La reciente aprobación de la Ley del Viche en la plenaria del Senado de la República con la cual se reconoce esta bebida como patrimonio cultural de las comunidades negras del Pacífico colombiano, es un logro que nos llena de alegría no solo porque representa el resultado de un esfuerzo que iniciamos desde el Valle del Cauca, sino por su significado tanto para la protección del valor ancestral de esta manifestación, como por las posibilidades de desarrollo económico y social para una de las regiones más olvidadas del país.
Para quien no lo sepa el viche o biche es una bebida que tiene origen en las comunidades afro del Pacífico colombiano, que se produce artesanalmente en alambiques por destilación de la caña de azúcar madurada. Es una bebida tradicional que se usa en ceremonias, rituales o celebraciones y acompaña a la comunidad tanto en el nacimiento de un niño como en la muerte de un ser querido.
Artículo relacionado
Precisamente en el empeño por afianzar esos valores culturales y generar nuevas posibilidades económicas para la región Pacífica, durante nuestra gestión en la Gobernación del Valle del Cauca creamos la mesa departamental de protección y promoción de la bebida tradicional viche del Pacífico colombiano, con participación de colectivos comunitarios, empresas privadas, académicos, expertos internacionales y otros actores interesados en la articulación de una industria alrededor del viche.
A través de esta instancia nos propusimos trabajar en su patrimonialización, postularlo como un producto con denominación de origen, tramitar su legalización, fomentar su comercialización y, en un futuro, llevarlo más allá de nuestras fronteras.
Lea también: La reforma fiscal debe escuchar el clamor de la gente
Posteriormente, nos convertimos en el único departamento de la región en aprobar el Proyecto de Ordenanza para la protección y salvaguarda del viche como bebida ancestral y artesanal, respecto a la producción y la comercialización. De igual manera, logramos su inscripción en la lista representativa de patrimonio inmaterial.
Estos fueron los primeros pasos en la búsqueda de poder normalizar desde lo local la comercialización del viche, formalizar la venta directa e ingresar en el circuito económico para permitir que en el futuro estas comunidades tuvieran mayor organización y control en sus territorios, frente a su producto ancestral y artesanal.
Artículo relacionado
Todo esto se traduce en un impacto que va a contribuir a la transformación del Pacífico y a la reactivación de la economía, ya que su producción se realiza a lo largo y ancho del Litoral a través de redes familiares, entre las cuales cerca del 85% de los productores de viche son mujeres cabezas de hogar quienes, a través del reconocimiento y formalización de la bebida, se verán beneficiadas para mejorar la calidad de vida de ellas y sus comunidades.
Ahora, el proyecto de Ley deberá pasar a conciliación y luego a sanción presidencial para que posteriormente sea reglamentado con la estrecha participación de las comunidades, entidades promotoras de esta práctica ancestral y de las instituciones del Estado.
De otra parte, el Ministerio de Cultura presentará en noviembre próximo, el Plan Especial de Salvaguardia del Paisaje Cultural Vichero al Consejo Nacional de Patrimonio Cultural, con el fin de que la manifestación sea reconocida como patrimonio inmaterial de la nación. El reconocimiento a la cultura vichera y todo lo que ella representa fue un trabajo que ayudamos a impulsar de corazón en favor de una de las comunidades más olvidadas del país. Fue una iniciativa que surgió de escuchar y concertar con la comunidad soluciones que ayuden a transformar la dura realidad que han vivido por décadas. Por el bienestar de las comunidades del Pacífico ¡brindemos con viche!
Artículo relacionado
Sigue nuestras redes sociales:
