En las últimas horas llegó a Cali una nutria bebé de especie gigante de aproximadamente un mes edad. El traslado lo lideró la Fuerza Aérea Colombiana, como un compromiso con el cuidado y preservación de la fauna.
El animal llegó procedente desde el Departamento de Arauca y fue trasladado vía aérea hasta la capital del Valle del Cauca. Esta misión duró más de seis horas y lo que busca el salvar la vida del animal.
El operativo inició con el traslado del animal desde Arauca en un helicóptero Bell 206-Ranger del Comando Aéreo de Combate No.4; y llegó hasta el Grupo Aéreo del Casanare ubicado en Yopal.
Allí la esperaba una aeronave King- 350 del Comando Aéreo de Transporte Militar- CATAM; esto para finalmente realizar el traslado aéreo hasta el Comando Aéreo de Combate No.7 en Cali, Valle del Cauca.
"Mediante este trabajo articulado, hoy esta nutria, la cual es una especie en vía de extinción, estará en el Zoológico de Cali, donde biólogos, veterinarios y personal altamente capacitado estarán a cargo de su cuidado y tratamiento", dijo la Fuerza Aérea de Colombia.
Finalmente, aseguraron que el compromiso de la Institución no es solo con la soberanía y la seguridad de la Nación, sino también con la fauna y flora del país.
Mira el proceso de traslado de la nutria en este video:
Congreso aprobó implementación del acuerdo de Escazú ¿Qué implica?
El acuerdo de Escazú, según el Gobierno, es una herramienta creada para la protección del medio ambiente y los derechos humanos de los líderes ambientales.
El acuerdo de Escazú, según el Gobierno, es una herramienta creada para la protección del medio ambiente y los derechos humanos de los líderes ambientales.
El Congreso de la República aprobó como ley el acuerdo de Escazú, tratado regional que busca el acceso a la información; la participación pública y el acceso a la justicia en asuntos ambientales en América Latina y el Caribe.
"Ha sido aprobado como ley el tratado internacional de Escazú, que busca proteger el medio ambiente y las y los ambientalistas. Felicitaciones al Congreso y a la sociedad colombiana", escribió al respecto el presidente Gustavo Petro.
Este acuerdo, según el Gobierno, es una herramienta creada para la protección del medio ambiente y los derechos humanos de los líderes ambientales.
Además, la iniciativa promueve y permite que se avance en el involucramiento de niños, niñas y adolescentes en los procesos de toma de decisiones ambientales y climáticos.
"Bienvenidos al Gobierno del cambio. En 63 días logramos lo que no se había hecho en tres años. El primer agradecimiento es para la juventud colombiana que abrió el camino. Con el Acuerdo de Escazú logramos ampliar la democracia ambiental de Colombia", comentó en el Congreso la ministra de Ambiente colombiana, Susana Muhamad.
En su último debate en el Legislativo, el proyecto contó con 119 votos a favor y tan solo uno en contra en la plenaria de la Cámara de Representantes del Congreso de la República. (Sputnik)
Once tigres y dos osos son los protagonistas de una compleja y arriesgada operación de rescate después de que el zoo en el que vivían en Tailandia fuera abandonado por la falta de turistas durante la pandemia. Ahora los animales disfrutan de una nueva vida en un santuario en el interior del país.
El periplo de los animales comenzó a finales de 2021, cuando el zoo donde vivían en la turística isla de Phuket se declaró en bancarrota: Este estuvo forzado a interrumpir sus actividades debido a la falta de turistas por la pandemia de coronavirus.
"El zoo se declaró en bancarrota, ya no había comida para alimentar a los tigres y los osos. Estaban buscando una opción para solucionar el problema y acudieron a nosotros". Así lo explicó a Efe Edwin Wiek, fundador y director de Wildlife Friends Foundation. Este es el mayor centro de rescate de vida silvestre de Indochina.
Foto: Captura de pantalla Wildlife Friends Foundation
La ONG elaboró entonces una complicada hoja de ruta para liberar a los animales, que fueron dejados atrás de la noche a la mañana. Pasaron varios meses sin recibir los cuidados adecuados, por lo que estaban desnutridos y, en algunos casos, enfermos.
"Ellos estaban en jaulas pequeñas, algunas de las jaulas mayores se caían a pedazos (...) y también había poco dinero para alimentos, entonces muchos de ellos recibían lo mínimo de comida necesaria para sobrevivir", explicó Wiek, al agregar que esos felinos necesitan cerca de cinco kilos de carne por día para vivir de forma apropiada.
Foto: Captura de pantalla Wildlife Friends Foundation
La operación de rescate contó con la participación de una veintena de personas; se extendió durante varios meses debido a su alto nivel de complejidad. Entre febrero y mayo, los animales recorrieron casi mil kilómetros en el interior de un camión. Allí un equipo monitoreaba "cada cinco o diez minutos" sus condiciones de salud.
"No quieres que ellos mueran, se enfermen o se lastimen debido a las medicaciones o anestesias. Era una operación muy arriesgada, por lo que decidimos hacerla en tres turnos, moviendo a tres o cuatro tigres cada vez", asegura el director.
Tras un largo periodo de tratamiento médico, fisioterapia y cuarentena, los tigres y osos, de edades de entre 2 y 19 años, finalmente están sanos. Ahora pueden disfrutar desde inicios de mes de una vida "lo más cerca posible" de lo que encontrarían en su hábitat natural.
"Ahora ellos tienen abrigos grandes, están corriendo, jugando. A los dos tigres más jóvenes se les ve divirtiéndose mucho, corretean, trepan a los árboles, hacen su siesta, van a nadar. Para ellos es una vida completamente nueva", celebra Wiek.
Los nuevos residentes se juntan así a cerca de otros 850 animales, entre ellos 24 elefantes; 40 osos y decenas de primates, que viven en ese santuario, que opera desde hace 21 años. El lugar está situado en la provincia de Phetchaburi, a unos 200 kilómetros de Bangkok.
Foto: Captura de pantalla Wildlife Friends Foundation
En sus más de 86 hectáreas, equivalentes a unos 100 campos de fútbol, la Fundación igualmente gestiona un hospital veterinario y un centro de rehabilitación. La meta es "devolver a la naturaleza el mayor número de animales posible".
"Cuando llega un nuevo paciente, le hacemos todo un chequeo, le dejamos ingresado y después en cuarentena. Una vez concluida la rehabilitación, si tienen condiciones le devolvemos a la vida salvaje", afirma la enfermera Gib.
Sin embargo, el regreso al hábitat natural no siempre es posible, ya que muchos de esos animales han pasado años conviviendo con humanos o siendo explotados en espectáculos de entretenimiento, como es el caso de la mayoría de los elefantes.
"Tenemos animales que fueron confiscados del tráfico ilegal; animales que fueron atropellados mientras vivían en la naturaleza o electrocutados cuando trepaban a las líneas eléctricas; algunos eran mascotas de personas y fueron abandonados", subraya Wiek.
Así, en un intento de concienciar a la población, la sede de Wildlife Friends Foundation ofrece programas de voluntariado; visitas guiadas e incluso habitaciones para cortas estancias en el interior de sus instalaciones.
Este refugio natural sigue sobreviviendo desde hace más de dos décadas a pesar de las múltiples solicitudes y acciones legales de personas implicadas en el tráfico de animales que piden su cierre, un escenario que su fundador califica como "desafiante" pero que asegura merece la pena.
"Tenemos que darles a esos animales la mejor vida, lo más cerca posible de la naturaleza y eso es lo que tratamos de hacer aquí", enfatiza. EFE