Uno de los males de la vida moderna es la hipertensión ya que una presión arterial alta tiene consecuencias graves que se pueden traducir, por ejemplo, en un fallo cardiaco. Llevar una vida sedentaria, el exceso de sal o seguir una dieta inadecuada son algunos de los factores que la causan.
La publicación médica The Lancet ya alertaba hace diez años sobre los peligros de la hipertensión y cómo afectaba en especial a las personas en los países desarrollados. La previsión que se hacía en el artículo apuntaba a que 1.500 millones de personas podrían sufrir de hipertensión en 2025. Sin embargo, la cifra no incluía a los gatos.
La Sociedad Internacional de Medicina Felina (ISFM, por sus siglas en inglés) ha puesto el foco en una preocupación muy similar a la que se exponía en The Lancet. Los gatos, sobre todo los más viejos, son también víctimas de la hipertensión pero la mayoría de las veces no llega a diagnosticarse e impide un tratamiento preventivo.
Por esto, 90minutos.co se dio a la tarea de consultar a la veterinaria zootecnista, Linda Ximena Sánchez Loaiza, para indagar sobre esta enfermedad y consultar los factores de riesgo y cuidados que debe tener en cuenta si su mejor amigo es un felino.
La veterinaria explica que aunque la hipertensión felina no es muy común o frecuente, factores como: la alimentación, exámenes médicos periódicos, actividad física regular y el sedentarismo; son determinantes claves en la salud de los gatos.
"Existen dos tipos de hipertensión; la primaria que se da cuando no existe alguna enfermedad base o anterior que desencadene la hipertensión, y la secundaria que se presenta como consecuencia de otra enfermedad".
Por esto, quienes tienen como mascota un gato deben estar muy atentos a los cambios físicos de su mascota puesto que, según la veterinaria, cuando los felinos llegan a consulta generalmente presentan gran inflamación en los ojos a causa del aumento de la presión que genera el desprendimiento parcial o total de la retina, lo cual es muy riesgoso porque disminuye la visión del paciente o, en el peor de los casos, puede resultar en una ceguera irreversible.
Además de los ojos, los riñones; que presentan insuficiencia renal crónica, el cerebro; aunque no es muy común, y el corazón, son los órganos más afectados por la hipertensión.
En cuanto a las causas, la experta dice que son muy similares a las que producen la hipertensión en los humanos, es decir, disposiciones hereditarias, obesidad y exceso de alcohol y sal. Entre estas se exceptúa el estrés ya que no es muy común que los animales se enfermen por esta condición.
Por tanto, si su gato es obeso o de edad avanzada, la veterinaria Sánchez recomienda manejar una dieta balanceada tanto en cantidad como en calidad, ya que existe mucha gente que da gran cantidad de comida a su gato pero el concentrado no es de la mejor calidad y está hecho con proteína a base de múltiples productos que no es lo ideal, entonces a largo plazo el animal presenta problemas de riñón, un órgano muy importante para el monitoreo de la tensión que si no funciona bien puede acarrear un riesgo.
Asimismo, explica que normalmente los gatos son muy difíciles de diagnosticar porque no presentan síntomas a tiempo y como no son tan expresivos y activos como los perros, muchas veces no se alcanza a percibir comportamientos sintomáticos sino hasta cuando ya es algo grave como una pérdida de la visión, una hemorragia o pérdida de peso anormal, beben más agua de la cuenta y dependiendo del órgano afectado puede haber somnolencia, letargo extremo o cuando la presión sube mucho pueden tambalear y quedar en un estado de estupor.
También indicó que el dueño debe estar muy alerta cuando el gato presente alguna enfermedad cardiaca, problemas de tiroides e insuficiencia renal, en especial cuando es crónica; y de inmediato debe sospechar o hacer exámenes para descartar una hipertensión arterial. En el caso del tratamiento se tiene en cuenta la dieta, actividad física, exámenes para medir función renal y se medica con hipertensivos al igual que en los humanos.
"Cuando es hipertensión primaria normalmente los tratamientos duran un mes y pasado ese tiempo se recomiendan controles de monitoria para hacer seguimiento a la evolución del felino y determinar si se baja la dosis o se suspende para reanudar en un mes. En el caso de la secundaria se debe hacer tratamiento en la enfermedad de base ya que normalmente cuando se soluciona, la hipertensión secundaria desparece por si sola".
Finalmente, Sánchez aseveró que dependiendo de qué tan a tiempo se trate el felino los pronósticos suelen ser buenos, "aunque depende mucho del compromiso del dueño en el suministro del medicamento y de los cuidados que se deben tener con el gato. Por eso, los controles periódicos deben ser muy importantes; los animales totalmente sanos que tengan menos de siete años deben ser llevados a chequeos así no estén enfermos por lo menos una o dos veces al año, y los más adultos deben ir a control tres o cuatro veces al año".