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Así fue como el ‘Boogaloo’ cautivó a Cali

Así fue como el ‘Boogaloo’ cautivó a Cali

Tomado de Unplash.

Mientras repasa en su memoria aquellos momentos en el ‘Chira’, aquella icónica discoteca setentera que quedaba en los bajos de los teatros Cinema, en pleno centro de Cali. El escritor Fabio Martínez no puede dejar de pensar en la belleza y destreza de Wattusi y María, aquellos grandes bailarines de la ciudad que eran invitados de lujo en cada rumba cale|ña.

Asimismo, en aquellos años había un ritmo que marcaba a toda una generación y que Fabio, excelso escritor y académico consagrado, se ha dedicado a seguir con gran pasión. Eran la década de los años setenta y el Boogaloo reinaba en Cali.

De hecho, no era gratuito que Wattusi y María estuvieran en el ‘Chira’, pues los grandes bailarines se ‘peleaban’ en las pistas del Honka Monka, Séptimo Cielo, Cabo Rogeño y Río Cali; para ver quién era el que mejor pasos improvisaba mientras danzaba esa locura rítmica que era el Boogaloo.

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Por su parte, ‘El Rey del Boogaloo’, como fue conocido Pete Rodríguez, nació un 16 de abril de 1932 en Nueva York, más exactamente en ese parte del Bronx que parió tanto artista.

Asimismo, como el gran pianista que siempre fue, Rodríguez se consagró a la fusión, conoció la ‘Cosa Latina’, pero también estaba muy cercano de aquellos ritmos de la población negra estadounidense; eso permeó toda su creatividad.

Su fallecimiento, el pasado 11 de marzo, supone el punto final de uno de los ritmos más singulares, espectaculares y frenéticos de la música afrolatina.

Especial para 90minutos.co

De dónde proviene este enloquecedor ritmo

La denominación “Boogaloo” para esta fusión musical se remonta al año 1966, cuando comienza a ser utilizada por músicos de Nueva York, como Richie Ray y Joe Cuba.

Por ende, hay quienes afirman que pudieron haber sido influenciados por el álbum del grupo de R&B de Detroit Tom and Jerrio; quienes en 1965 publicaron un disco llamado Boo-Ga-Loo, en el cual se encuentran ciertas similitudes con la propuesta de Cuba y Ray.

De igual manera, el boogaloo adquirió cierta popularidad en Estados Unidos durante la segunda mitad de los años sesenta:

Sus orígenes se encuentran en la comunidad puertorriqueña de Nueva York, también conocidos como ‘newyoricans’. Por ello, las canciones se pasean entre el inglés y el español, llegando a utilizar aquel híbrido lingüístico conocido como ‘spanglish’.

Sin embargo, fue con Pete Rodríguez y los extraordinarios arreglos del gran trompetista Tony Pabón que el tema alcanza una gran dimensión y realmente cuando comienza a tener una extraordinaria aceptación en nuestra región.

No obstante, hubo algunas particularidades que reflejaron expresamente el gusto musical y rumbero de los caleños de aquellos años. La leyenda cuenta que fue tal éxito de estos temas de Pete, que algún ‘discómano errante’ decidió alterar la rítmica y pasar de 33 revoluciones por minuto a 45; para que fuera más atronador y apabullante su descarga musical.

Por su parte, el bailador caleño ‘visajoso’ le fascinaba el ritmo, pero lo sentía muy lento, entonces los ‘discjockey’ de la época, que estaban muy pendientes de su pista, imprimieron más velocidad; esto con la intención de que al final estos temas se convirtieran en las grandes cortinas que han utilizado por años los bailarines del mundo.

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¿Por qué se aceleró el ‘boogaloo’ en Cali?

Ahora bien, Benhur Lozada, destacado locutor y programador musical de los setenta y quien también incursionó como empresario musical: dice que es muy difícil precisar a quién se le ocurrió acelerar los discos. Pero lo que sí está seguro es que eso se realizó en Cali con un único propósito; que el bailador pudiera mostrar toda su destreza y dominio de la pista y eso solo se desarrolló en nuestra ciudad.

“Cuando el boogaloo se empieza a grabar se hace por una necesidad de los músicos, estaba pasando la pachanga, y los grupos que iban a hacer bailes a morenos americanos no entendían eso del guaguancó y se preocuparon. Entonces, para no perder la ‘chisga’ (el toque) entonces se dijeron que era necesario hacer algo más familiar y empezaron a mezclar el soul y el blues con esos ritmos latinos y allí apareció el fenómeno del boogaloo”.

Recuerda Lozada, igualmente, continuó:

“Hay mucha gente adjudicándose ese fenómeno, que quién fue primero. Por ejemplo, Joe Cuba se lo adjudicaba, hay que recordar que él hizo el famoso ‘El pito’, como lo conocimos aquí, pero también Joe Pastrana, Jhonny Colón, Richie Ray, hasta los hermanos Lebrón incursionaron en el boogaloo. Pero el que conocimos en Cali fue el de Pete Rodríguez. Lo que mucha gente quizás no sabe es que los arreglos y las letras eran de Tony Pabón, el gran productor de ese ritmo, él era cantante, trompetista y estaba también Alberto Rodríguez, a quien conocimos mucho en Cali porque vino como cantante de la Orquesta Típica Novel”

Recuerda Lozada.

El destacado locutor, programador e investigador musical también hace memoria que para los ‘dueños de las consolas’ en las emisoras no era fácil poner el disco a esa velocidad. Entonces se idearon un truco y era ponerle cinta en la punta del tocadiscos para de esta manera lograr el sonido agudo y acelerado que a muchos sorprendió.

Por esa razón cuando hoy escuchamos las interpretaciones originales de Pete hace falta respirar un momento y tener paciencia para luego entender que en Cali esos temas los escuchamos a otra velocidad. Pero que al final, en el sonido original, está contenido toda una destreza musical que el maestro Rodríguez desbordó en su extensa historia artística.

“A ‘Micaela’ yo la he escuchado en las dos versiones, pero pienso que esa velocidad, que la daba era el pueblo caleño, era como una necesidad inconsciente para estar acorde con esa ciudad moderna, para bailar que era muy importante, el ritmo era muy importante y por eso en el boogaloo las voces se escuchan en 45 revoluciones, mas aguadas y como si estuviera cantando un gato”.

Recuerda Fabio Martínez.

“Eso también sucedió con la música de Richea Ray y Bobby Cruz, que era más lenta, pero los caleños impusieron ese ritmo y sobre todo los bailarines de esa época”

Afirma el escritor Fabio Martínez.

Una apreciación similar tiene el destacado investigador musical y escritor Rafael Quintero: “En Cali toda la música de Pete Rodríguez fue un rotundo éxito, y hasta al acelere que se le hizo al boogaloo con 'Micaela', se le atribuye la popularización que esta tuvo en alguna música originalmente lenta para el bailador. Aunque es bueno decir, que, desde antes, los caleños habían acelerado a 'Yenkele Maria' de Charly Palmieri…  Pero, así como ‘Micaela’ era un boogaloo lento, Pete nos trajo otros muy rápidos, como: 'Soy el Rey de Boogaloo' y el súper éxito mundial que ha tenido muchas versiones y atraído a todos los públicos en el mundo, 'I like it like That'.

El estilo veloz del bailador caleño

Tanto Fabio Martínez como Rafael Quintero defienden ese estilo clásico del bailador caleño que era muy ágil con los pies y no necesitaba de las acrobacias aéreas para destacarse en el entramado rumbero.

“Recuerdo a Catacolí, a Watusi y María, a Wilson e Sicodélico, na época en la que los bailarines no estaban en la estratósfera, en el aire como los de hoy. Ellos bailaban en una sola baldosa y deleitaban al público haciendo filigrana con los pasos muy rápidos”

Advierte Martínez.

Mientras que ‘Rafa’ Quintero recuerda el legado de Evelio Carabalí y explica que estos bailarines clásicos siempre tejieron un entramado especial con los pies, que es un certificado del más del alto nivel del baile clásico caleño. “Lo que se crea es un entramado de pasos marcando la nota, con encanto, swing y visaje, en un baile centrado en los pies. El zapato blanco o el de dos tonos, siempre fue un obligado”.

Por su parte, el investigador Benhur Lozada entrega una explicación más detallada. “¿El fenómeno de Cali por qué se da? En la tradición, el caleño aprendió a bailar guaracha rápido, creó un estilo de bailar guaracha en aquella Calle 19, en el barrio Sucre, había la tradición que cuando sonaba la música alguien en un timbal seguía los acordes; el cual salía de la Rocola y el caleño empezó a bailar así y nadie le dijo que la guaracha se bailaba así; luego llegó el mambo, la pachanga y tampoco nadie le dijo cómo bailar, hasta llegar al boogaloo

Pete Rodríguez dejó de presentarse desde los albores del nuevo siglo. El ‘boogaloo’ ya no era lo que había sido, aunque todos lo llevábamos en el corazón y en la sangre ardiente.

Un ritmo frenético que en Cali dejó huella y que aún, allí en El Habanero, Son Caribe, Las Brisas de Jamundí, La Nelly TK, el Chorrito o en El Anacobero es posible deleitarse observando las destrezas de una vieja guardia que no deja morir el ‘visaje’ del bailarín caleño y que recordará por siempre al ‘Rey del Boogaloo’.

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