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Ginebra: un paraíso del Valle del Cauca que debes descubrir y disfrutar

Ginebra: un paraíso del Valle del Cauca que debes descubrir y disfrutar

Camilo Molina - Periodista GESCOM UAO.

Por: Camilo Molina - Periodista GESCOM UAO.

En el Valle del Cauca hay magia, y magia pura. A solo una hora de Cali, la Sultana del Valle, se encuentra Ginebra, municipio que en 2019 fue declarado el segundo pueblo mágico del Valle del Cauca; su temática es jardín botánico musical porque es uno de los lugares con más árboles en la zona urbana; en cada casa encontramos como principal atractivo un árbol que transmite la serenidad, calma y paz que da el color verde de estos y convierte el municipio en una reserva de oxígeno.

Con un cálido clima y un monumento a la bandola, instrumento musical representativo del municipio, ubicado en el ingreso al área urbana, Ginebra le da la bienvenida a propios y visitantes.

Ahí comienza la magia; la calidad de sus habitantes hace sentir a todos como en casa y la imponente iglesia Nuestra Señora del Rosario, que se encuentra en el parque principal y que está rodeada de jardines y grandes soñadores emprendedores, hacen de Ginebra un lugar con identidad e historias por contar. 

Tras la pandemia del Covid-19, este lugar fue un ejemplo de resiliencia, se podría decir que esto partió en dos la historia del municipio ya que era un león dormido lleno de oportunidades y reconocimientos.

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Emprendedores al parque

En el 2020 nació el proyecto “emprendedores al parque” el cual actualmente cuenta con 60 personas y fue el detonante para que Ginebra se reinventara y se reactivará económicamente después del duro golpe de la pandemia. Un ejemplo de esto es el caleño Sebastián Sánchez, técnico en producción de alimentos, quien aprovechó este crucial momento para desarrollar productos innovadores a través de la miel, polen, propóleos, jalea real y cualquier insumo derivado de las abejas.

En su tienda, ubicada en “la carrera del triple, calle torbellino” porque en Ginebra la nomenclatura de las calles son nombres de instrumentos o de representaciones típicas del municipio; encontramos cremas de licor, cervezas, avenas, jabones, cremas hidratantes, y cantidad de productos todos a base de miel. “Ginebra fue donde volví a creer en mí, aquí pude ver cumplir mis sueños y construir el hogar y la vida que siempre quise”; dice Sebastián con alegría al sentirse un ginebrino más.

Ruta del Café en Ginebra

La resiliencia no es lo único, Ginebra tiene diversidad de actividades que le hacen alusión a su apellido “pueblo mágico” entre ellas se destaca la infaltable “Ruta del Café” que comienza con una inolvidable travesía por la zona rural del municipio en los reconocidos jeeps, únicos vehículos capaces de atravesar la ladera, con conductores que conocen el sector como la palma de su mano y que con sus historias, convierten el camino de calles destapadas y fuertes vientos, en un recorrido más ameno y divertido en el que también se puede apreciar producción pecuaria, agricultura de frutas, ecoturismo, avistamiento de aves, paisajes para apreciar el Valle del Cauca y por supuesto producción de café, bebida insignia de nuestro país y generadora de gran parte de la economía colombiana.

En la ruta encontramos la finca “Alejandría” y a su dueña Alejandra Londoño, administradora de empresas y técnica en café, quien siembra en su finca un café único en la región, con un sabor más cítrico y fermentado con frutas u otros sabores para experimentos.

Allí, con explicación y ayuda de ella, se puede apreciar el interesante y arduo proceso para obtener la bebida, desde la siembra y cosecha de la planta. Con un canasto los cafetaleros recogen los frutos, para luego ponerlos al sol durante días y así poder separar el grano del fruto hasta tostarlo y convertirlo en producto apto para consumir y exportar. “Nuestro café comenzó con 83 puntos en la primera prueba de catación; luego con algunas mejoras subió a 89.5 y desde ahí me dediqué a apostarle a la exportación y actualmente tenemos clientes hasta en Arabia Saudita”; cuenta Alejandra con orgullo al ver los grandes pasos que ha dado su café.

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Puente Piedra

En la zona ladera también está el imponente Puente Piedra, el cual une dos grandes montañas y sirve de puente para atravesar ambas. Debajo de esta encontramos quizá, una de las vistas más espectaculares que podamos tener de la travesía de visitar un pueblo mágico del Valle del Cauca. El caudal de un río que cae formando una espectacular cascada de 8 metros de altura; provocando que el sonido y el vapor que surge por la fuerte caída del agua sea realmente increíble.

Los habitantes cuentan que “debajo de la cascada, en lo más profundo, existe una gran bota de oro, en la cual cada viernes de semana santa, aparece un sujeto sentado en la orilla de esta, cuidando el tesoro”. Bañar en el río debajo de esta piedra sí que es un desafío debido a la fuerza con la que va el agua y la corriente que crea. Sin embargo, es una experiencia única en la que, sin duda alguna, se conectan alma, cuerpo y naturaleza. 

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Gran variedad en comida

La gastronomía, como no podía ser diferente, también hacen de Ginebra un pueblo mágico, y es que incluso antes de ser declarada así. Los turistas del Valle del Cauca sabían que no podían irse sin antes probar este exquisito plato típico de la región que está en la genética de cualquier valluno, hablo del sancocho de gallina cocinado en fogón de leña que le da un toque ahumado y que enamora hasta a quienes no son muy atraídos por este plato.

El municipio cuenta con más de 35 restaurantes de todos los gustos, precios y sabores. La mayoría con amplias zonas verdes para compartir tiempo en familia o amigos y pasar una deleitable tarde degustando otros exquisitos sabores vallunos como lo son una refrescante lulada o un champús acompañado de una deliciosa empanada o marranita casera. 

El parque principal, Simón Bolívar, también es testigo del placentero ambiente que se vive en el municipio. Tardear ahí se vuelve una experiencia en la que no se siente el tiempo pasar; deleitando el paladar con la diversidad de sabores que encontramos por parte de los emprendedores en el parque y compartir una copa de Blanco del Valle con amigos, complementan el dicho de que definitivamente, Ginebra es un pueblo que encanta.

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