En Cali, ‘Chamaco Rivera’ ya no se queja de la vida

En Cali, ‘Chamaco Rivera’ ya no se queja de la vida

Por Gerardo Quintero Tello

Jefe de Redacción de 90 Minutos

Cuando un jovencito aspirante a cantante puertorriqueño llamado Cristóbal Senquis Rivera estaba a punto de firmar el contrato de su vida, la rebeldía que siempre ha portado este hijo de Guayama hizo su aparición. Ernie Agosto, el director de la icónica Orquesta La Conspiración lo había escuchado y tenía listo en su nómina de artistas a quien luego sería conocido simplemente como el gran ‘Chamaco’ Rivera para grabar el primer larga duración de la orquesta.

Jhony Pacheco, el hombre fuerte del Sello Fania, llegó al estudio de grabación y Ernie Agosto le dijo entonces que su hombre para ser el cantante oficial era ‘Chamaco’. Pacheco, sin embargo, no conocía al cantante guayamés y de un modo un poco sobrador miró al joven cantante y le dijo a Agosto que el chico no cantaría sino firmaba un contrato que estaba redactado en inglés. “Yo en ese tiempo no sabía nada de ese idioma y le dije a Pacheco que no iba a firmar nada porque quería que alguien me ayudara a leerlo, que con mucho gusto me lo llevaba y lo estudiaba en casa”. Esa actitud rebelde no le gustó a Pacheco que se había acostumbrado a que en la música y con el poderoso sello Fania como respaldo se hiciera lo que él sentenciaba. “Bueno, pues si él no firma el contrato, aquí no podrá grabar”, fue la última instrucción del productor dominicano. Al ‘Chamaco’ no le gustó la prepotencia de Pacheco y prefirió marcharse antes de entrar en una controversia.

Muchos le dijeron a ‘Chamaco’ que estaba loco, que como se le ocurría perder semejante oportunidad. La vida da muchas vueltas extrañas y 45 días después, ‘Chamaco’ se convirtió en uno de los cantantes estrella de la orquesta del gran Willie Rosario. A Pacheco se lo volvió a encontrar en diferentes escenarios, pero tal vez por orgullo o rabia, quién lo sabrá, el director musical recientemente fallecido nunca le dirigió la palabra.

Esta anécdota nos la relató el propio Chamaco Rivera, quien se encuentra en Cali celebrando sus 55 años de vida artística, en un extenso diálogo con 90 Minutos.  Con la tranquilidad que ofrecen los años y la oportunidad que mirar hacia atrás con la conciencia tranquila, el cantante guayamés recordó entre sonrisas lo que sucedió ese día.

Ya también nos había recordado que su apelativo ‘Chamaco’, que reemplazó para siempre su nombre de pila Cristóbal se lo puso un amigo trompetista conocido como ‘Chiripa’, cuando ambos hacían parte de la Orquesta Casino de Nueva York, donde lo escuchó cantar precisamente Ernie Agosto. ‘Chiripa’, que era bajo de estatura le cogió cariño al chiquillo vocalista y le dijo ‘oye chamaquito, Cristóbal no es un nombre artístico, tenemos que buscarte uno’ y fue entonces cuando el músico Mike Hernández se ilumina y dice: “‘Chamaco, ese el nombre que tienes que adoptar”, y de esta manera ‘Chamaco’ Rivera fue bautizado de nuevo.

Este artista, que nació un 16 de noviembre de 1946 en Guayama, Puerto Rico, convirtió a la ‘Capital Mundial de la Salsa’ en su segunda casa. Hace un poco más de 20 años vino por primera vez y ese día se presentó con la Orquesta de Willie Rosario en el Teatro Jorge Isaacs. Muchos de los asistentes le habían perdido la huella y creían que estaba retirado. Lo cierto es que faltó poco para que eso sucediera y por eso ‘Chamaco’ es un agradecido de lo que significó esta ciudad para su vida artística. “Yo estaba casi retirado, me invitaron a venir a Cali y, bueno, me vine con el grupo. Cuando nos presentamos y vimos esa cantidad de gente coreando los discos y cómo me aplaudían y coreaban mis discos, fue una cosa increíble”, recuerda Rivera. “Cali me devolvió las ganas de cantar”, dice sin ambages el artista que nunca acabó de comprender la vida, aunque sabe que tiene sus cosas, tiene espinas y tiene rosas.

“Que yo no sé, pero no acabo de comprender la vida
Unos que sufren porque no tienen ni qué comer
En cambio, otros lo tienen todo
Y también se quejan de la vida

En el amor, cuando uno ama nunca será correspondido
Y, si uno es bueno o es un perdido, siempre hablarán
Si haces favores, no te agradecen
Y si eres pobre, te apartarán”

‘Chamaco’ ante todo es un agradecido de la vida y de esa segunda oportunidad que tuvo para hacer vibrar a una fanaticada que en esta ciudad lo encumbró al sitial de uno de sus más grandes íconos musicales. Paola Andrea Gómez, jefe de redacción de El País, por ejemplo, dice que ‘Chamaco’ y ‘La Vida’ está en su top de las interpretaciones de salsa que más disfruta. Justamente esa conexión que tiene el vocalista con su público es lo que ha hecho que la huella del guayamés se extienda por estos lares rumberos. Rivera dice que se siente muy cómodo en esta ciudad y que siente que se tardó mucho en venir. Incluso deja escapar que si hubiera venido unos años antes seguramente se hubiera quedado a vivir en esta ciudad que disfruta de tantas maneras. “Cali me recuerda la rumba de hace 40 años en Puerto Rico, es una gozadera total , en cada sitio tu encuentras un lugar de música, de salsa. Aquí no hay rumberos, hay historiadores. Cuando yo canto los discos, no falta quién me diga que allí no va este o aquel pregón, la gente se sabe los discos de memoria”, dice aún sorprendido con la sapiencia melómana que se desprende de estas tierras.

Un hombre sencillo, sin ínfulas de estrella, de tembleques, tostones, arroz con habichuelas y alcapurrias ese es ‘Chamaco’ Rivera. Un sonero del pueblo que además fue testigo de la tragedia que vivieron muchos de sus colegas por el exceso de drogas y que atribuye su vigencia, precisamente a que prefirió la calma a los arrebatos de la fama. “Por eso es que hoy puedo subir al escenario, conservar mi tono, y darlo todo mientras estoy en la tarima”. Y es que basta conversar un rato con este hombre de 75 años para sentir la cadencia de su voz sonera, la buena vibra, la calidad humana que despide en cada palabra. “Yo no bebo, no fumo, no me gusta trasnochar. Cuando coincido con un colega que va a cantar en otro lugar, voy a visitarlo, estoy unos quince o veinte minutos y luego me marcho, así he sido siempre”.

En ese momento recuerda a un hermanito, al gran Héctor Lavoe, un artista con el que forjó una gran amistad y que aún no termina de lamentar profundamente su rápida partida. El cariño que le tenía al ‘Cantante de los Cantantes’ fue tan grande que incluso le compuso un disco que pocos conocen. En medio de las dificultades por las que ya pasaba Lavoe, un día la inspiración llegó a Rivera, quien en menos de media hora realizó una composición que se llamó ‘Contéstame Díos mío’ , en la que Lavoe le pregunta al Creador porque aún estaba con vida a pesar de haber pasado por tantas cosas tan difíciles. Una vez terminó la composición, ‘Chamaco’ llamó a Lavoe en la madrugada y le contó de esa fabulosa inspiración. “Se la canté allí mismito y el flaco se derrumbó, se puso a llorar y me dijo, oye ‘Chamaco’ mándame eso, que quiero cantarlo”.

‘Chamaquito’ entonces se lo envió también a Raphy Mercado y a toda la gente de Fania, la respuesta fue contundente: “Lavoe no puede cantar ese disco”. Esa lacónica repuesta terminó de profundizar las grietas entre ‘Chamaco’ y Fania, pues aquel no entendía porque el ‘sello imperial’ se oponía a que uno de sus cantantes estrella interpretara una canción que le había gustado.

Los planes de Fania era que Van Lester, un imitador de Lavoe, hiciera ‘el número’, a lo que Rivera se opuso y terminó llevándose el disco para producirlo con Roberto Roena y Bobbi Valentín como homenaje al ‘hombre que cantaba debajo del agua’.

Sin embargo, a pesar de este y otros contratiempos en la música, ‘Chamaco’ acepta que al igual que el gran Willie Rosario se ha dado muy buena vida en la vida. Sus palabras para el gran timbalero y director de la famosa orquesta son solo de amor y agradecimiento. “Ese es mi Dios”, dice Chamaco cuando le pido que recuerde a ‘Míster Afinque’, el hombre que le abrió las puertas en su orquesta y que lo catapultó a la fama. ‘Chamaco’ cuenta que habla con él dos veces por semana y que a sus 97 años sigue firme como estaca de guayacán. “Mientras muchos me cerraban las puertas, Willie Rosario fue el único que me las abrió” . Su relación con Rosario es de padre e hijo, se hace evidente en cada palabra que expresa Chamaco.

La invitación que le hizo ‘El Rey del Ritmo’ para venir a Cali es otro de esos agradecimientos eternos, que Chamaco dice que no terminará de pagar. Y es que esa primera vez que estuvo en la capital de la rumba se enteró de lo que significaba para esta ciudad el disco ‘Del Barrio Obrero a la 15’. Chamaco no entendía por qué ese disco se lo pedían tanto, por qué lo coreaban con tanta emotividad y le daban las gracias por haberle cantado ese tema a Cali. Por fin alguien comenzó a explicarle que en esta ciudad hay un barrio, que es corazón de la ciudad, que se llama Obrero y que la Calle 15 se encuentra muy cerca, a solo unos pasos. “Allí comprendí la conexión que generaba este disco con los caleños y me sentí orgulloso de que un disco que yo interpretaba, tuviera tanta acogida en la gente”.

“Del Barrio Obrero a la 15 un paso es
cantando bajito yo me iba a pie.

Por causa de un piragüero que ofrecía su piragua
por causa de un piragüero que ofrecía su piragua
yo gastaba mi dinero que tenía pa' la guagua”

Basta escuchar a caleños como Jorge Andrés David para comprender que hicieron que ‘Del Barrio Obrero a la 15’ se convirtiera en otro de esos himnos fantásticos de la ciudad. “Yo vivía en Vipasa, al norte de la ciudad. Nos reuníamos en el Obrero con unos compañeros del bachillerato del colegio Fray Damián González. Al regresar a mi casa me desplazaba por toda la Carrera Octava hasta La 15 para tomar el Gris San Fernando Ruta 2. En todo el trayecto escuchaba esa canción. Se me quedó en la mente. Una belleza, de allí nació mi amor a la salsa”.

Así como Jorge Andrés son múltiples los recuerdos que vinculan este disco con la historia de Cali, así no haya sido compuesto para esta ciudad, como nos lo precisa ‘Chamaco’. “La verdad ese tema ni siquiera iba a salir. Faltaba un numerito, a Rosario le trajo esa composición Triny Clemente y dijo, bueno, metamos ese cortesito, era un relleno. Resultó que ese numerito se volvió una escandalera y fue el gran éxito en la historia musical de la orquesta”, recuerda entre risas el gran Chamaco. La Orquesta de Willie Rosario, por supuesto, no tenía la menor idea de que en una ciudad ‘cuasi caribeña’, al sur de Puerto Rico, los rumberos lo iban a adoptar como propio.

Ese barrio Obrero de Santurce queda a unos 20 minutos de la Parada o Distrito 15 y en aquellos años setenta era un hervidero musical donde se reunían muchos de los artistas de la época. “Para cuidarme del sol yo buscaba la sombrita, caminando poco a poco y viviendo las jevitas, Del Barrio Obrero a la 15 un paso es”, así cantaba Chamaco y en los coros Adalberto Santiago y Yayo el Indio, un disco que le han hecho repetir una y mil veces al guayamés de oro. “Yo quedé muy impactado y feliz de esa gran coincidencia que se dio en Cali con este disco y ahora siempre menciono en mis canciones que hay un barrio Obrero en Puerto Rico y otro en Cali”.

‘Chamaco’ Rivera, ese cantante que no se queja de la vida, sueña con que lo recuerden como lo que ha sido: un hombre tranquilo, que puso a gozar a los rumberos y que en Cali ancló un pedazo de su corazón.

EL TOP 5 DEL ‘CHAMACO’ RIVERA

Estos cinco discos hacen parte del repertorio obligado del hijo de Guayama, Puerto Rico.

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