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¡Centro Comercial y de Emprendimiento en las Bodegas del Ferrocarril

La zona de la Calle 25 no ha tenido buena suerte después de la explosión de 1956. Ningún intento de diversificar su actividad económica ha funcionado en años, y uno de los sectores de mejor acceso en Cali, e incluso con mayor cantidad de zona verde, ha quedado confinado a una actividad industrial. Columna del […]

¡Centro Comercial y de Emprendimiento en las Bodegas del Ferrocarril

La zona de la Calle 25 no ha tenido buena suerte después de la explosión de 1956. Ningún intento de diversificar su actividad económica ha funcionado en años, y uno de los sectores de mejor acceso en Cali, e incluso con mayor cantidad de zona verde, ha quedado confinado a una actividad industrial. Columna del […]

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La zona de la Calle 25 no ha tenido buena suerte después de la explosión de 1956. Ningún intento de diversificar su actividad económica ha funcionado en años, y uno de los sectores de mejor acceso en Cali, e incluso con mayor cantidad de zona verde, ha quedado confinado a una actividad industrial.

Columna del día: ¿Cali sin huecos?

Mi propuesta para aprovechar el potencial del sector, que está ubicado en una intersección entre el norte y el oriente de la ciudad, es establecer un Centro de Emprendimiento, que también se configure como centro comercial para los emprendimientos y la economía informal en Cali. Aparte de revivir la zona, podríamos tomar uno de los edificios icónicos del sector, Las Bodegas del Ferrocarril, y ocuparlo con una nueva generación de emprendedores locales. Este proyecto puede hacerse sin costo para el Municipio a través de una APP o una concesión.

La economía informal es impresionantemente dinámica y necesaria desde el sentido común y el sentido práctico. En estos momentos, suma un 52% de lo que se mueve en Cali, y cerca de 1.200.000 caleños dependen de este segmento. Muchos de los establecimientos informales no benefician a sus empleados con garantías laborales, y tampoco tributan.

Debemos darle motivos a estos emprendedores para que elijan formalizarse. Este Centro de Emprendimiento se convertirá en un espacio de desarrollo de ideas, así como un laboratorio para ejecutarlas. Tendrá sitios de reuniones, auditorios, escenarios de laboratorios e incubadoras, hasta oficinas para hacer un co-work con oficinas a disposición de los emprendedores y espacios modulares para quienes deseen participar de esta vitrina en el centro comercial. Es un espacio con todas las condiciones para que todos los emprendimientos trasciendan, y se sostengan en el tamaño que deseen los emprendedores.

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Por el lado de la arquitectura, las bodegas son un edificio art decó de estilo americano clásico y homogéneo, que en estos momentos está tristemente abandonado. Su construcción finalizó en 1954 y hasta hace poco fue usado como cárcel, para volver a ser refugio de indigentes y quedar en desuso. Con algo de voluntad podremos darle una nueva oportunidad a este edificio.

En el futuro próximo, la vocación del centro de Cali pasará a ser residencial, y una iniciativa de este tamaño tendrá una demanda asegurada de estos residentes. Además la zona verde cercana a Las Bodegas del Ferrocarril tiene suficiente amplitud para pubs, food trucks y otros establecimientos de la vida nocturna. Al interior de las Bodegas hay suficiente espacio para todo lo descrito antes. Centro de Eventos, Centro Comercial y muchas cosas más. Lo principal es garantizar la afluencia de público.

Una de las primeras posibilidades es llevar oficinas del Municipio que garanticen el tránsito de personas. El primer ejemplo es el Catastro, aunque también pueden ser otras oficinas que recauden impuestos o multas, incluso el Sisbén y las de atención al adulto mayor. Evitemos a toda costa que pase lo del Centro Comercial de Vendedores Ambulantes Santiago de Cali, que queda por el Palacio de Justicia. No le fue bien porque no se le llevó público. Debemos hacerlo diferente y mejor. En este caso podemos hacer algo distinto, para dinamizar la economía.

Con una afluencia de público garantizada, se pueden ofrecer comodidades a los integrantes del Centro de Emprendimiento como alquileres baratos con una permanencia máxima de uno a dos años, un buen tiempo para establecer un modelo de negocio, con procesos de formación guiados por las Secretarías de Desarrollo del Departamento y el Municipio, junto a un acceso a servicios de nube e internet de Emcali. Esto sumado a la posibilidad de hacer activaciones y experiencias de marca puede cambiar la vida de un emprendimiento.

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Matador y Rentería

Dos casos de violencia en contra de la mujer sacuden al periodismo nacional y a la mojigatería y doble moral de un país como Colombia.

Matador y Rentería
Especial para 90minutos.co

Dos casos de violencia en contra de la mujer sacuden al periodismo nacional y a la mojigatería y doble moral de un país como Colombia.

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La violencia de género no existe, y digo que no existe simple y llanamente porque la violencia no tiene género. Hay personas –independientemente de su sexo– que resuelven sus conflictos de forma violenta y personas que no, y porque haya algunos hombres violentos no podemos criminalizar a todo el género masculino.

Felipe Mateo Bueno - Especialista en Derecho Penal y de Familia

Dos casos de violencia en contra de la mujer sacuden al periodismo nacional y a la mojigatería y doble moral de un país que se deleita viendo arder en la hoguera virtual a quien ha logrado sacar la cabeza de este atolladero; la pérdida de sus empleos del caricaturista de El Tiempo Julio César González Quiceno, más conocido como Matador; y de Oscar Rentería Jiménez, periodista deportivo de El pulso del fútbol, de Caracol radio. Los suspendieron o despidieron o cesaron sus contratos; en lenguaje de la calle, los echaron, los botaron como se escupe el bagazo cuando se exprime buena parte del jugo que los llamó a sus filas. Al primero, porque el abogado Abelardo de la Espriella –energúmeno por otra caricatura en su contra–  desenfundó todo su arsenal de mezquindad arribista disfrazado de justicia para escarbar en el pasado del dibujante y atizar la hoguera de un hecho de violencia doméstica superado; y al segundo, porque los directivos de la cadena radial consideraron lesivo para sus oyentes una opinión sobre un caso de supuesto acoso de Achraf Hakimi, jugador marroquí de 24 años del Paris Saint-Germain, a una mujer de su misma edad en Francia.

Como en todos los escenarios mediáticos aquí hay cosas que no cuadran o que cuadran para descuadrar la vida de sus protagonistas. Matador es un tipo incómodo para el poder –y no me refiero al gobierno actual– para la oposición que no actúa sobre los preceptos de la inteligencia sino de la astucia no de los argumentos sino de las artimañas, no del bien común sino de los intereses particulares, en suma, de todo aquello que encarna y defiende con encono De la Espriella, un mestizo avergonzado que se cree europeo y parte de este jet set de miseria nacional. La arrogancia y sarcasmo con el que se refiere al episodio de la vida íntima de un personaje público, confirma su ética y moral deleznables. No está bien, jamás, nunca, bajo ninguna circunstancia, golpear a una mujer. Pero tampoco a un hombre. O a un homosexual, sea cual fuere su género e independientemente de cualquier condición. Pero ocurre, porque a pesar del paso de los siglos; la condición humana aún no supera la barbarie y la violencia como método para zanjar sus diferencias.

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Y entonces el país se rasga las vestiduras porque Rentería opina que una mujer de 24 años que va al apartamento de un hombre de 24 años, está en capacidad de saber, entender y manejar lo que pueda ocurrir entre dos seres humanos mayores de edad que de común acuerdo deciden estar solos en el espacio de uno de ellos. Y ese hombre es futbolista, famoso y con dinero; pero marroquí, que para los españoles y franceses es de categoría inferior. Bien nos dejó dicho el marqués de Sade que nada que no sea consentido y acordado puede suceder, absolutamente nada. Incluso si esas dos personas fueran pareja, marido y mujer, compañeros, o como quiera llamárseles; se necesita el consentimiento mutuo expresado o tácito para que ocurra lo que suele ocurrir entre dos personas que se gustan; se quieren, se aman o simplemente desean tener sexo. Y antes de hacer el comentario, el periodista advierte que tiene mamá, esposa, hija, sobrinas, etc. y que respeta a la mujer, pero invita a reflexionar sobre esas damas que buscan hombres famosos para arañar su fama y su dinero. Son cazadoras furtivas de las debilidades masculinas y las proclividades instintivas, que cambian de género una vez hacen públicas sus estrategias púbicas, mejor dicho, cambian la comedia por el drama.

Hay mujeres maltratadas, sí. Hay hombres maltratados, sí. Hay mujeres maltratadoras, sí. Hay hombres maltratadores, sí. Hay personas maltratadoras, sí. Hay violencia, sí; y esta debe combatirse para algún día erradicarse venga de donde venga y afecte a quien afecte. Así se mide el progreso de un individuo y de una sociedad. Todos en mayor o menor grado hemos cometido errores y algunos constreñido al otro con acciones inaceptables; con violencia verbal y/o física que no ha trascendido bien porque no ha alcanzado límites; o porque ocurre entre personas comunes y corrientes no arropadas por la fama. La violencia intrafamiliar, doméstica o bidireccional se manifiesta y mueve entre lo psicológico y lo físico; pero también en lo institucional, lo legislativo y lo judicial. Pero estos santos tribunales mediáticos y estas hogueras de condena en las redes sociales son una farsa; o por lo menos, una forma de expiar las culpas íntimas personales señalando y condenando a otros.

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Para citar sólo uno de los casos más aberrantes de maltrato del que poco se habla y que pareciera aceptado; baste con analizar el matoneo permanente contra la vicepresidente, Francia Márquez, un maltrato psicológico del que medio país se burla todos los días. Por negra, por su manera de hablar y vestirse, por su pasado y su presente, por el lugar donde vive y por cómo se transporta. Una cantidad de sandeces que obvian lo que verdaderamente importa: su valor, su compromiso, su condición de madre soltera y mujer luchadora y valiente; su inteligencia elemental y profunda y todas las virtudes que la hicieron merecedora de ser la única mujer latinoamericana incluida en el grupo de las 25 mujeres más influyentes del mundo. Si tratarla como la tratan en los medios y en las redes no es maltrato, entonces como sociedad estamos equivocados y aceptamos unas formas de violencia y condenamos con revictimización otras.

A Matador y a Rentería los condenaron al escarnio público, colgaron sus cabezas como escarmiento; los lapidaron en redes con insultos desde el anonimato y todo esto ocurrió; porque son figuras públicas que sirven para lavar la imagen de los medios a los que pertenecían; que necesitan revalidarse y de paso sacar del juego a quien incomoda por su pensamiento crítico a través de sus trazos; y a quien les cuesta mucho y del que acaso no obtienen gran rentabilidad. Cada vez matan menos periodistas, le comentó un reportero a Alfredo Molano alguna vez cuando lo entrevistaba por su exilio. El hombre de la mirada infinitamente triste le respondió con una sentencia lacónica: es que cada vez hay menos. La mayoría de los periodistas son estafetas y guardianes del poder, lacayos y mandaderos de sus patrones, y por sobre todas las cosas, piezas reemplazables del sistema. Matador y Rentería han hecho cosas más graves que las que suscitaron la pérdida de sus empleos, pero esta sociedad necesita condenados para expiar sus culpas y saciar su morbo; y sus verdugos, razones para justificar su voraz albedrío capitalista.  

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Reforma Laboral una oportunidad para reconciliar la sociedad

La reforma laboral es una oportunidad para reconciliarnos como sociedad y trabajar juntos por un objetivo común: mejorar la calidad del trabajo y aumentar la productividad del país.

Reforma Laboral una oportunidad para reconciliar la sociedad
Foto: Especial para 90minutos.co

La reforma laboral es una oportunidad para reconciliarnos como sociedad y trabajar juntos por un objetivo común: mejorar la calidad del trabajo y aumentar la productividad del país.

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Estoy convencido de que la reforma laboral es una oportunidad única para unir a nuestro país en un objetivo común: mejorar la calidad del trabajo y aumentar la productividad. Para ello, es fundamental que se realice una reforma que tenga en cuenta los derechos de los trabajadores y que promueva la contratación a término indefinido, la recuperación y diferenciación de la jornada laboral, el pago del 100% de las jornadas dominicales, entre otras medidas.

Entiendo que hay críticos que se oponen a esta reforma por temor a que afecte la generación de empleo en el país. Sin embargo, creo que estos temores están fundamentados en teorías económicas simplistas que no tienen en cuenta la complejidad del mercado laboral y las múltiples variables que influyen en la generación de empleo.

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Es importante tener en cuenta que la vulnerabilidad de las clases sociales, en particular de la clase media y empobrecida, es una realidad que no podemos ignorar. Los datos del DANE muestran que, durante la pandemia, la clase media de Cali se redujo en un 10,5% y la clase baja experimentó un aumento del 6,8% en la pobreza. Estos datos son alarmantes y deben ser una motivación para tomar medidas que protejan los derechos laborales y promuevan la generación de empleo de calidad.

Por eso, hago un llamado a todos los sectores para que, de forma conjunta, y superando las diferencias, construyamos la mejor reforma laboral que ha tenido el país. Debemos trabajar juntos para lograr una reforma que tenga en cuenta las necesidades y derechos de los trabajadores, pero también que sea viable y promueva el desarrollo económico del
país.

La reforma laboral es una oportunidad para reconciliarnos como sociedad y trabajar juntos por un objetivo común: mejorar la calidad del trabajo y aumentar la productividad del país. Debemos dejar atrás las diferencias y trabajar en equipo para lograr una reforma que beneficie a todos y todas

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Revivir la productividad y el empleo digno

En los próximos cuatro años tenemos que hacer una apuesta seria en competitividad, productividad e inclusión.

Revivir la productividad y el empleo digno
Foto: Especial para 90minutos.co

En los próximos cuatro años tenemos que hacer una apuesta seria en competitividad, productividad e inclusión.

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Cali necesita más empresas creciendo, innovando y generando empleos formales y dignos. No tengo duda que buena parte de nuestros problemas los podremos enfrentar con mayor contundencia si logramos lo que algunos llaman inclusión productiva; que no es otra cosa que permitir que más caleños y caleñas accedan a la generación de ingresos dignos, que les permita sostener a sus familias y tener calidad de vida. Ese es un reto en el que necesitamos toda la confluencia de los actores públicos y privados para que ese propósito se vuelva un anhelo alcanzable.

Cali hoy tiene una tasa de desempleo que ronda el 12%; sin embargo, el panorama se deteriora cuando vemos el comportamiento del empleo en los jóvenes y en las mujeres, por citar dos ejemplos concretos. En estos dos grupos poblacionales, la tasa de desempleo es significativamente mayor y eso abre unas brechas inaceptables en nuestra ciudad. Los empleos que se crean no son suficientes y, además, se concentran en población masculina mayor de 30 años. Aquí la inclusión productiva es, además, la puerta a la inclusión social.

En los próximos cuatro años tenemos que hacer una apuesta seria en competitividad, productividad e inclusión. Estoy convencido de que la mejor y más efectiva política social es la generación de empleos formales y dignos; sobre esa creencia, debemos orientar los esfuerzos desde la Alcaldía en el próximo periodo. Para superar los grandes retos que enfrentamos, debemos asimilar que tenemos un potencial aún no explotado plenamente; en gran medida, por fenómenos de exclusión por género u origen étnico, pero también porque no hemos sintonizado totalmente los objetivos del sector público y del privado.

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El primer paso para lograrlo es ponernos de acuerdo en la necesidad de estimular la generación de empleos formales. En ese sentido, resulta fundamental estructurar una estrategia de atracción de inversión privada nacional y extranjera, en particular en el sector de manufacturas y servicios de alta complejidad, para lo cual tenemos como aliados a InvestPacific, el Bureau de turismo o ProPacífico. Trabajar de la mano entre la Alcaldía y los privados es esencial para ampliar nuestra base productiva.

Sin embargo, eso no basta. Tener empresas productivas es apenas la mitad de la tarea, aunque es la base fundamental de una visión global de desarrollo que proyecte a Cali. En materia de educación y capacitación, es prioridad generar una oferta para incluir a los caleños, en especial a los más jóvenes, que les permita desarrollar habilidades en las nuevas tendencias y en lo que pide el mercado laboral en Cali. Para avanzar en equidad de las mujeres, será fundamental avanzar hacia un sistema de cuidado que permita que más mujeres; en particular madres, puedan acceder al mercado laboral sin las barreras derivadas de la asignación de los roles del cuidado del hogar.

Una buena idea también es que, con una estrategia de Territorios de Inclusión y Oportunidades que tenemos que revivir, enfoquemos esfuerzos en empleabilidad, capacitación y generación de beneficios para nuevas empresas que se establezcan en zonas de la ciudad golpeadas por la pobreza y la violencia.

Si alineamos nuestro talento humano con las necesidades del mercado y generamos una serie de estrategias para fortalecer el tejido empresarial de Cali, tendremos la posibilidad de que nuestra economía crezca más, se formalice y se generen oportunidades, en especial en esos sectores más excluidos donde tenemos un potencial gigante porque está compuesto por gente joven que se puede convertir en esa dosis de capital humano que necesitamos para afianzar nuestro camino hacia el desarrollo.

Sin embargo, es fundamental que en Cali recuperemos la autoridad, la seguridad ciudadana y reduzcamos la violencia. El prestigio y la reputación de Cali dependen mucho de nuestra capacidad de salvaguardar la vida y la integridad de la gente. Es muy difícil que una ciudad avance cuando todos los días matan a alguien, cuando hay estructuras de la muerte que van a sus anchas y se pierde el respeto por las autoridades. Una ciudad segura y en paz será el mejor destino para los negocios y las inversiones. Así revivimos a Cali.

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