El acoso callejero es una de las problemáticas más latentes en los municipios del Valle del Cauca.
Un estudio realizado por la Secretaría de Mujer, Equidad de Género y Diversidad Sexual del Valle, indicó que 7 de cada 10 mujeres y personas de la comunidad LGTBIQ+, afirmaron que han presenciado una situación de acoso callejero.
Y es que, el 69% de las mujeres del Valle del Cauca asegura haber sufrido de una situación de acoso callejero en algún momento de sus vidas. Así lo revela el informe del Observatorio de Género del departamento que busca concientizar a la sociedad sobre este tipo de violencia.
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Cabe destacar que, el acoso callejero es una forma de violencia de género que se basa en prácticas de connotación sexual ejercidas por una persona desconocida.
Esto puede registrarse en espacios públicos como la calle, el transporte o espacios semipúblicos (centros comerciales, universidades, plazas entre otros); que suelen generar malestar en la víctima.
“Poner el acoso callejero, en términos de violencia de género, saca nuevamente esto a un escenario público. Nos pone unas relaciones de poder que están establecidas y que, según la encuesta; el 67% de las personas encuestadas identifican que el agresor es un hombre y es desconocido por la víctima”.
Margarita Ramírez, secretaria de Mujer, Equidad de Género y Diversidad Sexual Valle.
De igual manera, las cifras indicaron que el 90% de las personas que viven el acoso callejero no denuncian por miedo, ya que el proceso no es efectivo. Por ello, entidades habilitaron la línea 620 35 80, para disponer de cualquier tipo de acompañamiento a personas que sufran de este tipo de violencia.
¿Por qué el acoso callejero es violencia?
De acuerdo con el Observatorio de Género, el acoso callejero es un tipo de violencia de género, pues refleja en el espacio público la desigualdad de poder entre hombres y mujeres, a través del abuso sexual y cuando se toma el cuerpo de la mujer como un objeto sobre el que se piensa que se puede opinar o comentar.
Estas acciones son unidireccionales, es decir; no son consentidas por la víctima y quien acosa no tiene interés en entablar una comunicación real con la persona agredida.
El acoso es una práctica que está invisibilizada, principalmente por dos motivos:
- En primer lugar, este tipo de violencia está de cierta forma naturalizada dentro de unos estándares sociales y patriarcales que aún hoy en día prevalecen.
- Segundo, a diferencia de otras formas de violencia, esta puede pasar completamente desapercibida para los allegados y cercanos a la víctima, debido a que la mayoría de veces; no puede ser detectada a menos que sea esta quien la denuncie expresamente.
¿Qué prácticas son consideradas como acoso callejero?
Las prácticas de acoso sexual callejero son sufridas de manera sistemática, en especial por las mujeres, ocurriendo varias veces al día; lo que genera efectos psicológicos negativos no solo por hechos de acoso especialmente graves, sino por su recurrencia.
- Miradas lujuriosas.
- Piropos.
- Silbidos, besos, bocinazos, jadeos y otros ruidos.
- Gestos obscenos.
- Comentarios sexuales, directos o indirectos al cuerpo.
- Fotografías y grabaciones del cuerpo, no consentidas y con connotación sexual.
- Tocamientos.
- Persecución y arrinconamiento.
- Masturbación con o sin eyaculación y exhibicionismo.
“Algunas manifestaciones de acoso sexual callejero son aceptadas como “folclóricas” o “tradicionales”, lo que tampoco debe ser argumento para tolerar esta vulneración. La violencia no puede ser patrocinada con orgullo por ningún pueblo o nación”.
Observatorio de Género.
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