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Tal como lo advirtió, Trump empieza a tumbar la ley contra el cambio climático

Tal como lo advirtió, Trump empieza a tumbar la ley contra el cambio climático

Tal como lo prometió en su campaña, el presidente norteamericano, Donald Trump, ha comenzado a demoler la política ambiental y contra el  cambio climático de EEUU, asegurando que es más importante proteger los puestos de trabajo que contrarrestar el cambio climático y sus impactos.

El mandatario firmó una orden ejecutiva que desmontará varias normativas creadas por su antecesor, Barack Obama. Entre ellas, el Plan de Acción Climática o la protección de aguas, debido a que Trump considera, en su plan de energía, que las industrias se han visto “frenadas por el lastre de regulaciones” y asegura buscar “independencia energética” y  se congratuló este martes, tras firmar el decreto, de que la "guerra al carbón" ha terminado, al instar la cancelación de regulaciones del Gobierno federal que, a su juicio, ha estado "matando empleos".

Asimismo, el decreto que fue suscrito en la sede de la Agencia de Protección Medioambiente (EPA), radica en que se elimina el requisito de que las agencias del Gobierno federal consideren el impacto climático en cada una de sus decisiones.

El jefe de la EPA, nombrado por Trump, que irónicamente es un escéptico del cambio climático, Scott Pruitt; el secretario de Energía, Rick Perri; el secretario del Interior, Ryan Zinke y la vicepresidente, Mike Pence; acompañaron al Presidente Norteamericano durante la ceremonia celebrada en la sede de la mencionada agencia.

También se hicieron presentes representantes, trabajadores y mineros de la industria del carbón, que según Trump fue una de las más afectadas por las “regulaciones devastadoras” impuestas bajo el mandato de Obama.

Ante esto, cabe recordar que en la conferencia de París en 2015, Obama había reconocido que Estados Unidos ha sido el mayor contaminante y responsable de las emisiones de gases efecto invernadero del planeta, por lo que Plan de Acción Climática tenía el compromiso de “liderar los esfuerzos internacionales para afrontar el cambio climático”.

Estas medidas ambientales enfocadas hacia el sector del carbón, tenían el objetivo concreto de reducir las emisiones de gases efecto invernadero hasta “3.000 millones de toneladas para el 2030”, es decir, más de la mitad de lo que emite el sector energético.

También, encargaba a la Agencia de Protección Ambiental de establecer los estándares de emisión de las centrales de carbón y planeaba que se permitiera el desarrollo de proyectos con energías renovables en suelo público para dar electricidad a seis millones de hogares en el 2020.

No obstante, le nueva administración Trump le apuesta a la “tecnología de carbón limpio”, un concepto esgrimido por la industria mineral bajo el título de Alta Eficiencia, Bajas Emisiones (HELE en inglés). El argumento es que cuanto mejor se queme el carbón en las centrales térmicas, menos se contamina: "Un punto porcentual de eficiencia se traduce en una reducción de 2%-3% de emisiones", aseguran.

La cuestión es que si en 2013, el presidente del país, Barack Obama, consideró que los efectos del cambio climático eran materia de "seguridad nacional", solo cuatro años después, su sucesor lo contradice con la orden de levantar las restricciones ambientales para crear energía que "ayudará a los trabajadores, incrementando los sueldos a más de 30.000 millones de dólares en los próximos siete años".

Para resaltar, este nuevo decreto no menciona el Acuerdo de París sobre el cambio climático, que establece en el marco de las Naciones Unidas medidas para mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero y que entró en vigor a finales de 2016. Durante la campaña electoral, Donald Trump prometió sacar a EEUU del Acuerdo de París y llegó a decir que la amenaza del cambio climático era un "invento" de China.