El proyecto de Reforma a la Salud que está siendo impulsado por el Gobierno Nacional; necesita ser ampliamente debatido ante las incertidumbres que ha venido generando, tanto en el sector; como en la opinión pública en general. Se trata de una iniciativa que, ante todo, debe garantizar el derecho fundamental a la salud y poner al paciente en el centro del sistema.
No podemos perder de vista que a partir de la promulgación de la Ley 100 de 1993, el país logró pasar de una cobertura del 29% a alcanzar el 98% en la actualidad; en lo que se puede considerar una de las mayores conquistas en el derecho a la salud de los colombianos.
A través de las EPS cerca de 49 millones de pacientes son atendidos en el país. En promedio, estas entidades realizan al año cerca de 780 millones de atenciones, entre consultas médicas, cirugías, terapias o suministro de medicamentos o insumos; mejorando la calidad de vida de la gente. De hecho, una reciente encuesta de la firma Cifras y Conceptos reveló que un 79% de los ciudadanos; no están de acuerdo con que estas entidades sean eliminadas.
Desde luego, el Sistema de Salud debe fortalecerse llevando a cabo cambios estructurales como, por ejemplo, que las EPS dejen de ser dominantes. Estas entidades fueron creadas para cumplir el papel de aseguradoras, realizar la gestión del riesgo, garantizar la prestación de servicios de salud y velar para que la población afiliada esté sana; a través de las IPS y hospitales. Lo que no deben hacer es prestar servicios, es decir que no haya integración vertical.
En mi opinión la prestación del servicio debe hacerse de manera integral; sin barreras administrativas, con acciones de complementación en áreas dispersas que deben suministrarse por el Estado; para garantizar la integralidad. Esto es posible si se implementan las redes integrales e integradas de servicios de salud, establecidas en la Ley 1438; que aún no se han reglamentado. Este sistema está compuesto por los hospitales públicos de primer, segundo, tercer y cuarto nivel y complementado por las clínicas privadas.
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De este modo, el paciente podría ingresar a un hospital de nivel uno para ser atendido e ir pasando de un nivel a otro, según se requiera; hasta que culmine su proceso médico, sin tener que requerir autorizaciones, obviando las barreras administrativas y la pérdida de tiempo; que actualmente representan algunas de las mayores quejas de los usuarios. Además, se debe garantiza la atención primaria de salud, la cual debe ir desde la; promoción, la prevención, el tratamiento, la rehabilitación y cuidados paliativos, con calidad y oportunidad.
Todo esto es posible, si existe decisión política. Durante mi labor en la Gobernación del Valle, junto a la Secretaría de Salud construimos una propuesta de redes integradas de servicio de salud en integración público-privada en todos los niveles de atención. Un modelo que garantizaría la prestación con continuidad, sin barreras administrativas, al iniciar con la promoción de la salud y terminar en la rehabilitación cuando se requiera.
Igualmente logramos recuperar la red hospitalaria del departamento, al salvar el Hospital Universitario de su liquidación; evitar el cierre del Hospital de Tuluá, reabrir el de Cartago y superar las dificultades del ‘Mario Correa’ y del ‘Isaías Duarte Cansino’, en Cali.
No obstante, la realidad es que la mayoría de los hospitales públicos en el país actualmente se encuentran gravemente afectados en sus finanzas ante el incumplimiento de las EPS en el pago de los servicios prestados. Esa sí es una problemática sobre la cual; tanto el Ministerio de Salud y la Supersalud, deben trabajar con urgencia, para que el sistema no colapse.
Otro aspecto fundamental que debe contemplar esta reforma, tiene que ver con la dignificación del recurso humano en salud; para que este personal tenga derecho a sus prestaciones sociales, es decir, que haya una formalización del sector con una buena remuneración. Además, en los sitios lejanos y dispersos, se deben establecer incentivos, tanto económicos como académicos; que permitan a las personas de dichos territorios formarse en las especialidades que más se necesitan en los territorios y así puedan servir a su comunidad.
El Sistema de Salud hay que fortalecerlo, no destruirlo. Es por eso que, frente al proyecto de Reforma del Gobierno; desde el Partido de la U trabajaremos activamente en el Congreso para apoyar todo lo que tenga que ver con mejorar el derecho al acceso a la salud de los ciudadanos, sobre todo, de los más vulnerables. De esta forma lograremos avanzar para mejorar la calidad de vida de los colombianos.
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