Salsa

El disco navideño más vendido en la historia

Cada diciembre de cada año, como si se tratara de una deuda no saldada, Héctor Lavoe vuelve y le canta a su borinquen desde la otra vida. Cumpliendo esa promesa que hizo en 1971

El disco navideño más vendido en la historia

Cada diciembre de cada año, como si se tratara de una deuda no saldada, Héctor Lavoe vuelve y le canta a su borinquen desde la otra vida. Cumpliendo esa promesa que hizo en 1971

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Por Gerardo Quintero Tello
Jefe de Redacción 90 Minutos
Diseño y edición de video: Giovanni castro @gallegogiovanni
Musicalización: Julián Páramo @somosanclamusic

“Borinquen te quiero
Porque en ti nací
Y en ti fue que vi
El resplandor primero
Yo te soy sincero
Cuna enardecida
Serás bendecida
Aunque en ti moriré
Pero yo te cantaré
Desde la otra vida
Pero yo te cantaré
Borinquen desde la otra vida”

Cada diciembre de cada año, como si se tratara de una deuda no saldada, Héctor Lavoe vuelve y le canta a su borinquen desde la otra vida. Cumpliendo esa promesa que hizo en 1971, ‘El Cantante de los Cantantes’ regresa todos los diciembres y asalta las casas de todos los portorros con un sentido coro que dice: “mi canción se inspira no te ha de olvidar y yo te voy a cantar desde la otra vida, y yo te voy a cantar Borinquen desde la otra vida”.


Esa sentida promesa que hace el gran Héctor Lavoe, con una voz que sale del alma y que cada fin de año se escucha no solo en Puerto Rico sino en todos los países en los que navegó con su canto el hombre que respiraba debajo del agua se convirtió en Cali en el anuncio de las festividades de fin de año.

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Y es que es indudable que los caleños tenemos nuestra propia banda sonora navideña. Esa misma en la que Bobby Cruz nos recuerda que “se va pa’ casa e' Ramon a comer arroz con dulce
Y el rabito del lechón Y pasteles bien picantes, como los cocina flor, además de mucho turrón alicante y un buen palito de ron”.


Sí, sé que usted ya lo está tarareando y por eso le inyecto un poco más de nostalgia y le recuerdo ‘La Pascua de Navidad’, ese tema que también cantamos a coro en diciembre de la mano de Luis Felipe y su hermano Nelson González cuando nos piden a todos sus fanáticos: “Vamos todos a cantar, vamos todos a cantar, que está noche vendrá, vamos todos a cantar, vamos todos a cantar, que está noche vendrá”.
Eso fueron los años setenta y una década después llegó el Gran Combo con una fiesta inolvidable, la de Pilito, sí, esa misma tremenda rumba en la que nos recuerdan que:


“No te sobra tiempo de enero a noviembre
Solo hay tiempo pa’ trabajar
No te sobra tiempo de enero a noviembre
Solo hay tiempo pa’ trabajar
No importa, se está acercando diciembre
Que es fecha pa’ vacilar
Y tú no olvides, viene diciembre
Época de vacilar”.


Tampoco podemos olvidar a Cheo Feliciano que con el matrimonio de Cheverón con Salsa nos trae el sabor campesino del Puerto Rico rural. “Cheverón con salsa , cheverón con salsa, cheverón con salsa, cheverón con salsa. Y fue tan grande el amor la pasión con que se amaron que dos hijos procrearon orisingo y salsa dos”. Y qué decir de otro tema navideño del gran Cheo, que aunque no suena mucho en Cali, es una de sus bellas interpretaciones navideñas y se llama ‘Mapeye’, una hermosa interpretación del más puro raigambre popular de la bella isla de Borinquen.


“Hay vienen los reyes magos vacilando el Mapeye, Mapeye
(A bailar el Mapeyé Cheo se lo canta a usted)
Esta navidad le traigo todo lo que pida usted
(A bailar el Mapeyé Cheo se lo canta a usted)
El rabo, el rabo hay mira el rabo del lechoncito
Lo tiene pingueculao, tú no ves
(A bailar el Mapeyé, Cheo se lo canta a usted)”


Todo hay que decirlo, tal vez salvo el disco de Richie and Bobby todos los demás temas navideños posteriores tienen como antecedente el increíble éxito que tuvieron Willie Colón y Héctor Lavoe con su primera joya denominada ‘Asalto Navideño Número 1”, una producción de 1970 que hoy ajusta 52 años y que no para de sonar. Con su voz gastada de jibarito callejero, Jéctor la rompió en la escena salsera de Puerto Rico, pero la magia fue superior, porque lo que se creía que iba a ser un disco para que los ‘portorros’ se conectaran con Lavoe y Colón resultó siendo un tremendo palo navideño que trascendió fronteras y se convirtió en himno de las fiestas de fin de año en Ciudad de Panamá, Caracas, El Callao, Guayaquil y, por supuesto, Cali.

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“Ya van a empezar las fiestas
Las fiestas de Navidad
Y el jibarito cantando
A todos nos va alegrar
Vamos a que no recuerdan
El más remoto rincón
Se escucha al jibarito
Cantando su inspiración”

Entre los caleños, ‘Aires de Navidad’ se transformó en un disco evocador. Un tema que va directo a las emociones y que entre los salseros está cargado de nostalgias familiares y emotivas. Un claro ejemplo de cómo nuestra música no traza fronteras y que el gusto melódico no conoce límites. Un álbum que inicialmente nació de la mano de Willie Colón para estrechar vínculos con la fanaticada puertorriqueña y, especialmente, con los jibaritos que habían tenido que emigrar a Estados Unidos se convirtió en un suceso latinoamericano.


La cita fue en la primera semana del mes de diciembre de 1970. Se trató del primer álbum navideño de Colón y Lavoe y el sexto de estudio de la destacada orquesta que por aquellos años ya sonaba fuerte en el concierto latino. Atrás había quedado El Malo, The Hustler, Guisando, Our Thing y La Gran Fuga. Los chicos que habían impregnado del sonido del barrio a lo que ahora se llamaba salsa querían volver a sus raíces, a la bomba y la plena, al seis navideño y el aguinaldo, todos aires autóctonos de la Isla.


El destacado trombonista y director de la orquesta en la que descolló el joven Héctor Juan Pérez, luego conocido como Héctor Lavoe, lo explicó de esta manera: “Resulta que en las fiestas de Navidad en Puerto Rico existen dos formas de aguinaldo musical, el aguinaldo urbano y el aguinaldo jíbaro, pero en ambos se reúnen varios músicos de diferentes conjuntos jíbaros para conformar un grupo llamado parranda, que en el aguinaldo jíbaro se denomina trulla y en el aguinaldo urbano se llama asalto. Sobra decir que este nombre ha acarreado muchas confusiones”.


Y es que el término asalto navideño, como fue bautizado el álbum, provocó muchos debates, pero la verdad es que en países caribeños como Puerto Rico, República Dominicana y Cuba se le llamaba así a la costumbre en los barrios populares de iniciar los festejos navideños con la reunión masiva entre vecinos para cantar, bailar, reunirse en la esquina, tomarse un palito de ron y, cómo no, disfrutar de los manjares navideños.


Lo cierto es que Colón tuvo la maravillosa idea de invitar a Yomo Toro, un virtuo del cuatro Puertorriqueño, para acompañar esta ‘trulla’, como también se le denominaba en la lsla del encanto a estas reuniones decembrinas. Y no pudo ser mejor la decisión ya que Yomo, el embajador del Cuatro, reconocido como un baluarte de la música local, le dio un toque autóctono original al álbum que lo ayudó a catapultar como una de las diez grabaciones latinas más importantes de la historia. Con su música jíbara al hombro, Yomo Toro ingresó con este álbum a las grandes ligas de la Fania All Star y nunca más se iría porque su inquietante cuatro sonaría en múltiples producciones acompañando no solo a Colón sino también a Larry Harlow, Tito Puente, Jhonny Pacheco, Rubén Blades, Cheo Feliciano, Eydie Gorme y hasta Gloria Estefan, entre otros.

"Hay jíbaros que saben más
Y aquí queda demostrado
Soy un jíbaro guillado
Pero de jíbaro de verdad
Esta navidad, vamos a gozar
Esta navidad, vamos a gozar”

Con ‘Esta Navidad’, de la misma producción, la trilogía Colón-Lavoe-Toro se lanza sin miramientos a una fusión de la música ancestral puertorriqueña con los acordes salseros que tronaban en Nueva York. Para lograr ese sonido, Willie sumó a Jhonny Pacheco y Justo Betancourt, además de una banda que incluía al profesor Joe Torres en el piano, Milton Cardona en las congas, José Mangual en la percusión, y en los trombones al propio Willie Colón y William ‘Sweet’ Campbell. Una conjunción antológica de virtuosos que derivó en un álbum de culto.


César Miguel Rondón, autor de ‘El libro de la Salsa’, resume esta sumatoria de talentos de una forma contundente: Willie resolvió, a nivel de instrumentistas, los propósitos básicos de su tentativa, Yomo dio el toque típico y tradicional, mientras él se encargó de agregar todo lo referente al sonido de Nueva York”.


Para Rondón lo que logró Willie con esta producción fue captar toda esa audiencia en el público de la Isla y en toda esa vieja generación de Puertorriqueños que, a pesar de vivir en Nueva York, jamás se acoplaron al ritmo de la vida norteamericana como sí lo hicieron sus hijos. “Willie, con esto, se dio el lujo de romper lo que muchos veían como una simple barrera generacional a los efectos de la salsa y, sobre todo, de sus nuevos intérpretes, básicamente ‘neuyorricans’”, agrega el escritor.


El gran mérito de la producción es que no se trató de un simple rescate de los aires navideños de la Isla porque si los arreglos no hubieran incorporado la vertiente salsera simplemente no hubiese trascendido más allá de las fronteras marítimas de Puerto Rico. Lo más espectacular del álbum es que, por ejemplo, el primer gran éxito de Willie Colón en Venezuela, llegó de la mano de uno de los ocho cortes que hicieron parte de la producción, y es nada más ni nada menos que ‘La Murga’.


“Eh, vamos a bailar la murga
La murga de Panamá
Esto es una cosa fácil
Y muy buena pa'bailar
Ay tú tienes un ‘caminao’
Que me tienes ‘trastornao’
Y cuando bailas La Murga
Oye mamita que buena estás”

Pero regresando a los temas navideños del álbum, cuenta la leyenda salsera que Willie desde sus comienzos en el Bronx latino estaba muy sintonizado con los ritmos autóctonos de Puerto Rico, especialmente porque su abuela, Antonia Román, quien fue una gran influencia para el futuro músico, le cantaba la bomba y la plena, y los aguinaldos navideños.


En alguna oportunidad, un joven Colón en pleno crecimiento musical entró a un bar llamado ‘La Campana’, en Nueva York, para conocer a un interprete del cuatro del cual le habían hablado mucho, pero como Willie era menor de edad lo sacaron del lugar y se quedó con las ganas de ver a Víctor Guillermo Toro Vega, quien era mejor conocido como el gran Yomo Toro. Pasan los años, los éxitos comienzan a llegar y es a finales de 1971 cuando el afamado trombonista recuerda a Yomo Toro, le pregunta a Héctor Lavoe si lo conoce y este le refiere a un amigo, Robertito García, quien es el que finalmente logra que las estrellas se alinien y Toro participe en ese ‘asalto’ musical que se robó las navidades en Cali.

Mata de plátano, a ti,
a ti te debo la mancha
que ni el jabón, ni la plancha
quitan de encima de mi.
Desque jibaro naci
al aire llevo el tesoro
de tu racimo de oro
y tu hoja verde y ancha;
Llevare siempre la mancha
per secula seculorum.

El reconocido poeta Luis Llórens Torres, uno de los escritores más prolíficos y reconocidos de la Isla del Encanto, escribió unos versos muy sentidos que tituló ‘La mancha de plátano’, una de las expresiones más autóctonas de los boricuas para significar la pertenencia a su comunidad. Y es por eso que de seguro Willie Colón fijó en su mente la idea de que Yomo Toro apareciera en el álbum porque él representaba la esencia musical del jibarito, un artista ligado a la música campesina. En esencia se trató de una combinación perfecta: Yomo tenía todavía encima ‘la mancha de plátano’ de su ascendencia jibarita; Héctor Lavoe llevaba consigo toda la guapería y el tono arrastrado que le había aprendido a Jesús Sánchez Erazo, ‘Chuíto’, el ‘cantaor’ de Bayamón y, finalmente, Willie Colón, poseía toda la sapiencia del músico y arreglista brillante que podía integrar sonidos tradicionales con ese movimiento salsero y moderno que se imponía en Nueva York.

“Ya van a empezar las fiestas
Las fiestas de navidad
Y el jibarito cantando
A todos nos va alegrar


Vamos a que no recuerdan
El más remoto rincón
Se escucha al jibarito
Cantando su inspiración”

El cuatro era el sonido típico que Colón le quería imprimir al álbum y quién mejor que Yomo Toro, que era un jibarito de pura cepa, que tenía todavía encima ‘la mancha de plátano’ y era portador de todo ese acervo cultural, de las particulares formas de hablar y de los modos de vida tradicionales de los boricuas, para cumplir con esta apuesta musical.  La verdad es que Yomo siempre había estado ligado a la música campesina y ese sello era lo que estaba buscando Willie Colón.

Para completar, en la voz estaría el gran Héctor Lavoe que por demás sabía cómo interpretar al dedillo la música con la cual había crecido y le daba ese toque callejero que conectaba de manera nostálgica y emotiva con el público.

Lo que vino después fue simplemente una descarga sonora que invadiría con su sabor tradicional el fin de año de varios países del Continente y que en Cali se convertiría en el icónico tema que anunciaría la llegada de la Navidad.

Y es que hasta la famosa carátula del ‘Long play’ contribuyó al estruendoso éxito del álbum. El diseño y la foto realizada por Izzy Sanabria mostraba a Willie Colón disfrazado como Papa Noel, con un tabaco en la boca, un poco desprolijo, con la barba mal puesta y como si quiera arrebatarle un regalo a un Héctor Lavoe ataviado con un traje de elfo navideño.

Allí también, en esa expresión, cobró sentido para muchos fanáticos el nombre del disco, porque la imagen se podía interpretar como la disparatada irrupción de un Papá Noel y un elfo navideños falsos dispuestos a cometer un raponazo dentro de una vivienda.

Al final, el inolvidable asalto lo que se robó fueron las mejores fiestas de la ciudad y aún hoy no existe una casa caleña en la que la nostalgia no llegue como una ráfaga de melancolía cuando arrancan los cinco golpes del trombón de Willie, acompañado de la bella interpretación del cuatro de Yomo y la fantástica aparición del pregón arrastrado de Lavoe cuando arranca con  ese nostálgico ‘saludo a mi borinquen en Navidad’…

La única certeza musical es que cada año que pasa el ‘Cantante de los cantantes’ cumple con una cita ineludible en diciembre y su voz resuena como si acabara de estrenar su álbum.

 Y como los adioses a veces son tan difíciles, prefiero dejárselo a mi amigo Jéctor cuando en Aires de Navidad nos transmitió su  más bello mensaje…

“Y con esta me despido
Como esto es devoción
Que pasen un feliz año
Les deseo de corazón”.

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Salsa

Willy García, un artista ‘a prueba de fuego’ que celebra 30 años de trayectoria artística

En la memoria de los salseros retumban aquellas melodías como ‘Escombros’, ‘Gotas de Lluvia’, ‘Etnia’, ‘Eres’, entre otros múltiples éxitos que lo llevaron, junto con su afinada voz, a recorrer gran parte de Europa y América. Ha realizado conciertos en Bogotá, Medellín y ahora prepara el de este sábado 27 en Cali.

Willy García, un artista ‘a prueba de fuego’ que celebra 30 años de trayectoria artística
Tomada de redes sociales

En la memoria de los salseros retumban aquellas melodías como ‘Escombros’, ‘Gotas de Lluvia’, ‘Etnia’, ‘Eres’, entre otros múltiples éxitos que lo llevaron, junto con su afinada voz, a recorrer gran parte de Europa y América. Ha realizado conciertos en Bogotá, Medellín y ahora prepara el de este sábado 27 en Cali.

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Tres décadas de vida artística se dicen fácilmente, pero detrás de ello hay una senda de lucha, amor por la música y, por supuesto, demasiado talento.

Esta es la historia de Willy García, 30 años de sentimiento y sabor, de melodías que escucharán a continuación… Una historia que quizás comenzó con Escombros y la Suprema Corte, por esos años comenzamos a escuchar a un inquieto chico que tenía mucho talento, y que no solo cantaba sino que también tenía una gran facilidad para la composición, algo genético, tal vez, porque su abuela era una experta repentista, igual que tíos, primos, se les daba fácil aquello de crear canciones.

Y fue allá en Buenaventura, su tierra natal, donde comenzó esta historia que en la actualidad lo reconoce como una de las voces salseras más importantes de Colombia, con una proyección internacional potente y respetada.

“Haber nacido donde nací siempre lo he considerado como un premio. Haber nacido  en la familia que nací es otro privilegio y yo nací en una familia musical, mi abuelita cantaba muy bonito, también mis tíos. Hay un tío que es escritor también, entonces si tu ves todos hablan del arte, la música, la composición y todo esto siempre ha estado muy cerca. Efectivamente me crie con ganas de hacer lo que veía y escuchaba, yo veía mi gente feliz, entonces pues a pesar de todas las necesidades, tuve una niñez feliz”.

Afirma Willy.

Como el artista integral que es, nunca ha dejado de ser sencillo, humilde, tranquilo y, sobre todo, agradecido con quienes le dieron las primeras herramientas para defenderse en una vida artística que apenas imaginaba en su tierra natal.

“Escuchaba cantar a mis tíos y yo quería ser cantante. Veía a otro de mis tíos escribir y yo quería escribir, pero las que siempre impulsaron mi vida musical fueron mi mamá y mi abuela. Ellas fueron como como ese motor para que yo creyera en mis sueños y creyera en que era posible lograr lo que he logrado hasta el momento”,

me dice este gran talento vallecaucano que justamente este 27 de abril celebrará con un gran concierto estos 30 años de vida musical. 

Los siempre difíciles primeros años

Y lo que son los caminos de la vida, en medio de la nostalgia y el paso y peso de los años, Willy aún recuerda esa noche en que estuvo a punto de embarcarse con destino a los ‘yores’. Eran los tiempos en que los ‘norteños’, como se les llamaba a los polizones que salían de Buenaventura a Estados Unidos o Canadá, eran los reyes del puerto. Cuando lograban ‘coronar’ su aventura en alta mar, llegaban las historias —muchas de ellas exageradas— de una vida de lujos y excesos. En aquellos años ochenta eso impresionaba a los jóvenes y Willy no era la excepción. Una noche, mientras se preparaba para una nueva salida musical con la orquesta La Combinación, le llegó el mensaje de que todo estaba listo para embarcarse apenas terminaran.

“Al final, los consejos de mi abuela, de la familia, pudieron más. Yo tenía otra oportunidad y era la música”

Así recuerda Willly García, más de tres décadas después, este episodio que marcó la vida de uno de los artistas más importantes de la historia del Valle del Cauca. Willy, quien paseó con éxito su música por la Suprema Corte, el Grupo Niche y Son de Cali, sigue ahora una senda como solista en la que continúa ‘pegando’ un éxito tras otro. 

En la memoria de los salseros retumban aquellas melodías como ‘Escombros’, ‘Gotas de Lluvia’, ‘Etnia’, ‘Eres’, ‘La magia de tus besos’, ‘A prueba de fuego’, ‘Y entonces’, ‘Te amo’, ‘Amanecí con ganas de ti’, entre otros múltiples éxitos que lo llevaron, junto con su afinada voz, a recorrer gran parte de Europa y América. Pero siempre, en ese corazón lleno de melodía, su Buenaventura del alma siguió latiendo a ritmo de bongoes y tumbadoras. Por eso aquel recuerdo, que pocas veces ha revelado, le sirve para hacer ver que lo que necesita la gente de su ciudad son oportunidades.

Gotas de lluvia, no es el rocío
Lágrimas que vienen del corazón
Gotas de lluvia, no es el rocío
Lágrimas que brotan por que ya no hay amor

Pudiste haberme dicho que no
Que no sentías nada por mí
Que lo nuestro nunca fue algo especial
La vida cambia y todo tiene final
Una aventura fue para ti
Y fácilmente yo en tus redes caí
Un trago amargo que de ti recibí
Ahora no sé, no sé qué será de mí

‘Escombros’, con la Suprema Corte; ‘Gotas de lluvia’, con el Grupo Niche y ‘Te amo’, son temas imposibles de ser obviados para Willy en cualquier concierto. De hecho, este último, ‘Te amo’, tiene una particularidad que toca la fibra del cantautor y es que se trató de la primera canción que sonó en el proyecto Son de Cali y, además, porque se la escribió a su hija mayor y luego la cantó con ‘Lala’, su pequeña hija. “Esas son canciones referentes que han marcado momentos mágicos y es inevitable hablar de ellas”.

‘Gotas de Lluvia’ fue la canción que sin duda lo catapultó. El cantante recordó ese paso por uno de los grupos de salsa más exitosos en este género, cuando tuvo la oportunidad de mostrar su talento en el Grupo Niche.

"Me dijo el maestro Jairo Varela que le pusiera una boquilla porque el tema lo iba a cantar Charly. Entonces yo cogí la hoja, me metí al estudio y arranqué a cantar 'Gotas de lluvia, no es el rocío, lágrimas que vienen del corazón'. Dejé la guía y arranque para mi casa".

Enseguida cuando Willy llegó a la casa, inmediatamente lo llamaron para que regresara al estudio. "La sorpresa es que yo llego allá y estaba lleno de gente. Apenas entré a la cabina, el maestro dice les presento el nuevo cantante del Grupo Niche".

Este momento tuvo demasiado significado en la vida de Willy con la oportunidad de demostrar su voz y aprender junto a Jairo Varela.

“Defender un país con mis principios, con mis ideales
Defender una tierra, no sé si ajena valga la pena
Que aprendí a querer por que terminar como yo entre cadenas
Y un canto de amor acaba en llanto, en tanto, tanto llanto

Aprender a vivir entre el odio xenófobo grosero
Eso dio pie para sacar pecho de mi origen pueblero
¿De qué valió poner en alto, en lo más alto mi bandera altanera
Si el premio que recibo, sin motivo, es una larga condena?”

Uno de los temas que más tocó la fibra de Willy cuando estuvo con el maestro Jairo Varela fue precisamente ‘A prueba de fuego’, la inmensa tonada, composición de Jairo Varela, que se convirtió en un hito de la lucha que emprendía el maestro chocoano desde la cárcel. La voz de Willy se quiebra al recordar aquel momento, pero también se le infla el pecho de orgullo al saber que su voz quedó inmotalizada para siempre en este tema que incluso muchos melómanos consideran como el más emotivo que escribió Varela. 

“Recuerdo que con José Aguirre nos tocaba ir al lugar de reclusión del maestro Jairo Varela, suena extraño escuchar eso, pero es la verdad. Allá escuchábamos las canciones que tenía para los proyectos y en ese momento estábamos pendientes del álbum ‘A prueba de fuego’. Recuerdo que el maestro Jairo empezó con un disco que se llamaba La cárcel, esa primera versión la grabé yo. Y entonces cuando él empezó a cantarnos la canción estaba buscando un coro y nos dice, “que suene algo como ‘sáquenme de aquí, sáquenme de aquí”. Ese fue un momento difícil y muy duro porque el maestro entendió que el desespero comenzaba a notársele”.

Pero luego llegó el momento clave de esta historia pues después de ‘La cárcel’, García y Aguirre comenzaron a escuchar a Varela con ‘A prueba de fuego’ y rápidamente se dieron cuenta de que era una letra muy poderosa en la que el destacado compositor chocoano plasmaba toda su inconformidad, tristeza, amargura y desazón por lo que estaba padeciendo en la cárcel. 

“Pasar de una canción y luego escucharlo con ‘A prueba de fuego’ pues fue muy complejo. Cuando se pregunta en su letra de qué valió poner en alto mi bandera altanera, si el premio que recibo es una larga condena”, guaaau, eso es muy bueno. O fíjate en los soneos, cuando él empieza a decir a decir ‘sumo y resto y no he ganao, y a la cárcel me han mandado con testigos preparaos’, y empiezo a sentir esa impotencia del maestro. Además, fíjate en los soneos cortos, yo allí comencé a meterme en ese papel, él me iba cambiando cosas, pero siempre me permitía participar y allí pues yo improviso y meto lo mío, hicimos cosas bonitas como esas. Haber hecho parte de esta producción fue algo maravilloso, haberla liderado pues canté ocho de las diez canciones, fue un momento entre triste y mágico porque no es lo mismo narrar que vivirlo y el maestro Varela lo estaba padeciendo. Al final se logró un gran producto y el maestro Jairo Varela siempre mostró su genialidad”,

recuerda Willy.

Su experiencia con un ‘caballo’ salsero

También llegan otros recuerdos más cercanos como cuando Willy, un poco después de la pandemia, siguió produciendo música y se acercó al maestro puertorriqueño Gilberto Santa Rosa. Lo veo y no lo creo’  contó en la producción de Isidro Infante y Óscar Iván Lozano, con la grabación de los instrumentos en Colombia y de las voces en Puerto Rico. Desde hace tres años el excantante del Grupo Niche había hablado con el 'Caballero de la salsa' en diferentes presentaciones y fue hasta el 2020 que Willy escribió la letra para presentársela a Gilberto. “Cuando lo llamé me atendió con mucha amabilidad. Le propuse este proyecto y me dijo: ‘si estás tú y está Isidro, el producto debe ser bueno’"; recuerda con entusiasmo el cantante bonaverense al saber que estaría con un grande de este género.

Así, Willy viajó a Puerto Rico para grabar la canción. "Yan Collazo me recibió en el aeropuerto. Luego fuimos al estudio con el maestro Isidro y al llegar al estudio tuve mucha felicidad al estar y grabar con el maestro Gilberto. Fue un sueño cumplido porque logramos una química perfecta musicalmente y aprendí de un grande".

Al hablar de esa composición, Willy solo recordó que al final “las canciones llegan así en algún momento. Un día me levanté y tenía todo el tiempo en la mente ese coro 'lo veo y no lo creo'. Entonces empecé a escribir y argumentar con una historia. Quise darle un toque romántico y un poco de golpe. Me gustó mucho, el resultado fue el mejor”.

Esa fusión de talentos tiene una explicación, Willy dice que la salsa en Colombia tiene un toque de folclor y de cumbia, “entonces con la salsa puertorriqueña se tuvo un plus al ser una canción bacana y bailable”.

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Este cantante, que se siente orgulloso de tener esencia de pueblo y está comprometido con su tierra, no niega sus raíces, recuerda con nostalgia a su abuela Hilma y, cada vez que puede, se da una escapada a su ‘bello puerto del mar’.

“A mí me duele Buenaventura y quiero aportar mi grano de arena para ayudar a tanto muchacho con talento que se pierde en medio de la falta de oportunidades”

Y fue así como en forma silenciosa Willy creó Tengo Fe, una pequeña fundación que tiene como propósito descubrir la calidad artística de chicos de Buenaventura, apadrinándolos en sus sueños de llegar a las grandes ligas de la música. Pero no solo eso, Willy también sabe que es la oportunidad para arrebatar de la violencia a muchos de estos pequeños. “Las posibilidades de que los chicos cojan un camino negativo están hoy más a la mano. Lo que visualizo es que los jóvenes que tienen diferentes opciones, por lo menos, se detienen a pensar un poco más. Es que sin oportunidades es muy difícil”, dice el artista ganador de múltiples premios por ‘Así se Baila en Cali’ y ‘Vos me debés’, dos de sus interpretaciones que fueron proclamados Disco de la Feria de Cali.

Willy se crió en el barrio Lleras, un barrio de  aquellos complejos de ‘Tura’, donde abundan las necesidades.

“El símbolo de todo esto es poder regresar al barrio hoy en mi madurez y tratar de ayudar a los que más pueda. Los voy a ayudar con música, quiero abrir de manera independiente y de corazón una oportunidad para que estos muchachos la puedan aprovechar”.

Y recordando su dilema cuando tenía 16 años, Willy se apresura a decir que “si hay oportunidades, es posible que tengamos que hacer menos correcciones a los más jóvenes. ¿Cuántos futbolistas, cuántos cantantes se han perdido porque no tuvieron una alternativa? Para mí Buenaventura necesita eso, más atención”.

Ahora Willy se concentra en su encuentro del sábado 27 de abril. “Esto es más que un concierto”, dice con plena seguridad. Y vaya que lo es porque lo cierto es que se trata también de un performance, de un acto casi teatral y musical donde Willy se reúne con sus amigos de antaño y rinde homenaje a músicos de La Suprema Corte, del Grupo Niche, a su gran amigo Javier Vásquez, con quien integró el recordado dúo de Son de Cali.

“Voy a llevarlos a un viaje, desde el presente hacia el pasado, vamos a tratar de que el público viva una noche mágica, de una historia contada y cantada”.

Cuatro temas claves para bailar con Willy García

'Escombros'
'Gotas de lluvia'
'Te amo'
'Amanecí con ganas de ti'

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Salsa

'A prueba de fuego': Willy García cuenta la historia de la canción que nació entre rejas

Esta fue una pieza musical que capturó la esencia y el sentir de Jairo Varela en un momento particularmente difícil de su vida. Aquí le contamos cómo surgió.

'A prueba de fuego': Willy García cuenta la historia de la canción que nació entre rejas
Prensa Willy García - Especial para 90minutos.co

Esta fue una pieza musical que capturó la esencia y el sentir de Jairo Varela en un momento particularmente difícil de su vida. Aquí le contamos cómo surgió.

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En una entrevista con 90 Minutos, Willy García, reconocido músico y exintegrante de las orquestas Suprema Corte y Grupo Nichey compartió detalles detrás de la creación de la canción "A prueba de fuego".

Esta fue una pieza musical que capturó la esencia y el sentir de Jairo Varela en un momento particularmente difícil de su vida.

García relata cómo, junto al maestro José Aguirre, visitaban a Varela en su lugar de reclusión para discutir y escuchar las nuevas canciones que él tenía preparadas para futuros proyectos.

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"Creo que fue la primera versión que grabamos en la cárcel, él nos contó la canción (...) fue un momento difícil porque estábamos Jose Aguirre y yo, y al maestro se le entendía, su desespero, se notaba su ansiedad".

Expresó García.

Sobre la lucha personal de Jairo Varela

La letra, que reflejaba su lucha personal y sus pensamientos más profundos, conmovió profundamente a García y Aguirre.

"Él mostraba su inconformidad. Cuando él dice '¿De qué valió poner en alto, en lo más alto mi bandera altanera Si el premio que recibo, sin motivo, es una larga condena?', muy fuerte".

Manifestó.

A medida que trabajaban en la canción, García pudo sentir la impotencia de Varela, lo que hizo que su colaboración fuera aún más significativa.

"Cuando él dice 'sumo y resto y no he gana'o y a la cárcel me han manda'o con testigos prepara'os' yo empiezo a sentir la impotencia del maestro y entro a asumir el papel, 'falsa acusación, troncó mi libertad', él me ayuda cambiando cosas, pero fue como siempre lo hacíamos".

Juntos, refinaron la letra y los arreglos musicales, creando una obra que reflejaba la genialidad y la profundidad artística de Varela.

Para García, formar parte de esta producción fue un honor y un desafío. Aunque inicialmente estaba programado que interpretara la canción completa, Varela decidió cortarla un poco.

"Él me permitía que participara, tenía confianza en el trabajo y logramos hacer cosas bonitas".

Explicó García.

Sin embargo, el proceso de crear la canción fue para García un momento "entre triste y mágico", donde pudo presenciar la narración viva de Varela sobre su propia experiencia.

Al final, el trabajo conjunto entre Varela y García, con el aporte de la compañía y otros colaboradores, dio como resultado una obra que perdurará en la memoria de quienes la escuchen. "A prueba de fuego" no solo es una canción, sino un testimonio de la grandeza artística y la humanidad de Jairo Varela.

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