Entre los últimos acontecimientos importantes que se destacan en nuestra ciudad se encuentra el del nuevo intento de implementar el modelo distrital. El 31 de octubre del 2022 fue radicado ante el concejo distrital de Santiago de Cali el proyecto de acuerdo con el cual se pretende reorganizar administrativa y políticamente la ciudad acorde con la Ley 1933 de 2018. Un proyecto que sin duda pretende transformar a Cali y permitirle un salto en el desarrollo a nivel estructural, administrativo y político. No obstante, entre los diferentes aspectos a considerar se encuentra el de la división por localidades, 7 para ser precisos, entre ellas una rural que aglutina los 15 corregimientos con los que cuenta la ciudad.
En una primera mirada, el proyecto propende por garantizar los servicios básicos, comunitarios e institucionales a la población, acercando los servicios de la administración a cada localidad. Sin embargo, esta propuesta no ha calado del todo entre la comunidad caleña ni entre los cabildantes del concejo, quienes lo ven como un desgaste administrativo que aumenta la planta de cargos y no generaría soluciones de fondo para los temas estructurales en la ciudad. Además de ello, implicaría una división aun mayor de los recursos de inversión en el presupuesto participativo a través de los fondos de desarrollo local. Máxime cuando la ciudad cuenta con los CALI (centros de administración local integrada) en cada comuna, los cuales cuentan con un director y una infraestructura pensada en acercar la administración a la comunidad, identificándose como facilitadores entre los diferentes trámites y servicios y los ciudadanos, además de dinamizadores entre las juntas administradoras locales y los diferentes organismos o secretarías al momento de presentar los proyectos para cada vigencia con el presupuesto participativo.
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En este sentido cabe la pregunta, ¿es realmente el rumbo a la división por localidades el más apropiado para la realidad de nuestra ciudad? Es aquí donde ciertos sectores consideran que el camino más práctico sería el de fortalecer la figura de los CALI´S y brindar las garantías para que la oferta en esos espacios sea de mayor alcance. Así no solo se contaría con un lugar al cual acudir cuando se tiene dificultades con los trámites y servicios, sino que se contaría con un espacio desde donde las secretaría de alcance misional permitan momentos de encuentro y construcción social de una ciudad que pide a gritos elementos que permitan recuperar la confianza y la identidad. Con ello, los esfuerzos del distrito especial podrían concentrarse en la potencialización de las vocaciones, tal como lo hacen Barranquilla (Distrito Especial, Industrial y Portuario) y Medellín (Distrito especial de ciencia, tecnología e innovación), quienes obviaron la distribución por localidades como funciona en Bogotá y centraron sus esfuerzos en potenciar sus respectivas vocaciones.
En este sentido Cali distrito especial deportivo, turístico, cultural, empresarial y de servicios debería enfocar todos sus esfuerzos en desarrollar cada una de sus vocaciones, incrementando, entre otras cosas el presupuesto a invertir cada año a través de esas carteras. Es innegable para quienes habitamos esta bella ciudad, que Cali tiene un alto potencial para grandes eventos deportivos. Es una realidad que la ciudad ha sido anfitriona en la actualidad de distintos eventos de talla mundial, por citar alguno, el mundial de atletismo U20 realizado en el presente año, el cual contó con la participación de más de 1500 atletas y 175 diferentes países. Evento que al igual que en el 2015 dejó sensaciones positivas y permitió en su momento ser el escenario para potenciar atletas de la talla de Anthony Zambrano medallista olímpico. De igual manera el año anterior la ciudad realizó los primeros Juegos Panamericanos Junior, entre muchos otros eventos que han potenciado el desarrollo de la ciudad, impulsando el turismo y el dinamismo económico.
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Queda ahora la inquietud de cuál será el rumbo que tomará este proyecto en el concejo de la ciudad. Al pasar de los días veremos si los cabildantes se inclinan por apoyar esta iniciativa de la administración local, o si establecen un claro precedente de que no están dispuestos a decir SI a todo lo que presenta el alcalde y se identifican esta vez con lo que realmente necesita la ciudad.
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