El espectro autista abarca una variedad de condiciones. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, "Los trastornos del espectro autista (TEA) son un grupo de afecciones diversas. Se caracterizan por algún grado de dificultad en la interacción social y la comunicación"
Además, las personas con autismo tienen diferentes capacidades y necesidades que pueden cambiar con el tiempo. Mientras que algunas pueden llevar vidas independientes, otras requieren apoyo constante debido a discapacidades más severas.
Incluso, este trastorno influye en la educación y las oportunidades laborales, pues la calidad de vida de quienes viven con autismo está fuertemente influenciada por las actitudes sociales y el apoyo proporcionado a nivel local y nacional.
A menudo, los signos del autismo se pueden identificar en la infancia, aunque el diagnóstico puede demorarse. Además, es común que las personas con autismo experimenten condiciones adicionales como epilepsia, depresión, ansiedad, trastorno por déficit de atención e hiperactividad. Así como problemas de sueño y autolesiones.
Igualmente, el rango de habilidades cognitivas es muy amplio, desde casos con discapacidades graves hasta individuos con habilidades intelectuales destacadas.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, cerca de 1 de cada 100 niños en el mundo tienen Trastorno del Espectro Autista (TEA). Por lo tanto, las Naciones Unidas declaró el Día Mundial del Autismo para promover los derechos humanos de los autistas y reconocer su contribución a la sociedad.
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Tipos de autismo
De acuerdo con MedlinePlus, la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos existen distintos tipos de autismo:
- Autismo: Se trata de un trastorno que, por lo general, inicia los 3 primeros años de vida. Por lo tanto, los progenitores son los primeros en identificar los comportamientos. Algunos de los síntomas están relacionadas con la poca comunicación verbal, no estar interesado en identificar objetos o llamar la atención de los padres, entre otros.
- Síndrome de Rett: Se presenta mayormente en niñas y es de comportamiento regresivo. Quien lo padece comienza a sufrir un proceso degenerativo y progresivo del sistema nervioso. Las señales pueden mostrarse como alteraciones en la comunicación, cognición y la motricidad.
- Síndrome de Asperger: Es uno de los más complejos y en algunos casos es tardío de diagnosticar, ya que las personas afectadas no cuentan con alguna discapacidad intelectual ni rasgo físico que lo identifique. Está vinculado con dificultades de interacción social, falta de empatía, poca coordinación psicomotriz, entre muchas otras.
- Trastorno desintegrado infantil o síndrome de Heller: Suele surgir sobre los 2 años, y en ciertos casos no es visible hasta pasados los 10. Igualmente, afecta el lenguaje, la función social y la motricidad. Sin embargo, su factor distintivo está en el carácter regresivo e inesperado.
- Trastorno generalizado del desarrollo no especificado: Por lo general, es una etiqueta diagnóstica para casos en que los síntomas clínicos son muy heterogéneos para incluirlos en alguno de los otros tipos. Además, presenta trastornos de reciprocidad social, problemas severos de comunicación y la existencia de intereses y actividades peculiares, restringidas y estereotipadas.
Cabe que recalcar que lo más recomendable es pedir una cita con un médico experto en el tema para obtener un diagnóstico adecuado.
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