Salsa

Jhonny Pacheco y su declaración de amor por Cali

Hoy 15 de febrero se cumplen tres años de la partida del artista fundamental para la historia de la salsa, en 90 Minutos recordamos la historia de cómo Jhonny Pacheco decidió declarar a Cali como capital mundial de la salsa. Con sus protagonistas, rememoramos un episodio clave para que esta ciudad continuara protegiendo un legado que uno de sus creadores entregó a los caleños.

Jhonny Pacheco y su declaración de amor por Cali
Tomada de redes sociales.

Hoy 15 de febrero se cumplen tres años de la partida del artista fundamental para la historia de la salsa, en 90 Minutos recordamos la historia de cómo Jhonny Pacheco decidió declarar a Cali como capital mundial de la salsa. Con sus protagonistas, rememoramos un episodio clave para que esta ciudad continuara protegiendo un legado que uno de sus creadores entregó a los caleños.

Compartir

A pesar de los muchos inviernos y sobre todo veranos que han pasado durante estos años en Nueva York, Miguel Yusti, el inquieto caleño rumbero de los años setenta y joven estelar de aquella generación. Él aún recuerda con detalles la primera vez que conoció a quien se convertiría en un gran amigo y cómplice de aquellas largas noches furtivas de desenfreno rumbero: el señor Jhony Pacheco.

Fue un verano en Nueva York, como nos cantó el Gran Combo, cuando Yusti visitó a su hermano Álvaro, quien vivía en esa capital del mundo en 1976. La ciudad cosmopolita ya era una amalgama de sonidos, pura experimentación no solo musical sino también con las drogas que se descubrían. Era un mundo pleno de amor libre y de una juventud que luchaba por cambiar estructuras.

Miguel Yusti, que por entonces era directivo de la Universidad del Valle, se asomaba a ese mundo con la expectativa de escuchar a esos monstruos a los que solo tenía acceso a través de los Long Play que compraba en el centro caleño, en el almacén de Alcibiades Bedoya, o cuando sonaba alguna de las ‘panelas’ en Radio Tigre o Radio El Sol.

Aquel jueves

Un jueves de aquel julio caluroso, el académico Yusti se fue con su hermano al legendario Corso, el mismo de la Calle Ochenta y Seis de la 205 Este, saliendo de la Tercera Avenida. El Corso competía ‘mano a mano’ con otros sitios como El Chez Jose o el Palladium por los sonidos que provenían del barrio latino. Además, por la cantidad de audiencias que se congregaban en aquellos emblemáticos lugares. Basta recordar que el Chez Jose abrió sus puertas en 1965 con nadie más que con la mismísima orquesta de Larry Harlow.

Y vaya qué casualidad pues cuando Yusti llegó con su hermano Álvaro al Corso, quien se presentaría esa noche era la orquesta de ‘El judío Maravilloso’. El Corso tenía sus puertas abiertas desde 1927, pero realmente durante muchos años se mantuvo como un restaurante que atendía americanos-alemanes que vivían por la zona.

Solo fue a mediados de los años sesenta cuando Pete Bonet, un cantante puertorriqueño, consiguió convencer al nuevo dueño del restaurante, Tony Raymone, para que le permitiera innovar con noches de música latina. Y así comenzó la leyenda. Machito, Palmieri, La Sonora Matancera, Fajardo y su Orquesta, Tito Puente, toda la realeza musical del sonido latino comenzó a tejer la leyenda de El Corso.

A ese sitio llegó el caleño rumbero con un sueño que ya le había revelado a su hermano, quería conocer a ese inquieto músico del que todos hablaban, el gran Jhonny Pacheco. La suerte no pudo estar más del lado de Yusti, el hombre se ganó el ‘premio mayor’ no solo porque esa noche se presentaba Larry Harlow sino porque el invitado era precisamente el flautista, percusionista, arreglista, director, productor, cantante y compositor dominicano.

¿Cómo fue la noche?

Pero si ya aquella noche prometía ser inolvidable, Miguel y su hermano terminaron viendo cómo tres violines se deshacían en el escenario: Andy Harlow, el maestro Félix ‘Pupi’ Legarreta  y un jovencísimo Alfredito de la Fe que comenzaba a andar sus primeros pasos. Mientras esta banda se divertía en tarima, abajo Pacheco y su Tumbao se preparaban con Héctor Casanova y el ‘Pete’ Conde Rodríguez liderando la avanzaba vocal que enardecería al público asistente. 

A unos metros, Miguel contemplaba extasiado la sinfonía musical y esperaba pacientemente el momento del encuentro. Todo fue más fácil de lo que esperaba. Media hora después de que terminó semejante zafarrancho orquestal, Álvaro, el hermano de Miguel, sentó en su propia mesa al ‘Zorro plateado’. Un estrechón de mano, un saludo cordial y un recuerdo de una rumba añeja fue suficiente para comenzar a construir una relación que se extendió por 45 años.

Tercer aniversario de fallecimiento

Este jueves 15 de febrero del 2024, cuando se cumple el tercer aniversario del fallecimiento del hombre orquesta del sabor afrolatino Yusti recuerda para 90 Minutos cómo se forjó esa amistad y busca una explicación a esa extraña obsesión de convertirlo en ciudadano ilustre de Cali y entregarle las llaves de la ciudad.

Pasaron muchos años, transcurrieron muchas rumbas, se tomaron muchos tragos y hubo muchos toques antes que de la mano de Manolito Vergara, otro entrañable amigo caleño de la rumba, Miguel Yusti lograra su cometido de traer al gran artista dominicano para honrarlo como hijo de esta ciudad que lo quiso y lo bailó como a pocos.

Manuel Vergara, el hombre fuerte de El Habanero, el emblemático espacio cultural aledaño al Parque Alameda, conoció a Pacheco también en Nueva York. Pero en esa oportunidad gracias a Humberto Corredor, el polifacético caleño tan cercano a la Sonora Matancera.

Siempre fue un gran caballero, un señor, tipo cariñoso y se daba sus lujitos como ‘el zorro plateado’ que era pues en ese tiempo le gustaba mostrar su melena al viento en un Mustang descapotable del año 65 que tenía”, recuerda este gestor cultural, que lleva más de 20 años al frente de El Habanero.

El ritmo de Pacheco

Y es que, claro, Pacheco no fue un músico más. Era la última frontera, el final de una raza de grandes ‘caballos pura sangre’ de la salsa continental que convirtieron el género en algo más que una simple expresión artística de esta parte del mundo. Con Pacheco y sus producciones, la salsa se volvió internacional. Su ritmo fue llevado a los mejores escenarios de España, Gran Bretaña, Italia, Francia, Japón y hasta la madre África supo de este hombre de pelo blanco, delgado, de sonrisa fácil, voz aguda y flauta versátil que junto con Jerry Masucci crearon la Fania All Star en los albores de los años 70 y construyeron ‘nuestra cosa latina’.

Pacheco hijo de Rafael Azarías Pacheco, quien en su país era director y clarinetista de la orquesta ‘Ritmo del Yaque’, y de Octavia Knipping Rochet nieta del colono francés Cristophe Rochette. Fue de su padre de quien recibió su primer instrumento musical. A los once años salió de República Dominicana rumbo a Nueva York, donde aprendió a tocar instrumentos de percusión en la Escuela Juilliard.

A finales de los años 50 hizo parte del conjunto del pianista Charlie Palmieri. Arrancando la década de los sesenta formó su primera orquesta llamada Pacheco y su Charanga, que tuvo un tremendo éxito. La orquesta firmó con el sello Alegre Records y vendió más de 100.000 copias de su primer álbum titulado Pacheco y su Charanga Vol. 1.

Desde ese momento y hasta finales de 1963, se convirtió en una estrella internacional y realizó giras en Estados Unidos, Europa, Asia y Latinoamérica. Incluso, ‘Pacheco y su Charanga’, fue la primera banda latina en presentarse en Teatro Apollo en Harlem, en 1962 y 1963.

Giros inesperados

El giro de la vida se produjo en 1964 cuando se encuentra con el abogado de ascendencia italiana Jerry Masucci y crean Fania Records. Esta se convertiría en el gran monstruo de la producción musical afroamericana. Ese mismo año el sello lanzó su primer disco ‘Cañonazo’, el álbum contaba con Pete ‘El Conde’ Rodríguez como vocalista.

Como ejecutivo de la compañía, director creativo y productor musical, Pacheco fue responsable del inicio de las carreras de muchas estrellas de la Fania. Algunos como Ray Barretto, Bobby Valentín y Rubén Blades, le agradecen sus inicios.

Otro momento histórico de su vida ocurrió en 1968, cuando unió a todos los músicos del sello y los presentó en un concierto. Esto marcó el nacimiento de la legendaria agrupación Las Estrellas de la Fania, una era inolvidable que cambió la historia de la música afrolatina.

Durante varias décadas, Johnny Pacheco simplemente era el caballo más grande. Lo que dijera Pacheco se hacía y a quien bendijera, ese era el elegido. Pacheco apadrinó decenas de artistas, produjo centenares de álbumes, fue corista de esos trabajos o tocó la flauta. Pacheco era omnipresente.

Lea también: Bob Marley y la increíble historia de su muerte

 ‘La cosa caleña’

Pasaron los años y la idea de traer a Pacheco a Cali para entregarle las llaves de la ciudad seguía rondando a Yusti. En el 2004 se anunció que venía a la Sucursal después de muchos años de ausencia, pero un empresario quedó mal y se canceló.

Yusti, quien para entonces hacía parte del gobierno caleño de aquellos años, sintió que se había perdido la mejor oportunidad para el reconocimiento que planeaba. Pues no era muy bien visto que pareciera más interesado en la rumba caleña que en los complejos avatares de la política local.

El entonces Secretario de Gobierno creyó que ya todo estaba cancelado, pero un viaje a Fort Lauderdale en 2005 le permitió ver a la Orquesta de Willie Rosario. Allí se encontró con una persona que resultó siendo muy cercana a Pacheco y su empresario. “La cosa es que al otro día, cuál no sería mi sorpresa, me llamó el propio Pacheco y su saludo fue: ‘Yucti, yo voy pa’ Cali, dime cuándo’”.

Todo quedó listo para traer al ‘rey del tumbao añejo’ a mediados de año. Pacheco se entusiasmó tanto –recuerda Yusti- que armó hasta un ‘casting’ para tratar de venir con voces similares a las de ‘El Conde’ Rodríguez y Héctor Casanova, cosa que obviamente no logró por la dificultad de llegar a alcanzar tonos como los que poseían ese par de ‘caballos salseros’.

Unidos como los compadres (a propósito de Pacheco y ‘El Conde’) Yusti y Vergara se pusieron en la tarea de elaborar pergaminos. Además, realizar fotografías para sorprender al maestro dominicano con una distinción que recordara por toda su existencia.

El esperado día

Ese día por fin llegó y a mediados de junio del 2005, un Pacheco emocionado llegó al despacho de Miguel Yusti, para entonces alcalde encargado de la ciudad (y es que hasta Oshun, Yemayá, Orulo y Obatalá se confabularon en favor del salsero), quien le rendiría el merecido homenaje al director dominicano que había alegrado tantas noches caleñas.

“Pacheco fue reconocido por la ciudad a través de la Administración Municipal. Como amigo y dándole curso a una invitación que le hice, llegó con su orquesta ‘Pacheco y su Tumbao’, fue portador de las llaves de la ciudad y condecorado por mí”, recuerda Yusti con gran nostalgia.

Para este docente universitario, que conoció como pocos el movimiento salsero de esta ciudad, el gran valor de Pacheco como productor y director musical fue el de recuperar el gran espectáculo de la salsa que había sido roto cuando apareció Joe Cuba y su Sexteto, que marcó un derrumbe de las espectaculares ‘big band’ de los años sesenta. 

“Lo que hizo Pacheco fue montar el formato de las grandes orquestas, con la matriz de la Sonora Matancera, para mí ese es su gran aporte. Muchos en esa época no le dieron la importancia que Pacheco tuvo como el más extraordinario arreglista de la salsa”, dice ahora Miguel, quien recuerda un episodio que hoy es una anécdota divertida más, pero que en los ochenta pudo ser una triste noticia mundial.

La historia que condujo a Yusti a vivir una anécdota como pocas se han contado sucedió así. En locos años ochenta, Larry Landa, el díscolo y discutido empresario que trajo a tantos artistas a Cali, invitó a Jhonny Pacheco y la Fania a un concierto en esta ciudad.

La rumba continúa

En esos tiempos, relatan muchos testigos de excepción, los artistas no solo venían por los dólares que tan generosamente se ofrecían sino también porque aquí había suficiente polvo blanco y mujeres por montón que ‘alegraban’ la vida de estos artistas. Pues bien, el relato de Yusti es contundente. Una noche después del concierto y estando en el Hotel Petecuy, el desaparecido hostal del Centro ubicado en la Carrera 9 con Calle 15 que albergó a todos los artistas que pasaron por Cali, por poco pasa a la historiacomo el lugar en el que casi pierde la vida Pacheco.

“Esa noche -recuerda Yusti- terminamos en el ‘penthouse’ y continuamos la rumba. De un momento a otro Pacheco dejó de hablar y me pareció muy extraño porque era muy conversador. Eran las tres de la mañana y de pronto veo a Pacheco que se me fue quedando, como cerrando los ojos y sin cómo poder volver a la rumba. Me asusté porque se sentía mal, como sin aire, entonces me tocó urgente mandar a comprar leche y todos estos remedios que uno sabía que se usaban para ‘volverlo a la vida’”.

Yusti, hace muchos años alejado de los excesos, pero no de la buena melodía que  sigue palpitando, ahora suele escuchar el tumbao añejo de Pacheco pero en su apartamento porque dejó de asistir a los viejos grilles de Alameda desde hace un año cuando el maldito bicho lo sorprendió y casi se lo lleva de la última rumba, sin siquiera haberla bailado. Ahora mientras hace una pausa en el relato, me recuerda que Pacheco nunca se olvidó de esta anécdota que luego recordarían en medio del jolgorio. “¿Te imaginás que Pacheco se nos hubiera muerto en Cali?, nooooo, qué tragedia”, me dice Miguel, mientras señala sonriente el cuadro que está en El Habanero donde emerge la figura del gran director musical.

Una declaración que sorprendió

Pero en lo que coinciden los otros compadres (Manolito y Yusti) es que ese día de la condecoración, de la entrega de las llaves de la ciudad y de la consagración como ciudadano ilustre de esta capital, Jhonny Pacheco los sorprendió al anunciar que sin lugar a dudas “Cali es la capital mundial de la salsa”.

Esa retribución de Pacheco, conocedor como pocos de lo que se estaba cocinando en el ambiente salsero, fue una clara muestra de que entendía que esta capital era el último baluarte de un movimiento que él transformó.

Ahora intento comprender que su anuncio no obedeció a una devolución de atenciones sino simplemente a que como buen visionario que fue toda su vida, el dominicano vio claro que la salsa perduraría en el tiempo en la medida que una ciudad (Cali) la protegiera, la conservara y la multiplicara. Esto a través de sus bailarines que la llevarían por todo el mundo y que consagrarían un estilo único de goce en las pistas, el estilo caleño.

“Hay que poner atención porque esa es la única declaración formal que existe de una ciudad como capital mundial de la salsa y es un gran mérito que la haya entregado Pacheco porque él cruzó todos los océanos llevando el nombre de la salsa al mundo. Se le ocurrió eso en plena celebración, nosotros no sugerimos nada, nos dijo: ‘ustedes son la memoria musical de la salsa para el mundo’”.

recuerda Manolo Vergara.

"Cali: Una historia en nuestros corazones"

Incluso, rememora el propietario de ‘El Habanero Club’, Pacheco contó como anécdota que muchas veces, en diciembre, tenía problemas para conformar orquestas porque la mayoría estaba en Cali. “Esta ciudad es una historia en nuestros corazones, en nuestros sentimientos”, les decía el dominicano.

Por eso, Manolo no duda en decir que ese impulso que le dio Pacheco a Cali fue una especie de entrega de una posta, de un legado, de una herencia musical que le ha dado a la ciudad la oportunidad de seguir creciendo con sus más de 2.500 bailarines, más de 200 academias de baile, medio centenar de orquestas y decenas de lugares donde se sigue cultivando el gusto por la música afroantillana.

Devolver la salsa a sus raíces

Pacheco fue el primero en devolver la salsa a su origen, a la cuna de Obatalá y del eco de un tambor.“Con la orquesta mía tuve la dicha de que fuera la primera en tocar en el África. El amor que le tienen a nuestra música es increíble. A ellos les gusta cualquier tipo de música que tenga ritmo bailable, especialmente el son y la guajira, y son tremendísimos. Por eso les toqué ‘Vikingo caliente’. Lo primero de nosotros que llegó a África fue ‘Acuyuyé’ y una guajira llamada ‘El piñarero’, que pienso grabar de nuevo con Celio González”, recordó alguna vez el propio Pacheco en una conversación con el investigador César Pagano.

“Un soñador de lo imposible”, qué bella frase… Así se autodenominó en una entrevista el destacado músico. Un hombre que al repasar las huellas dejadas en la arena rumbera podía sentirse orgulloso de lo que ejecutó por sus raíces artísticas.

Y hoy, cuando se conmemoran tres años de su partida y los salseros no terminamos de lamentar su partida, hay que recordar el amor de Pacheco por Cali y cómo una declaración suya se convirtió en el pasaporte para que la ciudad fuera conocida como la capital mundial de la salsa, honremos su legado…

Artículo relacionado

Sigue nuestras redes sociales:

Lee más noticias

Salsa

Willy García, un artista ‘a prueba de fuego’ que celebra 30 años de trayectoria artística

En la memoria de los salseros retumban aquellas melodías como ‘Escombros’, ‘Gotas de Lluvia’, ‘Etnia’, ‘Eres’, entre otros múltiples éxitos que lo llevaron, junto con su afinada voz, a recorrer gran parte de Europa y América. Ha realizado conciertos en Bogotá, Medellín y ahora prepara el de este sábado 27 en Cali.

Willy García, un artista ‘a prueba de fuego’ que celebra 30 años de trayectoria artística
Tomada de redes sociales

En la memoria de los salseros retumban aquellas melodías como ‘Escombros’, ‘Gotas de Lluvia’, ‘Etnia’, ‘Eres’, entre otros múltiples éxitos que lo llevaron, junto con su afinada voz, a recorrer gran parte de Europa y América. Ha realizado conciertos en Bogotá, Medellín y ahora prepara el de este sábado 27 en Cali.

Compartir

Tres décadas de vida artística se dicen fácilmente, pero detrás de ello hay una senda de lucha, amor por la música y, por supuesto, demasiado talento.

Esta es la historia de Willy García, 30 años de sentimiento y sabor, de melodías que escucharán a continuación… Una historia que quizás comenzó con Escombros y la Suprema Corte, por esos años comenzamos a escuchar a un inquieto chico que tenía mucho talento, y que no solo cantaba sino que también tenía una gran facilidad para la composición, algo genético, tal vez, porque su abuela era una experta repentista, igual que tíos, primos, se les daba fácil aquello de crear canciones.

Y fue allá en Buenaventura, su tierra natal, donde comenzó esta historia que en la actualidad lo reconoce como una de las voces salseras más importantes de Colombia, con una proyección internacional potente y respetada.

“Haber nacido donde nací siempre lo he considerado como un premio. Haber nacido  en la familia que nací es otro privilegio y yo nací en una familia musical, mi abuelita cantaba muy bonito, también mis tíos. Hay un tío que es escritor también, entonces si tu ves todos hablan del arte, la música, la composición y todo esto siempre ha estado muy cerca. Efectivamente me crie con ganas de hacer lo que veía y escuchaba, yo veía mi gente feliz, entonces pues a pesar de todas las necesidades, tuve una niñez feliz”.

Afirma Willy.

Como el artista integral que es, nunca ha dejado de ser sencillo, humilde, tranquilo y, sobre todo, agradecido con quienes le dieron las primeras herramientas para defenderse en una vida artística que apenas imaginaba en su tierra natal.

“Escuchaba cantar a mis tíos y yo quería ser cantante. Veía a otro de mis tíos escribir y yo quería escribir, pero las que siempre impulsaron mi vida musical fueron mi mamá y mi abuela. Ellas fueron como como ese motor para que yo creyera en mis sueños y creyera en que era posible lograr lo que he logrado hasta el momento”,

me dice este gran talento vallecaucano que justamente este 27 de abril celebrará con un gran concierto estos 30 años de vida musical. 

Los siempre difíciles primeros años

Y lo que son los caminos de la vida, en medio de la nostalgia y el paso y peso de los años, Willy aún recuerda esa noche en que estuvo a punto de embarcarse con destino a los ‘yores’. Eran los tiempos en que los ‘norteños’, como se les llamaba a los polizones que salían de Buenaventura a Estados Unidos o Canadá, eran los reyes del puerto. Cuando lograban ‘coronar’ su aventura en alta mar, llegaban las historias —muchas de ellas exageradas— de una vida de lujos y excesos. En aquellos años ochenta eso impresionaba a los jóvenes y Willy no era la excepción. Una noche, mientras se preparaba para una nueva salida musical con la orquesta La Combinación, le llegó el mensaje de que todo estaba listo para embarcarse apenas terminaran.

“Al final, los consejos de mi abuela, de la familia, pudieron más. Yo tenía otra oportunidad y era la música”

Así recuerda Willly García, más de tres décadas después, este episodio que marcó la vida de uno de los artistas más importantes de la historia del Valle del Cauca. Willy, quien paseó con éxito su música por la Suprema Corte, el Grupo Niche y Son de Cali, sigue ahora una senda como solista en la que continúa ‘pegando’ un éxito tras otro. 

En la memoria de los salseros retumban aquellas melodías como ‘Escombros’, ‘Gotas de Lluvia’, ‘Etnia’, ‘Eres’, ‘La magia de tus besos’, ‘A prueba de fuego’, ‘Y entonces’, ‘Te amo’, ‘Amanecí con ganas de ti’, entre otros múltiples éxitos que lo llevaron, junto con su afinada voz, a recorrer gran parte de Europa y América. Pero siempre, en ese corazón lleno de melodía, su Buenaventura del alma siguió latiendo a ritmo de bongoes y tumbadoras. Por eso aquel recuerdo, que pocas veces ha revelado, le sirve para hacer ver que lo que necesita la gente de su ciudad son oportunidades.

Gotas de lluvia, no es el rocío
Lágrimas que vienen del corazón
Gotas de lluvia, no es el rocío
Lágrimas que brotan por que ya no hay amor

Pudiste haberme dicho que no
Que no sentías nada por mí
Que lo nuestro nunca fue algo especial
La vida cambia y todo tiene final
Una aventura fue para ti
Y fácilmente yo en tus redes caí
Un trago amargo que de ti recibí
Ahora no sé, no sé qué será de mí

‘Escombros’, con la Suprema Corte; ‘Gotas de lluvia’, con el Grupo Niche y ‘Te amo’, son temas imposibles de ser obviados para Willy en cualquier concierto. De hecho, este último, ‘Te amo’, tiene una particularidad que toca la fibra del cantautor y es que se trató de la primera canción que sonó en el proyecto Son de Cali y, además, porque se la escribió a su hija mayor y luego la cantó con ‘Lala’, su pequeña hija. “Esas son canciones referentes que han marcado momentos mágicos y es inevitable hablar de ellas”.

‘Gotas de Lluvia’ fue la canción que sin duda lo catapultó. El cantante recordó ese paso por uno de los grupos de salsa más exitosos en este género, cuando tuvo la oportunidad de mostrar su talento en el Grupo Niche.

"Me dijo el maestro Jairo Varela que le pusiera una boquilla porque el tema lo iba a cantar Charly. Entonces yo cogí la hoja, me metí al estudio y arranqué a cantar 'Gotas de lluvia, no es el rocío, lágrimas que vienen del corazón'. Dejé la guía y arranque para mi casa".

Enseguida cuando Willy llegó a la casa, inmediatamente lo llamaron para que regresara al estudio. "La sorpresa es que yo llego allá y estaba lleno de gente. Apenas entré a la cabina, el maestro dice les presento el nuevo cantante del Grupo Niche".

Este momento tuvo demasiado significado en la vida de Willy con la oportunidad de demostrar su voz y aprender junto a Jairo Varela.

“Defender un país con mis principios, con mis ideales
Defender una tierra, no sé si ajena valga la pena
Que aprendí a querer por que terminar como yo entre cadenas
Y un canto de amor acaba en llanto, en tanto, tanto llanto

Aprender a vivir entre el odio xenófobo grosero
Eso dio pie para sacar pecho de mi origen pueblero
¿De qué valió poner en alto, en lo más alto mi bandera altanera
Si el premio que recibo, sin motivo, es una larga condena?”

Uno de los temas que más tocó la fibra de Willy cuando estuvo con el maestro Jairo Varela fue precisamente ‘A prueba de fuego’, la inmensa tonada, composición de Jairo Varela, que se convirtió en un hito de la lucha que emprendía el maestro chocoano desde la cárcel. La voz de Willy se quiebra al recordar aquel momento, pero también se le infla el pecho de orgullo al saber que su voz quedó inmotalizada para siempre en este tema que incluso muchos melómanos consideran como el más emotivo que escribió Varela. 

“Recuerdo que con José Aguirre nos tocaba ir al lugar de reclusión del maestro Jairo Varela, suena extraño escuchar eso, pero es la verdad. Allá escuchábamos las canciones que tenía para los proyectos y en ese momento estábamos pendientes del álbum ‘A prueba de fuego’. Recuerdo que el maestro Jairo empezó con un disco que se llamaba La cárcel, esa primera versión la grabé yo. Y entonces cuando él empezó a cantarnos la canción estaba buscando un coro y nos dice, “que suene algo como ‘sáquenme de aquí, sáquenme de aquí”. Ese fue un momento difícil y muy duro porque el maestro entendió que el desespero comenzaba a notársele”.

Pero luego llegó el momento clave de esta historia pues después de ‘La cárcel’, García y Aguirre comenzaron a escuchar a Varela con ‘A prueba de fuego’ y rápidamente se dieron cuenta de que era una letra muy poderosa en la que el destacado compositor chocoano plasmaba toda su inconformidad, tristeza, amargura y desazón por lo que estaba padeciendo en la cárcel. 

“Pasar de una canción y luego escucharlo con ‘A prueba de fuego’ pues fue muy complejo. Cuando se pregunta en su letra de qué valió poner en alto mi bandera altanera, si el premio que recibo es una larga condena”, guaaau, eso es muy bueno. O fíjate en los soneos, cuando él empieza a decir a decir ‘sumo y resto y no he ganao, y a la cárcel me han mandado con testigos preparaos’, y empiezo a sentir esa impotencia del maestro. Además, fíjate en los soneos cortos, yo allí comencé a meterme en ese papel, él me iba cambiando cosas, pero siempre me permitía participar y allí pues yo improviso y meto lo mío, hicimos cosas bonitas como esas. Haber hecho parte de esta producción fue algo maravilloso, haberla liderado pues canté ocho de las diez canciones, fue un momento entre triste y mágico porque no es lo mismo narrar que vivirlo y el maestro Varela lo estaba padeciendo. Al final se logró un gran producto y el maestro Jairo Varela siempre mostró su genialidad”,

recuerda Willy.

Su experiencia con un ‘caballo’ salsero

También llegan otros recuerdos más cercanos como cuando Willy, un poco después de la pandemia, siguió produciendo música y se acercó al maestro puertorriqueño Gilberto Santa Rosa. Lo veo y no lo creo’  contó en la producción de Isidro Infante y Óscar Iván Lozano, con la grabación de los instrumentos en Colombia y de las voces en Puerto Rico. Desde hace tres años el excantante del Grupo Niche había hablado con el 'Caballero de la salsa' en diferentes presentaciones y fue hasta el 2020 que Willy escribió la letra para presentársela a Gilberto. “Cuando lo llamé me atendió con mucha amabilidad. Le propuse este proyecto y me dijo: ‘si estás tú y está Isidro, el producto debe ser bueno’"; recuerda con entusiasmo el cantante bonaverense al saber que estaría con un grande de este género.

Así, Willy viajó a Puerto Rico para grabar la canción. "Yan Collazo me recibió en el aeropuerto. Luego fuimos al estudio con el maestro Isidro y al llegar al estudio tuve mucha felicidad al estar y grabar con el maestro Gilberto. Fue un sueño cumplido porque logramos una química perfecta musicalmente y aprendí de un grande".

Al hablar de esa composición, Willy solo recordó que al final “las canciones llegan así en algún momento. Un día me levanté y tenía todo el tiempo en la mente ese coro 'lo veo y no lo creo'. Entonces empecé a escribir y argumentar con una historia. Quise darle un toque romántico y un poco de golpe. Me gustó mucho, el resultado fue el mejor”.

Esa fusión de talentos tiene una explicación, Willy dice que la salsa en Colombia tiene un toque de folclor y de cumbia, “entonces con la salsa puertorriqueña se tuvo un plus al ser una canción bacana y bailable”.

Artículo relacionado

Orgullo de Buenaventura

Este cantante, que se siente orgulloso de tener esencia de pueblo y está comprometido con su tierra, no niega sus raíces, recuerda con nostalgia a su abuela Hilma y, cada vez que puede, se da una escapada a su ‘bello puerto del mar’.

“A mí me duele Buenaventura y quiero aportar mi grano de arena para ayudar a tanto muchacho con talento que se pierde en medio de la falta de oportunidades”

Y fue así como en forma silenciosa Willy creó Tengo Fe, una pequeña fundación que tiene como propósito descubrir la calidad artística de chicos de Buenaventura, apadrinándolos en sus sueños de llegar a las grandes ligas de la música. Pero no solo eso, Willy también sabe que es la oportunidad para arrebatar de la violencia a muchos de estos pequeños. “Las posibilidades de que los chicos cojan un camino negativo están hoy más a la mano. Lo que visualizo es que los jóvenes que tienen diferentes opciones, por lo menos, se detienen a pensar un poco más. Es que sin oportunidades es muy difícil”, dice el artista ganador de múltiples premios por ‘Así se Baila en Cali’ y ‘Vos me debés’, dos de sus interpretaciones que fueron proclamados Disco de la Feria de Cali.

Willy se crió en el barrio Lleras, un barrio de  aquellos complejos de ‘Tura’, donde abundan las necesidades.

“El símbolo de todo esto es poder regresar al barrio hoy en mi madurez y tratar de ayudar a los que más pueda. Los voy a ayudar con música, quiero abrir de manera independiente y de corazón una oportunidad para que estos muchachos la puedan aprovechar”.

Y recordando su dilema cuando tenía 16 años, Willy se apresura a decir que “si hay oportunidades, es posible que tengamos que hacer menos correcciones a los más jóvenes. ¿Cuántos futbolistas, cuántos cantantes se han perdido porque no tuvieron una alternativa? Para mí Buenaventura necesita eso, más atención”.

Ahora Willy se concentra en su encuentro del sábado 27 de abril. “Esto es más que un concierto”, dice con plena seguridad. Y vaya que lo es porque lo cierto es que se trata también de un performance, de un acto casi teatral y musical donde Willy se reúne con sus amigos de antaño y rinde homenaje a músicos de La Suprema Corte, del Grupo Niche, a su gran amigo Javier Vásquez, con quien integró el recordado dúo de Son de Cali.

“Voy a llevarlos a un viaje, desde el presente hacia el pasado, vamos a tratar de que el público viva una noche mágica, de una historia contada y cantada”.

Cuatro temas claves para bailar con Willy García

'Escombros'
'Gotas de lluvia'
'Te amo'
'Amanecí con ganas de ti'

Lee más noticias

Salsa

'A prueba de fuego': Willy García cuenta la historia de la canción que nació entre rejas

Esta fue una pieza musical que capturó la esencia y el sentir de Jairo Varela en un momento particularmente difícil de su vida. Aquí le contamos cómo surgió.

'A prueba de fuego': Willy García cuenta la historia de la canción que nació entre rejas
Prensa Willy García - Especial para 90minutos.co

Esta fue una pieza musical que capturó la esencia y el sentir de Jairo Varela en un momento particularmente difícil de su vida. Aquí le contamos cómo surgió.

Compartir

En una entrevista con 90 Minutos, Willy García, reconocido músico y exintegrante de las orquestas Suprema Corte y Grupo Nichey compartió detalles detrás de la creación de la canción "A prueba de fuego".

Esta fue una pieza musical que capturó la esencia y el sentir de Jairo Varela en un momento particularmente difícil de su vida.

García relata cómo, junto al maestro José Aguirre, visitaban a Varela en su lugar de reclusión para discutir y escuchar las nuevas canciones que él tenía preparadas para futuros proyectos.

Lea también: La historia detrás de 'Zúmbale' (éxito musical) contada por el mismo Henry Fiol

"Creo que fue la primera versión que grabamos en la cárcel, él nos contó la canción (...) fue un momento difícil porque estábamos Jose Aguirre y yo, y al maestro se le entendía, su desespero, se notaba su ansiedad".

Expresó García.

Sobre la lucha personal de Jairo Varela

La letra, que reflejaba su lucha personal y sus pensamientos más profundos, conmovió profundamente a García y Aguirre.

"Él mostraba su inconformidad. Cuando él dice '¿De qué valió poner en alto, en lo más alto mi bandera altanera Si el premio que recibo, sin motivo, es una larga condena?', muy fuerte".

Manifestó.

A medida que trabajaban en la canción, García pudo sentir la impotencia de Varela, lo que hizo que su colaboración fuera aún más significativa.

"Cuando él dice 'sumo y resto y no he gana'o y a la cárcel me han manda'o con testigos prepara'os' yo empiezo a sentir la impotencia del maestro y entro a asumir el papel, 'falsa acusación, troncó mi libertad', él me ayuda cambiando cosas, pero fue como siempre lo hacíamos".

Juntos, refinaron la letra y los arreglos musicales, creando una obra que reflejaba la genialidad y la profundidad artística de Varela.

Para García, formar parte de esta producción fue un honor y un desafío. Aunque inicialmente estaba programado que interpretara la canción completa, Varela decidió cortarla un poco.

"Él me permitía que participara, tenía confianza en el trabajo y logramos hacer cosas bonitas".

Explicó García.

Sin embargo, el proceso de crear la canción fue para García un momento "entre triste y mágico", donde pudo presenciar la narración viva de Varela sobre su propia experiencia.

Al final, el trabajo conjunto entre Varela y García, con el aporte de la compañía y otros colaboradores, dio como resultado una obra que perdurará en la memoria de quienes la escuchen. "A prueba de fuego" no solo es una canción, sino un testimonio de la grandeza artística y la humanidad de Jairo Varela.

Artículo relacionado

Sigue nuestras redes sociales:

Lee más noticias

Salsa

🔴El salsero Richie Valdés en 90 Minutos: Hablará de su vida, trayectoria y proyectos

Richie contará su importante paso por el Grupo Niche, Guayacán y su trabajo artístico como solista. Este artista, con una trayectoria amplia, revelará sus secretos en 90 Minutos.

Richie contará su importante paso por el Grupo Niche, Guayacán y su trabajo artístico como solista. Este artista, con una trayectoria amplia, revelará sus secretos en 90 Minutos.

Compartir

El Noticiero 90 Minutos hablará con Richie Valdés destacado artista, compositor, cantante, arreglista y músico chocoano.

Además, en el marco de los 40 años del icónico tema 'Cali Pachanguero', el salsero entregará detalles sobre las anécdotas alrededor de la canción emblemática de la ciudad.

Lea también: "Alguna de estas dos": Willy García y la orquesta donde le hubiese gustado cantar

También, Richie contará su importante paso por el Grupo Niche, Guayacán y su trabajo artístico como solista. Este artista, con una trayectoria amplia, revelará sus secretos en 90 Minutos.

Artículo relacionado

Sigue nuestras redes sociales: