Ante la llegada de la Semana Santa, los creyentes católicos optan por consumir pescado y mariscos en lugar de carne roja como parte de su conmemoración de la muerte de Jesucristo.
Por lo tanto, es esencial estar informado sobre cómo elegir productos de buena calidad. Durante la Cuaresma, la Agencia Nacional de Acuicultura y Pesca (Aunap) estima un aumento del consumo de productos pesqueros entre un 20% y un 50% en comparación con otros días.
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Consejos para pescado durante esta temporada sagrada
Para asegurar que estás comprando pescado fresco y de buena calidad, el Ministerio de Salud y Protección Social ofrece recomendaciones importantes:
- Al tocar el músculo del pescado, debe sentirse firme y elástico, además de estar bien adherido a los huesos, sin desprenderse al ejercer presión con los dedos. Esto garantiza que la carne no esté en descomposición ni alterada.
- Las escamas deben estar unidas entre sí, firmemente adheridas a la piel y con un brillo metálico, no viscosas.
- Los ojos deben ocupar toda la cavidad orbital, ser transparentes, firmes, brillantes, prominentes y tener una pupila oscura.
- En cuanto al olor, aunque el aroma del pescado no suele ser agradable para todos, se recomienda que sea fresco y tenga un sutil aroma marino.
- El color de las branquias del pescado deben tener entre un rosado a un rojo intenso. De la misma manera, deben estar brillantes y húmedas, sin sustancias viscosas.
- La cavidad abdominal tiene que estar limpia y sin desgarre.
- Las aletas tienen que estar en buen estado, completas y sin rasgaduras.
Igualmente, debe tener en cuenta que las camas de hielo no certifican que se cuiden los nutrientes del pescado, pues pasado los días, podría estar en descomposición. Por eso, es importante tener en cuenta las características.
Estas recomendaciones serán de gran utilidad para saber cómo seleccionar un pescado de buena calidad durante esta temporada sagrada.
Cabe resaltar que, no elegir un pescado con las características mencionadas anteriormente podría provocar una intoxicación por alimentos.
Los síntomas se presentan con dolor abdominal, diarrea, vómito, dolor de cabeza, fiebre y deshidratación. Ante estas señales, lo más recomendable es que se dirija de manera inmediata a la institución de salud más cercana e informe al médico los alimentos consumidos y el lugar de consumo.
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