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Sexto día de la novena de aguinaldos: Oraciones y gozos para este jueves

Sexto día de la novena de aguinaldos: Oraciones y gozos para este jueves

Especial para 90minutos.co


La novena de aguinaldos es una de las tradiciones de la religión católica más importantes para los colombianos en época decembrina.

En torno al pesebre se realizan las oraciones por 9 días en espera a la navidad, el 24 de diciembre.

Durante el sexto día de esta tradicional celebración, las familias se reunirán alrededor del pesebre a compartir oraciones significativas y a disfrutar de los goces espirituales que esta festividad ofrece.

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Oración para todos los días

Benignísimo Dios de infinita caridad, que tanto amasteis a los hombres, que le diste en vuestro hijo la prenda de vuestro amor, para que hecho hombre en las entrañas de una Virgen naciese en un pesebre para nuestra salud y remedio; yo, en nombre de todos los mortales, os doy infinitas gracias por tan soberano beneficio.

En retorno de él os ofrezco la pobreza, humildad y demás virtudes de vuestro hijo humanado, suplicando por sus divinos méritos, por las incomodidades en que nació y por las tiernas lágrimas que derramó en el pesebre, que dispongáis nuestros corazones con humildad profunda, con amor encendido, con tal desprecio de todo lo terreno, para que Jesús recién nacido tenga en ellos su cuna y more eternamente.

Se reza tres veces: Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Intención del día sexto

Jesús había sido concebido en Nazaret, domicilio de José y María, y allí era de creerse que había de nacer; según todas las probabilidades. Más Dios lo tenía dispuesto de otra manera y los profetas habían anunciado que el Mesías nacería en Belén de Judá, ciudad de David.

Para que se cumpliera esta predicción, Dios se sirvió de un medio que no parecía tener ninguna relación con este objeto; a saber: la orden dada por el emperador Augusto de que todos los súbditos del imperio romano se empadronasen en el lugar de donde eran originarios. María y José, como descendientes que eran de David, no estaban dispensados de ir a Belén. Y, ni la situación de la Virgen Santísima, ni la necesidad en que estaba José del trabajo diario que le aseguraba la subsistencia; pudo eximirles de este largo y penoso viaje, en la estación más rigurosa e incómoda del año.

No ignoraba Jesús en qué lugar debía nacer, e inspira a sus padres que se entreguen a la Providencia; y que de esta manera concurran inconscientemente a la ejecución de sus designios. Almas interiores: observad este manejo del Divino Niño, porque es el más importante de la vida espiritual; aprended que quien se haya entregado a Dios ya no ha de pertenecerse a sí mismo. Ni ha de querer a cada instante, sino lo que Dios quiera para él, siguiéndole ciegamente aún en las cosas exteriores; tales como el cambio de lugar donde quiera que le plazca conducirle. Ocasión tendréis de observar esta dependencia y esta fidelidad inviolable en toda la vida de Jesucristo; y este es el punto sobre el cual se han esmerado en imitarle los santos y las almas verdaderamente interiores, renunciando absolutamente a su propia voluntad.

Oración a la Santísima Virgen María

Soberana María que por vuestras grandes virtudes y especialmente por vuestra humildad, merecisteis que todo un Dios os escogiese por madre suya, os suplico que vos misma preparéis y dispongáis mi alma y la de todos los que en este tiempo hiciesen esta novena, para el nacimiento espiritual de vuestro adorado hijo. ¡Oh dulcísima madre!, comunicadme algo del profundo recogimiento y divina ternura con que lo aguardasteis vos, para que nos hagáis menos indignos de verle, amarle y adorarle por toda la eternidad. Amén. (Avemaría – 3 veces-).

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Oración a San José

¡Oh santísimo José, esposo de María y padre adoptivo de Jesús! Infinitas gracias doy a Dios porque os escogió para tan soberanos misterios y os adornó con todos los dones proporcionados a tan excelente grandeza. Os ruego, por el amor que tuvisteis al Divino Niño, me abracéis en fervoroso deseos de verle y recibirle sacramentalmente, mientras en su divina esencia le veo y le gozo en el cielo. Amén. (Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria al padre).

Gozos

Oh sapiencia suma del Dios soberano que a nivel de un niño te hayas rebajado. Oh Divino Infante ven para enseñarnos la prudencia que hace verdaderos sabios.

Canto: Ven, ven, ven, ven a nuestras almas, Jesús ven, ven, ven, ven, ven a nuestras almas, Jesús ven, ven, ven, ven, ven a nuestras almas Jesús ven, ven a nuestras almas. No tardes tanto, no tardes tanto, Jesús ven, ven

Niño del pesebre nuestro Dios y Hermano, tú sabes y entiendes del dolor humano; que cuando suframos dolores y angustias siempre recordemos que nos has salvado.

Se repite el canto

Oh lumbre de oriente sol de eternos rayos que entre las tinieblas tu esplendor veamos, Niño tan precios, dicha del cristiano, luzca la sonrisa de tus dulces labios.

Se repite el canto

Rey de las naciones Emmanuel preclaro de Israel anhelo pastor del rebaño. Niño que apacientas con suave cayado, ya la oveja arisca, ya el cordero manso.

Se repite el canto

Ábrase los cielos y llueva de lo alto bienhechor rocío, como riego santo. Ven hermoso niño ven Dios humanado luce hermosa estrella, brota flor del campo.

Se repite el canto

Tú te hiciste Niño en una familia llena de ternura y calor humano. Vivan los hogares aquí congregados el gran compromiso del amor cristiano.

Se repite el canto

Del débil auxilio, del doliente amparo, consuelo del triste, luz de desterrado. Vida de mi vida, mi sueño adorado, mi constante amigo mi divino hermano.

Se repite el canto

Ven ante mis ojos de ti enamorados, bese ya tus plantas bese ya tus manos. Prosternado en tierra te tiendo los brazos y aún más que mis frases te dice mi llanto.

Se repite el canto

Haz de nuestra patria una gran familia; siembra en nuestro suelo tu amor y tu paz. Danos fe en la vida, danos esperanza y un sincero amor que nos una más.

Se repite el canto

Ven Salvador nuestro por quien suspiramos ven a nuestras almas, ven no tardes tanto.

Oración al Niño Jesús

Acordaos, ¡oh dulcísimo Niño Jesús!, que dijisteis a la venerable Margarita del santísimo Sacramento, y en persona suya a todos vuestros devotos, estas palabras tan consoladoras para nuestra pobre humanidad agobiada y doliente: “Todo lo que quieras pedir, pídelo por los méritos de mi infancia y nada te será negado”. Llenos de confianza en vos, ¡oh Jesús!, que sois la misma verdad, venimos a exponeros toda nuestra miseria. Ayúdanos a llevar una vida santa, para conseguir una eternidad bienaventurada. Concédenos por los méritos infinitos de vuestra infancia, la gracia de la cual necesitamos tanto. Nos entregamos a vos, ¡oh Niño omnipotente!, seguros de que no que dará frustrada nuestra esperanza, y de que en virtud de vuestra divina promesa, acogeréis y despacharéis favorablemente nuestra súplica. Amén.

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