Icono del sitio

Ecuajey, la calle de la rumba en Cali

Ecuajey, la calle de la rumba en Cali

Por Gerardo Quintero Tello
Jefe de Redacción 90 Minutos
@Gerardoensusalsa

Cuando me enteré de que en Cali habían bautizado una Calle Ecuajey, fue difícil no sentir ese cosquilleo que nos obliga a indagar, a llegar, a conseguir algo. Ecuajey genera demasiadas sensaciones en mí. Ese grito de batalla rumbera a través del cual el gran Ismael Rivera nos llamaba a que hiciéramos parte de su tribu lo conocí hace muchos años, en las interminables rutas salseras de Latin Palace, o allí en el Túnel del Tiempo y también en la poderosa Taberna Latina y en Tiempo Libre, que quedaba en la Avenida Sexta y la conducía Richard Yory.

Mientras me sumergía en el grito cañonero del Rey Maelo, pensaba en todas esas palabras que este tremendo caballo se inventó para el disfrute de quienes lo admiramos: Maribelemba, Ecuajey, Presumilde… y lo impactante que ha sido su trayectoria musical para mi propia vida profesional. Basta con que ustedes sepan que el primer libro de salsa que escribí se llama justamente ‘Ecuajey, historias salseras, de rumba y nostalgia caleña’.

Lea también: El disco que ‘Lalo’ Rodríguez no quería cantar

Entonces cuando mi buen amigo el reportero gráfico Áymer Álvarez me habló de una calle Ecuajey, entre los barrios El Porvenir y Manzanares (cercanos a mi ruta de la vida barrial) no dudé un segundo en visitarla. Allí nos recibió Alex Moreno, un rumbero de la vieja guardia, que llegó al coleccionismo de la mano de su hermano menor y un amigo de El Porvenir que tristemente falleció hace unos años. Alex tiene una pequeña, Annie, heredera de la historia musical. Ella no tiene más de cinco años, pero en sus genes hay inoculadas toda esa historia afroantillana con la que pareciera que nacemos los caleños.

Allí cerca de la Carrera Quinta, por un costado del viejo Comfandi, está la Calle Ecuajey, un acogedor y pequeño lugar que se hace grande cuando se visita. No se escucha cualquier cosa, porque Alex es selectivo en su colección. Aquí suenan ‘rarezas’ y si usted decide visitarlo prepare su oído para escuchar melodías no comerciales. Fuerzas musicales que arrastran Larry Harlow, Chuito, Ray Pérez y decenas de otros artistas.

Alex no vende licor, no pide dinero, solo el placer de sentarse con sus pares melómanos y disfrutar de la música. Unas cuantas sillas en piedra acompañan las afueras del lugar. Unos llegan temprano, traen su par de cervezas, le brindan a Alex, que poco toma. Otros arriman a escuchar este ‘corrinche’ musical y se quedan, le dan las gracias a Alex y le dejan ‘la liga’ para que siga alimentando esta historia de música y sabor caleño.

Cosas del barrio, de la calle, de la esquina que pasan en esta ciudad que amamos.

Artículo relacionado

Sigue nuestras redes sociales: