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Industria de Licores del Valle

La Industria de Licores del Valle durante los últimos 15 años ha venido padeciendo una profunda crisis de carácter estructural, como consecuencia de malas decisiones administrativas, negligencia de la clase política, y cambio en las hábitos de consumo de alcohol de la población colombiana, reflejando la misma tendencia para la región del Valle del Cauca.

Es importante denostar que la ILV, tiene varios problemas del orden administrativo, comenzando por su régimen de pensiones, donde no se presupuesto un flujo de caja adecuado tanto en los recursos generados como en los gastos establecidos.  Hasta finales del año 2014 el pasivo estaba por el orden de los $100.000 millones de pesos, disminuyendo la utilidad de la empresa en $12.000.000 millones al año.

De igual manera,  existieron factores externos generados por la crisis económica que azoto al país a finales del siglo XX, que generó una reforma tributaria, subiendo la participación por botella al Departamento de $ 5.043 a 8.975, reduciendo del 42.4% al 28.5% la participación del ingreso por ventas anuales de botella.

Sin embargo, a pesar de lo anterior, existen factores asociados a la institucionalidad del departamento que generaron una profundización de la crisis. Las mafias políticas que se han enquistado en la política vallecaucana, generaron una excesiva burocracia, lo que no permitió una eficiencia administrativa de los recursos, ausencia de auditorías a los distribuidores autorizados,  falta de mercadeo para posicionamiento de marca, y productos, y corrupción a todos los niveles, primando el bien particular de los caciques y baronesas que han desangrado los recursos públicos.

Adicionalmente, la empresa no supo prever los cambios de mercado, y establecer productos adecuados para las nuevas alternativas de consumo de alcohol que se estaban generando, debido a una importación masiva de diferentes tipos de alcohol; así como los mecanismos restrictivos de los gobiernos, como la Ley Seca, y el endurecimiento de las penas para infracciones de tránsito, acaecidos por el consumo excesivo de alcohol.

A pesar de todo los anterior, la buena gestión pública de le empresa, y la recuperación de su institucionalización, permiten augurar un buen futuro para la ILV. Es importante construir un plan estratégico para mejorar la liquidez de la empresa; reducir la cartera morosa;  austeridad; producción en línea; concentración de los gastos de publicidad, especialmente en los puntos de venta masivo; solución a los problemas sindicales, generados por la carga prestacional y régimen de pensiones.

Lo más importante, que los vallecaucanos recuperen el sentido de identidad por su productos elaborados en la comarca; la exigencia de resultados, y buenas prácticas gerenciales, que permitan dignificar y mejorar las condiciones de la población vulnerable, que se beneficia de las utilidades generadas por la ILV, y que permite despertar el sentido de solidaridad de los vallecaucanos, dignificar la política, y legitimar la cosa pública, como garante del bienestar colectivo.