Más de dos mil personas vulnerables han pasado de la informalidad o de estar desempleadas a tener un empleo formal en el último año. Como es el caso de Arely Riascos, madre cabeza de hogar de 25 años, la cual asegura que entrar al mercado laboral formal le ha permitido transformar su vida y la de sus dos pequeños.
"Primero salí de las calles, porque antes de entrar al proceso yo trabajaba en las calles con mis hijos. Esa es la parte que valoro mucho que ahora; mis hijos pueden estar estudiando y llegar a su casa a descansar y no estar encima de su mamá".
Arely Riascos
Antes de emplearse Arely y los demás participantes se formaron en habilidades blandas y para el empleo tras su vinculación laboral; reciben un acompañamiento con trabajadores sociales, enlaces territoriales y los equipos de talento humano de las organizaciones para la permanencia laboral.
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"Nos hemos sumado a este proyecto para brindar oportunidades que permitan cerrar las brechas, siendo generadores de empleo cada vez más inclusivos".
Julián Arango, Gerente General Organización Hércules
La falta de conocimientos para los perfiles requeridos, sesgos por el barrio de residencia y no tener adaptabilidad son algunas de las barreras identificadas en el proceso de empleabilidad inclusiva en el Valle del Cauca.
"Gracias al esfuerzo de estos jóvenes es su decisión de cambiar sus vidas, de tener esos empleos formales pero también de la decisión de los empresarios que han puesto sus empresas, han cambiado los regímenes de contratación para abrirle espacio a estos jóvenes que tanto lo necesitan".
María Isabel Ulloa, Directora Ejecutiva de Propacífico.
Con más de 1800 empleos generados desde el Valle del Cauca, se abre un camino para consolidarse como un modelo de innovación social replicable a nivel nacional.
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