Colombia, epicentro mundial de la biodiversidad: Todo lo que debes saber sobre la COP16
El país acogerá la COP16 de Biodiversidad en Cali, del 21 de octubre al 1 de noviembre. Más de 190 países se reunirán para negociar acciones globales que protejan el 30% del planeta y restauren ecosistemas críticos.
El país acogerá la COP16 de Biodiversidad en Cali, del 21 de octubre al 1 de noviembre. Más de 190 países se reunirán para negociar acciones globales que protejan el 30% del planeta y restauren ecosistemas críticos.
Desde el 21 de octubre hasta el 1 de noviembre, Colombia será el anfitrión de la COP16 de Biodiversidad, un evento crucial donde se discutirán temas globales sobre la protección de la naturaleza.
A continuación, presentamos cinco claves para entender de qué se trata esta conferencia y su importancia.
1. ¿Qué es una COP?
En primer lugar, una COP, o Conferencia de las Partes, es una reunión internacional en la que los países discuten y negocian acuerdos sobre temas ambientales.
A su vez, la primera COP se celebró en 1992, en la Cumbre de la Tierra en Río de Janeiro, donde se crearon tres convenciones: la de cambio climático, la de biodiversidad y la de desertificación.
Además, este evento de cambio climático se celebra anualmente, mientras que las de biodiversidad y desertificación son bienales.
Por ello, este año tres COP coincidirán: la COP29 de Cambio Climático en Azerbaiyán, la COP16 de Biodiversidad en Colombia y la COP16 de Desertificación en Arabia Saudí.
2. La COP16 de Biodiversidad en Colombia
De esta manera, Colombia asumió el reto de organizar la COP16 de Biodiversidad después de que Turquía, el anfitrión original, renunciara debido a los terremotos de 2023.
Esta cumbre reunirá a más de 190 países y se celebrará en Cali, ciudad que estará dividida en dos zonas:
La Zona Azul, donde se llevarán a cabo las negociaciones de alto nivel.
La Zona Verde, que será el espacio para las actividades de la sociedad civil y organizaciones.
Uno de los focos principales de esta cumbre será la implementación del Marco Kunming-Montreal, aprobado en la última COP.
Este marco establece la meta de proteger el 30% del planeta, incluidas áreas terrestres, marinas y de agua dulce, para el 2030. También busca restaurar el 30% de los ecosistemas degradados.
Colombia ha planteado tres objetivos clave:
Financiar las metas climáticas.
Establecer un marco de acceso a los beneficios de los recursos genéticos.
Evaluar el progreso en las 23 metas de biodiversidad para 2030.
4. “Paz con la naturaleza”: el lema de Colombia
El país ha elegido el lema “Paz con la naturaleza” para la COP16.
Este mensaje busca concienciar sobre la urgencia de detener la destrucción ambiental y promover la participación de los pueblos indígenas; quienes desempeñarán un papel protagónico en la cumbre con eventos y movilizaciones que buscan proteger la biodiversidad.
5. La seguridad en la cumbre
El Valle del Cauca, sede de la cumbre, ha sido una región afectada por la violencia en los últimos meses.
A pesar de las amenazas de grupos armados, el gobierno colombiano ha garantizado la seguridad del evento, con el apoyo de la Policía de la ONU y un amplio operativo de seguridad para asegurar el normal desarrollo de la COP16.
En resumidas cuentas, el país está listo para asumir este reto, con la esperanza de que esta cumbre marque un antes y un después en la lucha por la protección del medio ambiente.
En el marco de la COP16, las autoridades locales han intensificado las medidas de seguridad en la ciudad, implementando un novedoso sistema de vigilancia aérea.
Este sistema, no solo promete mejorar la seguridad vial, sino también garantizar el bienestar general de los ciudadanos durante el evento internacional.
En las últimas horas, dos helicópteros de la policía han comenzado a realizar vuelos preventivos, equipados con tecnología de última generación. Esto para vigilar los puntos más concurridos de la ciudad, así como la Zona Verde de especial interés durante la conferencia.
Estos sobrevuelos, programados en rutas específicas durante el día y la noche, buscan disuadir cualquier acto delictivo y mantener la seguridad durante los días de la COP16.
Este sistema de vigilancia avanzada busca disuadir la delincuencia
El helicóptero dispone de un sistema de doble vía que permite mantener comunicación constante mediante el envío de imágenes y videos en tiempo real. Además, tiene un sistema de ubicación y láser que permite fijar objetivos en tierra y llegar a ellos de forma rápida y precisa.
"Tenemos un sistema de ubicación, un sistema de láser que nos permite hacer fijación de objetivos en tierra. También cuando nos da la patrulla una dirección lo que hacemos es ingresarla en el sistema y él nos va a arrojar de una vez el rumbo de la distancia y llegamos de inmediato".
Explicó Sebastián Daza, miembro de la tripulación helicóptero de la Policía.
El helicóptero está equipado con cámaras de alta tecnología, además cuenta con tres lentes: uno para visión diurna, otro para visión nocturna y un tercer lente que es especialmente útil para apoyar en situaciones de emergencia, como los incendios forestales, donde el humo o la bruma dificultan la visión.
Además, estos helicópteros tienen la capacidad de detectar drones no autorizados. Este sistema permite que las autoridades verifiquen que se cumplan todas las normativas de vuelo, evitando así incidentes o riesgos aéreos durante el evento.
Finalmente, la capital del Valle del Cauca se prepara para recibir a los participantes de la COP16 con alta seguridad que combina tecnología avanzada y un trabajo conjunto entre las fuerzas de policía, los bomberos y otras entidades de seguridad.
¡Cali sin salsa no es Cali! Los temas con más ritmo para escuchar durante la COP16
El encuentro de biodiversidad que se realiza en Cali es una buena excusa para recordar algunos temas que nos deja la salsa natura. Compositores y vocalistas que nos regalaron canciones para pensar, reflexionar, cantar y ¿por qué no? Bailar.
El encuentro de biodiversidad que se realiza en Cali es una buena excusa para recordar algunos temas que nos deja la salsa natura. Compositores y vocalistas que nos regalaron canciones para pensar, reflexionar, cantar y ¿por qué no? Bailar.
La puesta en marcha de la COP 16 es uno de los eventos más grandes e importantes jamás realizados en la capital del Valle del Cauca. Más de quince mil personas de todo el mundo se congregarán en la capital del valle alrededor de esta importante discusión de carácter ambiental.
A la par habrá decenas de eventos artísticos que incluirán, por supuesto, la temática salsera por la que es reconocida internacionalmente nuestra ciudad. Y siendo consecuentes con la apuesta medio ambiental en la que se encuentra inmersa Cali, en 90 Minutos les proponemos diez canciones afrolatinas que demuestran que nuestra música siempre ha estado preocupada por la naturaleza:
Que bailar y pensar no ha sido ajeno para la salsa y que el medio ambiente ha cruzado la vida de los grandes compositores de nuestra cosa latina.
Y es que como dice el escritor César Miguel Rondón, el hombre detrás de ‘El libro de la salsa, crónica de la música del caribe urbano’, históricamente la salsa siempre ha sido la voz del barrio, de los amores contrariados, de la vida precaria, de los ‘malandros’ y los desarraigados. Una forma de llevar el Caribe al escenario de la gran ciudad; una manera, también, de denunciar los despojos, la crudeza de la realidad que nos agobia.
“La calle está durísima”, cantaba Joe Cuba, y con esa frase condensó el espíritu de la salsa, recuerda el venezolano Rondón.
Como me dijo alguna vez en una conversación el cantante ‘newyorrican’ Henry Fiol:
“Yo soy un observador y veo la lucha que hay en Latinoamérica. Siempre he creído que la salsa no tiene que ser música de escape. Puede ser música con comida, con mucho contenido”.
Y esto es lo que hay aquí, salsa con contenido, composiciones con gran fuerza, mensajes de amor por la naturaleza, pero también de denuncias y alertas. Como todas las propuestas y clasificaciones esta es bastante subjetiva y pasa por los gustos del periodista y el conocimiento en torno a los temas. Para ustedes, salsa natura, salsa con mensaje para bailar, escuchar y, sobre todo, reflexionar.
“Recuerdo que en mi niñez Con mi viejo trabajaba Y él a la vez me enseñaba Cuánto valía la honradez Íbamos de cuando en vez A casa de Gumersindo Y él te decía: "yo colindo Con la finca de tío Pedro Me sirve de punta un cedro Y la loma del Tamarindo”
‘La Loma del Tamarindo’ es una de aquellas canciones que más le solicitan interpretar a Charlie Aponte en sus conciertos en Cali. Hay unas versiones que se pueden observar en Yotube absolutamente fabulosas.
Para mi gusto la versión que hace con Andrés Jiménez, durante un concierto hace cuatro años en Vieques, es sencillamente espectacular. Tal vez por la nostalgia campesina, tal vez por la simpleza de su letra o por la contundencia de su mensaje ‘La Loma del Tamarindo’ es prácticamente un himno latinoamericano.
“Y yo muy tranquilamente Me subo al rancho y lo guindo Porque se veía más lindo Después que estaba guindao Y miraba hacia el otro lao La loma del Tamarindo”
Esta fascinante composición jibarita fue escrita por el destacado trovador Ángel Luis ‘Güiso’ Santiago Rodríguez, nacido en las montañas puertorriqueñas en 1931. Este lugar del barrio Doña Elena de Comerío es un referente natural de la Isla y allí está aún el árbol de Tamarindo, con más de 200 años de edad y al que ‘Güiso’ le hizo un homenaje:
Reuniendo valores, trabajo, honradez, dificultades, esperanza y recuerdos
(‘… Y yo no olvido con cuanto afán mi buen viejo trabajaba, que día y noche se fajaba para conseguir el pan // Las cosas buenas no están, decía, pero no me rindo y yo tampoco prescindo de los días de la infancia, aunque perdió su elegancia la loma del tamarindo…’)
‘La Loma del tamarindo’ es un poema campesino, una vivencia de ‘Güiso’, un homenaje a sus vecinos, un guiño al verdor de las montañas, x (grabado en 1985) se convirtió en un himno de todos los pueblos.
“Hay luces en la montaña, siete velas encendidas declamando las abuelas su rosario al resto día, se oye la Santa María. Los misterios dolorosos, se oye el ruega por nosotros viven de noche y de día. Ya el reloj marca las diez, solo se escucha el cantar permanente del coquí, del múcaro en el guabá. El perro que en la escalera del batey no le teme al mugido del buey, va a su lado y da a entender con sus ladridos calla buey, calla buey que mi amo está dormido. Hay música en mis oídos, mi tierra en mi pensamiento y en mi corazón yo siento el rico cantar de aquel río. Las luces de mi bohío, ahora se están apagando parece que están sufriendo en el terruñito mío”
En Cali, Héctor ‘Tempo’ Alomar fue conocido a finales de los años ochenta por un tema que pegó en la rumba del barrio y se llamó ‘Calle Buey’. Donde cantó con Johnny Rodríguez y su Orquesta, y los inconfundibles coros de Raymond Castro y Ramón Rodríguez, los fundadores del Conjunto Clásico.
De hecho la composición es del genial Ramón Rodríguez que en este ‘numerito’ le cantó de nuevo al campo de Puerto Rico, a la sabiduría ancestral, al coquí, al buey, al perro y al múcaro (un pequeño búho). Una canción preciosa, con una brillante voz del tristemente fallecido ‘Tempo’ Alomar que lo mostró en toda su dimensión. La foto del álbum muestra a ‘Tempo’ con una tupida barba y bigote, rodeado de Raulín, Johnny Rodríguez y Alomar descansando sus manos sobre los hombros del gran compositor de Orocovis.
“Ya no se ve el humilde campesino bajar de la montaña por el camino. Ya no se ve el trapiche, el pilón y la maceta no se ve la carreta ni de pajas el bohío... Ya no hay aroma de caña y café y en la montaña el verdor no se ve. Todo se ha ido como esfumando qué pasará, me estoy preguntado qué pasará, me estoy preguntado... La naturaleza muere y el jíbaro está llorando Ya no se ve el humilde campesino confesó bajar de la montaña ni siquiera cantando”.
Y entonces en 1976, llega un portentoso Bobby Valentín, con un sonido fenomenal y saca al ‘marvelous’ en la delantera y el gran Marvin Santiago no desentona. ‘El Jíbaro y la Naturaleza’ se convierte en una crítica feroz al destrozo de la natura y, nuevamente, la salsa es el vehículo de denuncia. El sonido del cuatro, un instrumento tradicional de Puerto Rico, interpretado por Julio Eltin, en el minuto 3:27, es un guiño a la más pura tradición de la ‘Perla sureña’.
Y es que los recuerdos del Bobby siempre estuvieron en su pueblo: “Aprendí de mi papá, él me despertaba cuando era chiquito, tocaba el cuatro. Antes los padres cuando uno fallaba, con la mirada nada más tu sabías, no tenían que azotarte, sabías que habías hecho algo que no debías. Entonces yo acompañaba en la guitara y cuando daba un acorde que no era, pues me daba una tremenda mirada, como de fallaste, tú sabes. Y eso me enseñó mucho y me gustó. De ahí en adelante yo supe que iba a ser músico. Y fueron unos momentos bien lindos porque hicimos un trío en el pueblo donde yo me crie, en Cuamo”, me dijo el Bobby Valentín, durante una reciente entrevista.
“Yo quisiera poder aplacar una fiera terrible
Yo quisiera poder transformar tanta cosa imposible
Yo quisiera decir tantas cosas que puedan hacerme sentir bien conmigo Yo quisiera poder abrazar mi mayor enemigo
Yo quisiera no ver tantas nubes oscuras arriba
navegar sin hallar tantas manchas de aceite en los mares
y ballenas desapareciendo por falta de escrúpulos comerciales
Una de las canciones más hermosas, recordadas y citadas del gran Roberto Roena no es de Roberto y ni siquiera fue hecha inicialmente en tiempo de salsa. La canción 'El Progreso' fue una creación de dos monstruos de la música brasilera. Por un lado estaba Erasmo Carlos, conocido como ‘Tremendao’, uno de los grandes exponentes del rock del coloso suramericano, gran amigo de otro sinigual artista llamado Roberto Carlos, sí, ese portento de la balada que aún sigue sonando y cantando. Erasmo y Roberto no fueron hermanos de sangre, pero sí de la vida. Erasmo estuvo detrás de grandes éxitos de Roberto, uno de ellos ‘Es prohibido fumar’, uno de los primeros éxitos del baladista brasilero.
En 1976 ambos se unieron para componer y arreglar esta estremecedora composición denominada ‘El progreso’, prodigioso tema que es al mismo tiempo una reflexión poética y crítica sobre el desarrollo humano. Y su impacto en el medio ambiente.
De hecho, esta composición fue una de las primeras canciones en nuestro continente que abordó la problemática de contaminación. Y deterioro que casi 50 años después de grabada, confirma la alarmante preocupación que exponían ambos cantautores.
Este potente escrito cuestiona la destrucción ambiental. La terrible contaminación de los océanos, la eliminación de las especies, el comercio de las armas, la guerra, todo lo que nos lleva, precisamente, a la destrucción.
La repetición de la frase 'Yo quisiera ser civilizado como los animales' contiene una carga asombrosa de ironía. Y un martilleo constante para recordarle a los seres humanos que su papel en el planeta debería ser conservar y proteger, en vez de explotar esta tierra que es nuestra gran casa común.
“Yo quisiera no ver tanto verde en la tierra muriendo y en las aguas de ríos los peces desapareciendo Yo quisiera gritar que ese lago negro no es más que un negro veneno ya sabemos que por todo eso vivimos ya menos Yo no puedo aceptar ciertas cosas que ya no comprendo El comercio de armas de guerra de muertes viviendo Yo quisiera hablar de alegría en vez de tristeza mas no soy capaz. Yo quisiera ser civilizado como los animales”
Fue tal el impacto que este tema generó en tantas personas y artistas que dos años después, en 1978, Roberto Roena, el mago, el artista que creó un sonido propio e inigualable con su orquesta ‘El Apollo Sound’, se enamoró de ‘El Progreso’, le pidió al maravilloso músico Elías López que hiciera los arreglos y lanzó un álbum con ese nombre: ‘El Progreso’.
El tema fue un completo éxito interpretado por Carlitos Santos, un artista con un hermoso registro de voz que lo recordamos en otro tremendo tema de Roena que se escuchó en Cali en cada esquina del barrio: ‘El lamento de Concepción’, que curiosamente también está incluido en este mismo álbum. Disfruten y reflexionen con ‘El Progreso’ en la voz de Carlitos Santos, y déjense contagiar por el juego de violines que acompaña la fabulosa interpretación.
“Por la mañana temprano al salir el sol Cantando el señor su lindo cantar Un cantar que dice así Señores ya amaneció Que dice así Se oye por el cafetal al jibaro laborando Y mientras va trabajando se escucha con su cantar: Yo vivo mi vida en el cafetal Y me baño con las aguas del manantial Jibarito no se apura pues le gusta laborar Cantando a la borinqueña se levanta Pero yo vivo mi vida tranquilo en mi cafetal”.
A comienzos de la década de los años ochenta floreció una joven banda con tres precursores que hicieron historia: Raymond Castro (el promotor), Ramón Rodríguez (compositor) y Tito Nieves (líder vocal). Su primer álbum fue un completo éxito, pero especialmente en Cali donde dieron su primer concierto en 1980 de manera estelar en un noche espectacular de agosto en el Coliseo El Pueblo. Con la presencia de los grandes artistas de Fania como Cheo Feliciano, Rubén Blades, Héctor Lavoe, Pete ‘El Conde’ Rodríguez, entre otros.
En ese primer álbum descollaron los temas ‘Los Rodríguez’ y ‘Sin rumbo alguno’, pero la verdad es que lo que hizo Ramón Rodríguez fue magistral en sus composiciones. ‘Al salir el sol’ es una oda al trabajo, al campo, una letra sencilla y portentosa como solo podía hacerlo el gran Ramón Rodríguez, ese jibarito, ese hombre campesino que le cantaba a la montaña, al cafetal, al coquí, al lago, al río, al pez.
“Sí, porque lo que sucedió es que yo unía el ritmo cubano con el sentimiento campesino puertorriqueño. Entonces, esa unión de ritmo y sentimiento es bien fuerte, porque yo soy muy sentimental, la tristeza la dejo saber en mis letras, la alegría la dejo saber en mis letras. Y eso ayuda mucho, porque yo no leo libros, porque ya no puedo leer libros. Si leo libros, me pongo en un doctorado y empiezo a mencionar palabras de doctores y cosas. Yo soy de la calle, pero con sentimiento y todo eso. De esa mezcla se hizo lo que soy y lo que quise hacer”, me dice Ramón Rodríguez al recordar sus comienzos.
Nacido en 1947, en el Corazón de Puerto Rico, en un pueblo campesino como Orocovis, Ramón muy pronto se vio envuelto en el conflicto militar que Estados Unidos enfrentaba en el continente asiático. La guerra pronto estuvo en su vida y el conflicto en Vietnam lo encontró prestando el servicio militar. Sin duda esa experiencia marcó su alma sensible y lo condujo por unos espacios en los que él se sentía cómodo, escribiendo sobre sus experiencias y transmitiendo su alma en cada verso.
En medio de la crudeza de la guerra, de las explosiones, la sangre, la pérdida de amigos y las malas noticias, Ramón debió recordar en su cambuche las raíces taínas y la noble valentía de su pueblo. Seguro a su memoria llegaban como flashes intermitentes la cueva de los indios, el lago de matrullas, el río Toro Negro y las quebradas Doña Juana, Palmar y Cacaos, todas esas maravillas naturales de las que bebió para darle rienda suelta hermosas composiciones como esta: ‘Al salir el sol’.
“Es un estilo de campo, pero bailable y sentimental, y tiene tantas cosas juntas que hacen eso, que no es fácil, pero lo conseguí, lo conseguimos con la ayuda de los músicos, con la ayuda de todos ustedes, pero se consiguió. Un estilo de música que le llega más al pueblo creyente, no a la salsa esa de que no importa lo que se haga con el arreglo, que salga lo que sea, que igual lo bailan. No, aquí se baila y se escucha, porque también es música educada, no es una música de relajo. Yo escribo las cosas para que los niños aprendan lo que es un piragüero aquí, que aprendan lo que es un quincallero o cosas de campo. Yo no sé, me salió así”, me dice con esa nostalgia que siempre transmite el gran Ramón.
“Y todos esos barcos continuamente llegaban Cargados de esperanza, ilusiones y alegrías Limpio eras y abundante tu caudal Surcando el valle al norte tu ruta continuabas Y en todo tu trayecto miles de pescadores Con cañas y atarrayas extraían de ti un manjar Eso cuenta mi abuelo y una lágrima de repente En su rostro se asoma, le invade la nostalgia Oh Cauca, mi río Cauca, mucho te han maltratado, Te asfixia el desarrollo, llevas en tu vientre La inconsciencia de la gente, cual anciano Indigente hoy transitas taciturno y triste”
Y desde Cali, llega la agrupación femenina más emblemática de la ciudad, la Orquesta D’Caché, que de la mano de un dúo maravilloso: José Norbey Arias y Francia Elena Barrera escribieron una nostálgica composición recordando nuestro amado río Cauca. En esa letra se esconde la hermosura del afluente, pero también el dolor por la pérdida paulatina de sus madreviejas, su riqueza floral y de fauna.
Para José Norbey esta composición, ‘Mi Río Cauca’, responde a un recuerdo, pero también a un clamor, a un llamado a la consciencia para salvar un río que ha sido clave para la vida de todo el Valle que lleva su nombre.
Una expresión que comparte Francia Elena quien no logra entender cómo no protejemos una fuente de vida, de alimento, de fauna, de flora, simplemente, de vida.
“Aguanile, aguanile Santo Dios, santo fuerte, santo inmortal Aguanile, aguanile, mai mai Aguanile, aguanile, mai mai Eh, aguanile, aguanile Aguanile, aguanile, mai mai Aguanile, aguanile, mai mai Aguanile, aguanile, mai mai Eh, Kyrie Eleison, Christe Eleison, no te metas a mi moña Que yo también me sé de eso Aguanile, aguanile, mai mai Aguanile, aguanile, mai mai Oye todo el mundo reza que reza Pa'que se acabe la guerra Eso no se va acabar eso será una rareza”
Entre los años setenta y ochenta una corriente espiritual se tomó la música afrolatina. La religión yoruba o santería cubana impregnó a muchos de los músicos maravillosos de aquellos años. Héctor Lavoe y Willie Colón no fueron ajenos a esa corriente espiritual y musical. De hecho en nuestra cosa latina, Larry Harlow, el judío maravilloso, le hace un guiño en un tramo de la película que resultó fundamental para ese fenómeno llamado salsa.
“Larry preparó el asunto de la santería (la escena de la ceremonia religiosa), fue idea de Larry. Estaba realmente interesado en la santería”, recordó años después Leon Gast, director de ‘Our Latin Thing’. La verdad es que la santería arrasó creó todo un concepto, los músicos acudieron a beber de la mata y se encontraron nuevamente con la raíz cubana y lo que vino después fue una cascada de producciones de Barreto, Richie Ray, Lavoe, Celia, que le cantaron a los orishas y toda el santoral de divinidades de la santería cubana. Y allí, por supuesto, estaba toda la furia africana de la naturaleza contenida en varios de los dioses que se cantaban al unísono en cuanta rumba existía.
La santería, la música campesina cubana y la salsa tienen un matrimonio indisoluble. Una historia forjada a golpe de tambor y deidades que se entremezclaron con los santos de la religión Católica y construyeron una alabanza y una musicalidad que hizo historia en el concierto artístico antillano.
Héctor Lavoe fue uno de ellos. Algunos amigos cercanos al ‘Rey de la puntualidad’ dicen que estaba consagrado a Changó. Y cuentan que antes de cada concierto oraba frente a un puñado de flores blancas en homenaje ‘al guerrero que nunca perdió una batalla’.
Las referencias a la religión Yoruba del ‘gran brujo’, como le decían algunos allegados a Lavoe, son permanentes en su musicalidad. A Ochún y Yemayá les dedica un disco en el que les pide ‘que le presten su voluntad para pa’lante poder caminar’; en ‘Aguanile’, una palabra que proviene de la cultura Yoruba y significa ‘limpieza para tu casa’, Héctor hace una especie de rito en el inicio del disco y le canta al ‘Santo Dios, al Santo Fuerte, al Santo Inmortal’. ‘El flaco de oro’ llevaba siempre en el cuello un collar de cuentas rojas rematado por un pequeño carcaj con flechas de oro.
Canciones como ‘Cheche Colé’ y ‘Aguanile’, en su voz, se hicieron populares en África. Continente al que viajó con la Fania All Stars en 1974. Visitaron Zaire, nación por entonces gobernada por Mobutu Zeze Seko, quien en su cruel y largo mandato muchas veces recurrió a las divinidades yorubas para que lo salvaran del peligro.
En varios de sus conciertos, incluido el icónico de Fania All Stars, se puede apreciar, además del collar, la protección que le brinda el Iddé, una manilla de cuentas verdes y amarillas, que cuida a quien la porte ya que pertenece a los hijos de Orula, la dueña de los oráculos y quien se encarga de mirar el destino de los hombres y su futuro. Pero como todo tiene su final, la Virgen de Regla y Las Siete Potencias se cansaron de sacar a Lavoe de apuros y el 29 de junio de 1993 ‘El cantante de los cantantes’ le diría adiós al mundo material, pero rápidamente ascendería a deidad salsera.
“Agallú solá, préstame tu espada, tu espada bendita que quiero vencer Agallú solá, préstame tu espada, tu espada bendita que quiero vencer
Vencer a mis enemigos, que por envidio deseo Ay que ayúdame San Miguel, ayúdame San Mateo
Agallú solá, préstame tu espada, tu espada bendita que quiero vencer Agallú solá, préstame tu espada, tu espada bendita que quiero vencer El chivo vere mio ni gua, gua, a cuara cuba camá El chivo ve re mio ni gua, gua”
Pero fueron, precisamente, ‘los mamitos’, Richie Ray and Bobby Cruz, los que más exploraron la sonoridad potente de las divinidades salseras y se zambulleron para navegar en las profundidades de la santería cubana. La experimentación musical fue la clave de la vida artística del dúo maravilloso. No hay duda de que Richie y Bobby fueron unos adelantados y no tuvieron ningún temor en entrar a un mundo al que muchos miraban con recelo.
Y precisamente uno de sus temas más potentes se llama ‘Aggayú Solá’, el orisha que representa la portentosa fuerza de la naturaleza, los ríos embravecidos, la explosión titánica del volcán, la enorme energía que desata el terremoto, la fuerza descomunal que hace girar el universo, el vigor que hace retroceder las aguas del mar y revela un maremoto destructor.
‘Aggayú Solá’ es el padre de ‘Changó’ y su nombre significa ‘el que cubre el desierto con su voz’. Es el gigante, el dueño del fuego, el belicoso, el descomunal, el colérico, el impredecible, es la gran fuerza natura a la que Richie y Bobby le hicieron un homenaje.
Se oye leyendas por el camino bejucos y jibaradas de sueños en la andanada de flamboyanes y trinos. Son cuentos de campesinos de lunas, sol y alboradas de montes y de quebradas de playas y de bohíos. Cantares del pueblo mío su vida y sus esperanzas su tiempo de lontananza de madrigales y ríos. Ay Dios! cosas nativas. Ay! mi Dios... cosas nativas
En 1981, Tommy Olivencia lanza un álbum denominado ‘Un triángulo de triunfo’, que contenía una de las canciones más hermosas dedicadas a la naturaleza. ‘Cosas Nativas’, una composición de Rolando Gorrín se transformó en la juvenil voz de Frankie Ruiz en el tema que lo catapultó a la tempranera fama.
Esos pregones repetidos por el eco de los campos inundaron la ‘Isla del Encanto’, y llenaron de caña y vino, de tabaco y de café los campos de todo el continente salsero.
Las leyendas campesinas del jibarito en la que una ranita llamada coquí tenía sed de agua pura cristina se convirtieron en una suerte de oda a la naturaleza, de amor por lo más profundo de nuestra Madre Tierra.
“Hermano, cuida tu flora Que es cuidar tu fauna Es cuidar tu vida ¡Eso! Montaña que te elevas, sobre el nivel del mar A ti, más se hizo brillante, mi voz te va a cantar Por intrincada que estés, con toda tu frondosidad Siendo usted el pulmón del planeta, porque te hacen llorarPrepara tuuuu, prepara tu taaaaanda Que vienen a derribarte con armas los hombres malos Le sucede al Amazonas, y a todos los bosques del mundo Que lo quieren derribar, nadie, nadie los vuelve a sembrar A ti, a ti, a ti A ti naturaleza, que te quieren destruir Yo siempre estaré a tu lado a vencer, al hombre malo”
Y ahora para ustedes, el tema que en mi sentir debería ser la banda sonora de la COP 16. ‘Prepara tu palo’, una portentosa composición del artista cubano Justo Emilio Rueda, alma sensible que recoge en unos versos extraordinarios todo lo que sentimos quienes amamos la naturaleza. Sus mensajes son de una potencia extrema:
“Pero que mira como vienen los hombres Ahí vienen los hombres malos Amazonas manda la fiera a defenderte Ahí vienen los hombres malos Africa, Africa, que ruja”
Justo Emilio es un digno representante de su pueblo cubano, protector de la naturaleza y quien en sus composiciones envía un mensaje poderoso que pretende sensibilizar desde la más tierna edad: “Niños, los árboles son los pulmones del planeta, juega con ellos, utiliza su sombra, pero no dañes su corteza”, dice en uno de sus interpretaciones en vivo.
Sin duda uno de los mensajes desde la música afrolatina más poderoso alrededor de la defensa de la naturaleza.
Tras escuchar las inquietudes de la ciudadanía y analizar el posible impacto en la movilidad, el secretario de Movilidad, Wilmer Tabares, manifestó que se ha decidido no aplicar la medida de pico y placa en el centro de Cali.
Lo que quiere decir, que en términos de movilidad, la ciudad continuará funcionando de forma regular con el Pico y Placa estipulado.
“Después de revisar el tema y escuchar a la comunidad, el alcalde Alejandro Eder ha determinado que no se aplicará la restricción especial de pico y placa en la zona centro de la ciudad”.
Este anuncio se realizó tras la evaluación de los comentarios recibidos sobre el proyecto de decreto, que fue publicado el 12 de octubre en el portal oficial de la Secretaría de Movilidad.
Asimismo, se llevaron a cabo reuniones con comerciantes del centro, quienes expusieron los beneficios y desventajas de esta curiosa medida.
“En la administración del alcalde Alejandro Eder valoramos la participación ciudadana. Por eso, hemos escuchado a la comunidad tanto en redes sociales como en reuniones presenciales sobre la posible implementación de la restricción en la zona centro”.
Señaló el funcionario.
Por su parte, el Secretario de Movilidad recordó que, aunque la medida no se aplicará en el centro de Cali, sigue vigente la restricción de pico y placa contemplada para este segundo semestre del año, que regula la circulación vehicular en el resto de la ciudad.
Cabe recordar que, el horario de restricción es de 6:00 a.m. a 7:00 p.m. y funciona de la siguiente manera:
Lunes 7 y 8.
Martes 9 y 0.
Miércoles 1 y 2.
Jueves 3 y 4.
Viernes 5 y 6.
Finalmente, es importante resaltar que este decreto era un borrador que pretendía hacer un pico y placa especifico en el centro de Cali para motos y carros. Esto con el fin de mejorar la movilidad en esa zona, ya que ahí estará ubicada la zona verde de la COP16.