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Desde el Palenque, por Benkos Biohó

Desde el Palenque, por Benkos Biohó

 

La percepción del  delfín Holguín

Si en verdad en Cali se cumpliera eso de que son los resultados de la gestión los que sostienen a los funcionarios públicos en los cargos, hace mucho rato que Carlos José Holguín Molina, hubiera dejado de ser el Secretario de Gobierno de la Administración del alcalde Rodrigo Guerrero.

En todas las áreas de su competencia, las cifras, esas que le gustan tanto al joven Holguín, no lo acompañan. Y no se trata de las estadísticas que levantan los contratistas del Municipio o las entidades del Gobierno Nacional. No, se trata de la realidad que los caleños vivimos cada día en las calles.

Los atracos están a la orden del día. De manera recurrente los ciudadanos, en el mejor de los casos, son despojados de sus pertenecías por personas que los intimidad con armas de fuego. Y ni que hablar del homicidio, delito que en lo corrido de diciembre (hasta el 23 de diciembre) había cobrado la vida de 100 ciudadanos y nos faltan las fechas de mayor incidencia de este delito 24, 25 y 31. El año pasado en todo el mes fueron 199.

Claro como para todo Holguín tiene justificación o disculpa, gran parte de esas muertes son consecuencia de la guerra por el microtráfico y la guerra de pandillas por territorialidad. Pero Holguincito  no dice qué está haciendo para reducir las muertes o las causas de las mismas. Él sabe que con la restricción al porte de armas y el toque de queda no es suficiente, que falta algo de verdad.

Eso es lo que ocurre en seguridad; no es solo percepción, es la realidad de la ciudad, los hechos. En ocupación del espacio público, tema que también compete a la Secretaría de Gobierno, la situación no es menos distinta y,  no es a causa de la temporada cuando aumentan las ventas ambulantes. Es impresionante la forma como ha crecido la presencia de comerciantes de todo tipo de productos en los andenes  casi que bajo la mirada cómplice de las autoridades y entre ellas el Secretario de Gobierno.

Si este funcionario deja su confortable despacho en el quinto piso del CAM y sale a recorrer la ciudad se dará cuenta de que lleva un año perdido. No solo es por la inseguridad y la ocupación del espacio público.  Las invasiones o asentamientos de desarrollo incompleto, como sofísticamente las llaman a hora, no paran en los cerros tutelares.
Cada día el verde de los pastos en los cerros cambia por el verde de las lonas con las que los invasores se protegen del sol y la lluvia en los ranchos que cuelgan de las laderas de los farallones.

Estas son algunas de las cosas con las que no ha podido el secretario de Gobierno de la Tercera ciudad del país y que en criterio de muchos corresponde a una nula gestión que se paga con el cargo. El Alcalde debe aprovechar que aún tiene algunos cargos en interinidad y reemplazarlo.