Si usted es caleño, mayor de cuarenta años y le gustaba ir al estadio o a la Plaza de Toros en aquellos años ochenta, de seguro tal vez no recuerda su rostro y tampoco su nombre, pero sí de seguro lo escuchó alguna vez en su vida.
Aldemar Giraldo Arango fue por más de 35 años el trompetista del estadio Pascual Guerrero de Cali, la Plaza de Toros de Cañaveralejo y el hipódromo. La mañana de este miércoles falleció, luego de que su salud se fuera deteriorando a causa de una serie isquemias que afectaron su salud.
Lo más curioso de todo es que Aldemar, con su destreza musical, nunca fue un apasionado del fútbol, como sí lo ha sido su hijo, Mauricio, que cuenta que su padre nunca se sintió especialmente inclinado por América o el Cali y eso que en aquella época ambas escuadras tenían tremendas figuras como Willintong Ortiz, Amaro Nadal, Roque Raúl Alfaro, El Tigre Benítez o Gerardo González Aquino.
“Mi papá terminaba de hacer sonar su trompeta casi que de inmediato se iba del estadio”.
Recuerda Mauricio.
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Aldemar nació en Aguadas, Caldas, en 1947. Siendo muy joven recibió sus primeras de solfeo e interpretación de trompeta de la mano de su gran maestro Bertulio Sánchez Rivera. Horacio Patiño, el ‘cuasieterno’ administrador del Pascual Guerrero, fue quien lo invitó para que fuera el trompetista del estadio; donde permaneció desde inicios de la década del 80, hasta la primera década del 2000.
Uno de los grandes orgullos de Aldemar y su familia fue haber interpretado el himno nacional el 15 de marzo de 1989, cuando América organizó el partido de despedida de Willington Ortiz, ante el Nacional de Montevideo, un partido al que llegaron figuras de la talla del Beto Alonso, ídolo del Ei er Plate.
Uno de esos momentos tristes y que marcaron su carrera musical fue cuando le correspondió interpretar el minuto de silencio por las víctimas de la tragedia ocurrida en el estadio el 17 de noviembre de 1982, cuando 22 hinchas murieron y 200 resultaron heridos luego de una estampida en el sector sur del Pascual Guerrero.
En el viejo reloj de la tribuna norte se inmortalizaron unas palabras: “La Asociación Deportivo Cali rinde homenaje a la memoria de las víctimas del 17 de noviembre pasado. Trompetista: Aldemar Giraldo”.
Pero también su trompeta fue la encargada de hacer los comerciales de La 14; empresa en la que logró ser la mano derecha de uno de sus propietarios, don Jaime Cardona. Como relacionista público, Aldemar llevó su carisma y buenas maneras a cada rincón del Valle del Cauca donde hubiera una sede del recordado supermercado.
Su gran pasión fueron las corridas de toros, como buen caldense. En la plaza de Toros, el particular sonido de la trompeta acompaño por más de 30 años a los aficionados taurinos. Anunciaba los cambios de tercio y tocaba el minuto de silencio.
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Cuando se acababa la corrida iba amenizando los momentos interpretando pasodobles, su virtuosismo con la trompeta era destacado por todo los asistentes, incluso su hijo Mauricio recuerda que el gran torero colombiano Pepe Cáceres lo invitaba continuamente a que le interpretara un tema que lo situaba nostálgicamente en su tierra: El Bunde Tolimense.
Paz en la tumba de don Aldemar, el gran trompetista al que muchos no vieron; pero que todos escucharon en aquellas tardes y noches que amenizaron nuestra niñez y juventud.
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