los antibióticos está aumentando en todo el mundo a niveles peligrosos. Día tras día están apareciendo y propagándose en todo el planeta nuevos mecanismos de resistencia; que ponen en peligro la capacidad para tratar las enfermedades infecciosas comunes”.
Es primordial, tomar medidas multimodales en pro de la seguridad del paciente, involucrando a todas las áreas claves asociadas a este problema; el doctor Oñate hace un llamado a vigilar y reportar la incidencia de eventos adversos, así como, a realizar una búsqueda activa e implementar medidas preventivas; sin dejar de lado, la capacitación a todo el talento humano en salud.
La resistencia a los antibióticos se acelera con el uso indebido y abusivo de estos y con las deficiencias de la prevención y control de las infecciones. Tanto la población en general, como los profesionales de la salud; pueden adoptar medidas para reducir el impacto de este fenómeno y limitar su propagación.
La población general puede:
- Tomar antibióticos únicamente cuando los prescriba un profesional sanitario certificado.
- No pedir antibióticos si los profesionales sanitarios dicen que no son necesarios.
- Seguir siempre las instrucciones de los profesionales sanitarios con respecto al uso de los antibióticos.
- No utilizar los antibióticos que le hayan sobrado a otros.
- Prevenir las infecciones lavándose frecuentemente las manos, preparando los alimentos en condiciones higiénicas, evitando el contacto cercano con enfermos, adoptando medidas de protección en las relaciones sexuales y manteniendo la vacunación al día.
- Preparar los alimentos en condiciones higiénicas tomando como modelo las cinco claves para la inocuidad de los alimentos de la OMS (mantener la limpieza; separar alimentos crudos y cocinados; cocinar completamente; mantener los alimentos a temperaturas seguras; y usar agua y materias primas inocuas);así como elegir alimentos para cuya producción no se hayan utilizado antibióticos con el fin de estimular el crecimiento, ni de prevenir enfermedades en animales sanos.
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Los profesionales de la salud pueden:
- Evitar las infecciones velando por la limpieza de las manos, el instrumental y el entorno.
- Prescribir y dispensar antibióticos solo cuando sean necesarios, de conformidad con las directrices en vigor.
- Notificar las infecciones resistentes a los antibióticos a los equipos de vigilancia.
- Informar a los pacientes sobre cómo tomar los antibióticos correctamente, la resistencia a estos fármacos y los peligros de su uso indebido.
- Informar a los pacientes sobre cómo se pueden prevenir las infecciones, por ejemplo, vacunándose, lavándose las manos, velando por la seguridad de las relaciones sexuales o cubriéndose la boca y la nariz al estornudar.
“Desde la Asociación Colombiana de Infectología, ACIN, nuestra invitación es principalmente a incentivar la coordinación y utilización de medidas preventivas; que de forma pedagógica se deben implementar en un corto plazo para disminuir la incidencia de eventos adversos. Es necesario fomentar una cultura de auto aprendizaje y fortalecimiento de cada una de las actividades que se realizan en la práctica médica; con equipos que trabajen de una manera coordinada, y siguiendo los lineamientos de las guías mundiales, nacionales, o locales”
concluye el médico de la ACIN.
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