Según un estudio de la Asociación Americana del Corazón, comer rápido aumenta cinco veces el riesgo de padecer síndrome metabólico.
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Pues la evidencia científica muestra que comer rápido es malo e impide que el cerebro registre adecuadamente las señales de saciedad.
Esto conlleva a un mayor consumo de alimentos, aumento de peso, problemas digestivos y metabólicos, como el síndrome metabólico.
El síndrome metabólico es un conjunto de factores fisiológicos, bioquímicos, clínicos y metabólicos que aumentan el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares y diabetes tipo 2.
Estos factores incluyen resistencia a la insulina, exceso de grasa abdominal, dislipidemia aterogénica, disfunción endotelial, susceptibilidad genética, hipertensión arterial, estado de hipercoagulabilidad y estrés crónico.
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Factores por los cuales comer rápido aumenta el riesgo de síndrome metabólico
Fluctuaciones de glucosa y resistencia insulínica: El consumo rápido de comida puede provocar fluctuaciones en los niveles de glucosa en sangre y aumentar la resistencia insulínica, lo que puede contribuir al síndrome metabólico.
Por su parte, esto también podría aumentar los niveles de triglicéridos en sangre, lo que puede ser un componente del síndrome metabólico.
Agotamiento de la resistencia del páncreas: El consumo rápido de comida puede agotar la resistencia del páncreas, lo que puede reducir la producción de insulina y aumentar los niveles de azúcar en sangre.
Así mismo, comer rápido puede afectar negativamente la absorción de nutrientes, lo que puede llevar a malas digestiones y problemas digestivos.
El consumo rápido de comida también puede influir en la hormona leptina, que regula la saciedad, lo que puede llevar a comer más.
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