La constancia de lluvias en el Valle es variado; debido a los factores climáticos que influyen en las precipitaciones de sus regiones Andina y Pacífica.
Entre ellos figuran los vientos, la altitud, latitud, ondas tropicales, la orientación de los relieves montañosos; y la Zona de Convergencia Intertropical (ZCIT). El factor más influyente y cuyo paso transitorio sobre el territorio colombiano; determina el régimen bimodal de la precipitación en la zona Andina del departamento (dos épocas lluviosas y dos épocas secas intercaladas entre sí).
Desde el 10 de septiembre del 2020, el NOAA (en inglés), declaró condiciones para la presencia de la Niña. Basándose en los últimos reportes, es probable que continúen sus condiciones en un 95%, hasta el primer trimestre de 2021.
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Este fenómeno afecta el régimen climático regional con aumento de las precipitaciones, en cantidad e intensidad. Una Niña débil aumenta en esa proporción las cantidades de lluvia, sin embargo, una Niña fuerte las aumenta considerablemente.
Recomendaciones para la temporada de lluvias
En este orden de ideas, la Cvc recomienda que las autoridades de Gestión del Riesgo; tomen medidas que prioricen la prevención y atención de desastres. Por lo tanto, se hace un llamado a que:
La Gobernación del Valle del Cauca y las alcaldías municipales reserven las partidas correspondientes. Brindando los recursos económicos, financieros y de todo tipo; necesarios para la atención oportuna y el control de emergencias.
Los Consejos Municipales de Gestión del Riesgo de Desastres actualicen los planes correspondientes, especialmente, la Estrategia Municipal de Respuesta a Emergencias – EMRE; y los apliquen de acuerdo con competencias y funciones, estando atentos a las recomendaciones que puedan emitir para combatir a la Niña.
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Las administraciones municipales deberán garantizar que las riberas y los cauces naturales de los ríos, quebradas, humedales, canales, etc., se encuentren libres de asentamientos humanos, puesto que la Niña desestabiliza los suelos, volviéndolos propensos a derrumbes.
Procurar que los cauces naturales, canales de aguas residuales, sifones, caños y sus bordes, se encuentren libres de sedimentos y de todo tipo de objetos u obstáculos que impidan el normal paso de las aguas y, en caso de represamientos, deberán coordinar las actividades de limpieza con los encargados de su mantenimiento. De ser necesario, deben dar la alerta oportuna a las entidades competentes.
Asimismo, las instituciones responsables deberán acoger todas las acciones y medidas de prevención, atención y alertas (incluidas las alertas tempranas para crecientes súbitas, movimientos en masa, fenómeno de la niña, etc.), en correspondencia con los procesos de manejo de desastres, conocimiento y reducción del riesgo.
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