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Hermes Manyoma ‘impuso su Ley’

Hermes Manyoma ‘impuso su Ley’

Hermes Manyoma iba a ser futbolista. Delantero de calidad, estaba destinado para ser un jugador profesional en aquellos años setenta que engrosaría la cantera americana o tal vez la del Deportivo Cali. Pero además de ese talento fino para el ‘dribling’, la gambeta, el túnel y el regate, Hermes poseía otra condición única: su voz fina, ‘pegajosa’ y afinada. Eran aquellos años setenta, cuando lo que comenzaba a llamarse salsa ponía a vibrar los grilles y ‘aguelulos’ de la pequeña ciudad. Hermes hacía parte de una dinastía, la dinastía musical de los Manyoma, de la que Wilson su hermano ya daba los primeros pasos en la orquesta de Fruco.

Hermes construyó su propia historia musical, transitó por las legendarias orquestas Juventud, Octava Dimensión y la de los Hermanos Ospino. Reemplazó a su hermano, se aprendió los ‘covers’ pachangueros del momento y comenzó a ponerle a los temas que interpretaba un sonido ‘pegajoso’ y único que fue fundamental cuando creó su orquesta por allá a mediados de los años ochenta.

Y fue en ese momento, durante una explosión de buenas bandas locales como la Misma Gente, Orquesta La Identidad, Niche, Guayacán, que nació La Ley, la orquesta a la que Hermes le puso su sello y que comenzó a sembrar éxito tras éxito.

“Ya no quiere rosas no quiere claveles, mi poesía no te emociona. Mi cantar no te divierte, nada te agrada. No hay sentimientos para mí, todo se acabó”.

Hago una pausa en mi escritura y me traslado a aquellos maravillosos años ochenta y recuerdo ‘Vive Feliz’, un tema que escuchábamos allí en la esquina de TKF en el barrio Santander. Mientras mi tío Jorge Tello trasteaba el potente bafle y hacía sonar la magia del vinilo en plena esquina de la Calle 32, en algún momento se colaban ‘Juanita ae’ y cómo no, el ‘Vive feliz’, del gran Hermes.

Hoy, visto con el gran angular que nos dejan los años transitados, Hermes Manyoma es una leyenda de la salsa hecha en esta ciudad. Ha dejado unos éxitos entrañables en el bailador y en la esencia de lo que significa esta música en Cali. ¿Y es que quién no ha bailado o coreado el ‘pegajoso’ ‘Son pegaíto… Aaaaaaay separao, ayyyyyyy, pegaíto’.

Hermes es un ‘caleñazo’, su vestimenta, sus ademanes, sus dichos. Hermes es la esencia de todos nosotros los que crecimos en un barrio popular, parado sobre una tarima. Cuando Hermes pone en tarima su singular voz, allí estamos todos con las maracas y la clave. Allí cuando Hermes dice: ‘Castígame, pero no me mates’, está tallada esa picardía tan propia de los que nacimos por estos pagos.

‘El sonero llegó’ y un tema que para mí es de los mejores que tiene Hermes: ‘Amor escondido’ son de un repertorio de calidad que muestra el talento local en toda su dimensión. . La negrita Caridad que se fugó, la buscan por todo lado, se fue para la Terminal y todo porque tenía un amor escondido. ‘Tenía un amor, tenía un amor, ay, tenía un amor escondido’. Toda la gracia, la granujería, la pillería del gran compositor del barrio, del chico de El Troncal que soñó hacer goles en el Pascual y terminó cantando estrofas y versos salseros en la portería sur en medio de conciertos y festivales.

Justamente uno de sus grandes recuerdos fue durante una feria de Cali, cuando los rumberos lo aplaudieron a rabiar en un festival de orquestas y lo hicieron volver para que cantara el ‘son pegaíto’ sin pausa. Humilde en pleno, dueño de una personalidad tranquila, sin ínfulas de artista estratosférico, Hermes comparte su talento, enseña a los niños, lleva de la mano talentos, saca a otros de las drogas, los aleja de pandillas, los integra a su plantilla de artistas o se los recomienda a otros. Todo callado porque Hermes tiene la facilidad de convocar y el placer de ayudar en medio de los sonidos del silencio, sin hacer alardes, sin llamar la atención. Hermes solo hace escándalo cuando revienta una nueva producción porque este ‘caleñazo’ nunca se queda quieto. Con una facilidad asombrosa, interpreta una especie de soka con tremendo sabor para los caribeños con ‘Mi Cartagena’, pasa a trabajar con Óscar Iván Lozano, Oílo, con el proyecto Curao y no tiene problema en acoplarse con Juanito Murillo y la Agresiva.

Admirado y querido por todos, Hermes es la esencia del guaguancó y del sabor tradicional, local, con una trayectoria artística labrada con sudor, esfuerzo y trabajo en las tarimas. Cincuenta años de vida artística no se cumplen todos los días. De pie, por favor, por aquí anda azotando las calles de Cali, el maestro Hermes Manyoma.