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Sin seguridad no habrá Cali

Sin seguridad no habrá Cali

Especial para 90minutos.co

Una sociedad es un grupo de personas que, bajo una organización y normas tienden a la consecución de objetivos comunes.

De dicha definición podemos determinar que la sociedad es una creación colectiva que lleva implícita retomar la aplicación de tres pilares fundamentales, a saber: seguridad, orden y productividad. Al ser un ejercicio de creación colectivo, las personas que la integran no solo les corresponde el ejercicio de unos derechos sino asumir también la responsabilidad del cumplimiento de obligaciones que nos asisten en pro del interés general. En la actualidad el movimiento progresista busca desterrar estos pilares implantando en la ciudadanía la mendicidad a través del subsidio y el conflicto social como instrumento de validación de sus políticas, generando un enfrentamiento ideológico escalable a actos de violencia entre los ciudadanos que defienden una y otra postura.

Es impórtate resaltar que al hablar de sociedad como ejercicio constructivo colectivo, y concretamente cuando hablamos de nuestra sociedad caleña, es de vital importancia vincularnos desde los diferentes roles que desempeñamos en ella, porque a nuestra Cali la construimos entre TODOS, y no esperando que un falso mesías que enarbolando las banderas del “cambio” nos imponga desde el ejercicio del poder arbitrario, al miedo y al resentimiento como base en la construcción de nuestra sociedad.

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Y el primer pilar que debemos erigir los caleños es que seamos una sociedad segura que permita el ejercicio de nuestras libertades y el goce de nuestros derechos sin sobre pasar los límites constitucionales y legales que nos establece el reconocimiento y el respeto por el otro. En necesario en este pilar reconocer en primer lugar al ciudadano como actor principal de la sociedad como sujeto de derechos y obligaciones, y a su vez, reconocer a la familia como su núcleo primario de formación y desarrollo, el cual hoy con la implementación desde el gobierno de la ideología de género buscan desaparecer desde la raíz con la orientación de nuestros niños a través de antivalores que van en contravía hasta de la misma naturaleza.

El trabajo para quienes lideran esta sociedad o aspiran hacerlo es tener claramente identificado que la finalidad principal de ese liderazgo debe corresponder a la protección de la vida, honra y bienes de todos sus conciudadanos.

Es por lo que, dentro del marco actual de presentar propuestas para esa construcción colectiva, mi propuesta fundamental y prioritaria es la formulación y ejecución de un Plan integral de Seguridad y Convivencia serio, técnico y medible con un objetivo claro, hacer de Santiago de Cali una ciudad pacífica y segura que ejecute las acciones necesarias para neutralizar el accionar de los grupos armados organizados y los grupos delincuenciales organizados que tienen cogida nuestra ciudad de ruana.

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Y ese ejercicio de proyección de Santiago de Cali como una ciudad pacifica corresponde a nuestra realidad actual de ser una de las ciudades más violentas de país, en donde impera la ley del más fuerte frente a un pobre accionar institucional que nos hizo perder el referente de ciudad cívica y de buena convivencia por excelencia, a ser una ciudad incapaz de brindar las condiciones de seguridad e institucionalidad que permitan establecer condiciones de desarrollo.

Pero también en ese ejercicio de proyección debemos hablar de una Santiago de Cali segura, porque hoy la ciudadanía muestra los índices históricos más altos en percepción de inseguridad, el 84% de los caleños nos sentimos inseguros en nuestras calles, y lo que estoy segura que queremos todos es solamente poder salir a caminar con nuestras familias para sentir la brisa de una tarde, salir a ejercitarnos o ejercer alguna actividad económica sin la zozobra del acechante riesgo de un raponazo, un robo a mano armada o una extorción. Resulta paradójico que mientras en países como El Salvador el presidente Nayib Bukele da muestra de la ejecución de una política de seguridad exitosa y presenta cifras de cero homicidios en lo que lleva del 2023, acá los bandidos se pasean rampantes, armados, en camionetas de alta gama y con cubrimiento de medios nacionales e internacionales mostrando su poderío frente a nuestras mermadas y desmoralizadas Fuerzas Militares y de Policía con la complacencia del actual gobierno.

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Es por eso que para lograr esa Cali pacífica y segura asumiré desde la administración distrital la ejecución de acciones enfocadas en la recomposición y fortalecimiento del sistema de protección de la familia y del sistema educativo que nos permita contar con ciudadanos formados en principios y valores, sino que también emprenderé una lucha frontal en contra de las organizaciones criminales que tienen cogida a Cali como centro de actuar delictivo y de negocios ilícitos, para lo cual ejecutare una política de mejoramiento y fortalecimiento de las capacidades de nuestras Fuerzas Armadas y de Policía que viabilice el establecimiento de entornos seguros de desarrollo social y productivo que permita que los ciudadanos venzan el miedo que hoy les ha sido impuesto por el actuar delincuencial en la ciudad.

Para lograr lo anterior es fundamental que los caleños se sientan acompañados y respaldados por un aparato institucional que refleje respeto y autoridad, pero a la vez confianza y transparencia en su actuar.

Para eso de forma inmediata la administración distrital debe, en primer lugar, ajustar su estructura a la nueva categorización como Distrito Especial, Deportivo, Cultural, Turístico, Empresarial y de Servicios, y seguidamente, conformar un equipo de trabajo con gente buena, preparada y con sentido de pertenencia, gente que no solo gerencia y lidere sino que se unte, que camine, que escuche a los caleños y que estos a su vez los vean y los conozcan. Este proceso debe ir acompañado de una modernización institucional cuyo eje sea el fortalecimiento de los sistemas de gestión de calidad, de control interno, de información y estadístico que permitan la optimización de procesos y procedimientos que se vean reflejados en la mejora continua de la prestación de los servicios de la administración. Porque corrupción no solo es que se roben los recursos públicos, sino el actuar defectuoso e inepto de su institucionalidad y los funcionarios que tienen a cargo la dirección y orientación de estas. Nuestro equipo estará conformado por personas competentes y sin miedo a tomar decisiones, independientemente del entorno violento que ensombrece diferentes sectores de la cuidad y de la sociedad.

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Retomar el control institucional de nuestro territorio es una decisión que ya está tomada y que coloco de manifiesto a la ciudadanía caleña, buenos y malos, la cual nos llevará a que Santiago de Cali retome el rumbo de proyección en el ámbito local, regional, nacional e internacional que perdió por el accionar de unos pocos que encontraron equivocadamente en la ilegalidad su opción de vida,  y permita que transformemos nuestras capacidades a las dinámicas de crecimiento industrial, empresarial y de servicios que jalonan la economía, restableciendo las condiciones de generación de empleo que redunden en condiciones de vida y bienestar de nuestras familias.

Aquí no se necesitan fórmulas mágicas ni traer expertos de la nasa para recomponer y proyectar nuestra sociedad como segura, ordenada, productiva y prospera, lo que se necesita es la decisión inequívoca de enfrentar a los actores violentos de la sociedad sin vacilación, excusas y mucho menos miedo, para devolverle la confianza a los caleños en su institucionalidad y la posibilidad de disfrutar de esta maravillosa ciudad dentro del marco de garantías constitucionales y legales que nos asisten, encontrando así el rumbo que permita transformar a Cali en la ciudad de todos.

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