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Tenemos que revivir a Cali

Tenemos que revivir a Cali

Foto: Especial para 90minutos.co

Por: Alejandro Eder - Candidato a la Alcaldía de Cali

A finales de la década de 1990, Cali estaba enfrentando una de sus peores crisis recientes. La caída de la economía colombiana, el conflicto armado y la desesperanza habían postrado a toda una ciudad que se había marchitado y que veía cada vez más lejos ese pasado de civismo y progreso que la caracterizó durante varias décadas. Como respuesta al desánimo generalizado, recuerdo muy bien una campaña cuya frase central era "Cali, nuestra fuerza se volverá a sentir". Estoy seguro que muchos caleños recordamos la imagen de alguien trepado en lo alto del monumento de Cristo Rey con los brazos extendidos, en señal de esperanza.

La mayoría de los caleños hoy coincidimos que en Cali hay un ambiente de desánimo y de incertidumbre. A pesar de ser una tierra fértil, llena de oportunidades y de un pueblo talentoso, tenemos dudas sobre nuestro presente y desconfianza en el futuro. Vemos con desconcierto cómo lo que nos hacía sentir orgullosos en el pasado, hoy se ha evaporado en medio del desorden y de la pérdida de credibilidad de nuestras autoridades. Hoy los caleños nos sentimos atrapados entre problemas de convivencia, violencia, pérdida de respeto por las normas y denuncias frecuentes de corrupción. Pero, al igual que hace 25 años, vemos que hay un consenso en algo: por nosotros, por nuestros hijos, por nuestros nietos, tenemos que revivir a Cali.

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Revivir a Cali no es una tarea sencilla. Tenemos que revivir la confianza, la credibilidad, la autoridad, la seguridad, el empleo digno y formal, las oportunidades para la juventud, la calidad de vida, el cuidado por la vida de las mujeres, el transporte formal y digno, el medio ambiente y la imagen de nuestra ciudad a nivel nacional e internacional. Pero estoy seguro que podemos lograrlo, porque la nuestra es una ciudad con un potencial gigante y unas capacidades excepcionales.

Los caleños pedimos que la casa se ponga en orden. Que un alimentador del MIO no tarde 45 minutos en pasar; que ir en un articulado no implique para una mujer un riesgo de acoso o abuso; que pare la violencia como forma de resolver los conflictos entre caleños; que se persiga al delincuente que atraca y mata y se le den oportunidades de educación, capacitación y empleo digno a jóvenes vulnerables. Queremos una ciudad que sueñe en grande y que vuelva a abanderar proyectos emblemáticos, como el tren de cercanías y que tenga espacio público de calidad para la convivencia y la calidad de vida.

Son muchas las heridas que tenemos que cerrar, porque nos acostumbraron a reconocer enemigos pero no a ver los consensos que podemos lograr. Lo que necesitamos es unirnos, dejar atrás las divisiones entre quienes creemos que son los buenos y los malos, entre clases sociales, entre barrios y comunas y echemos para adelante como lo que somos: una sola Cali, diversa, multicultural y multiétnica. Es momento de elegir el camino del bien para Cali, donde reviva la confianza, el optimismo y la calidad de vida.

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Tenemos en nuestras manos darle la vuelta a Cali, sacar todo nuestro potencial para superar las adversidades y darle a nuestros hijos y nietos la oportunidad de vivir en una ciudad segura, con oportunidades, líder y capaz de darnos calidad de vida y esperanza a todas y todos. La tarea es larga, pero tenemos que empezar ya. Nuestra ciudad no soporta más años de negligencia, divisiones y abandono. Llegó el momento de revivir a Cali.

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