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Tema Aparte, por Élmer Montaña

Tema Aparte, por Élmer Montaña

 

La Semana del Buen Trato

 

Se dio inicio a la Semana del Buen Trato, promovida por el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, “con el fin de generar un espacio propicio para sensibilizar a la sociedad sobre la importancia del respeto y la protección de los niños, niñas y adolescentes”, según reza el comunicado de prensa publicado por el ICBF en su página de internet.

En el auditorio de una prestigiosa universidad bogotana los altos funcionarios del ICBF, expertos internacionales, representantes de ONG y reconocidas feministas se dieron cita la mañana del 20 de noviembre para discutir sobre la importancia del buen trato, especialmente cuando es dirigido a los niños. Durante el foro se dijeron cosas realmente impactantes. Aquí algunos ejemplos: “La violencia intrafamiliar es el peor enemigo tiene la sociedad”, “el buen trato es la base para que se solucionen todos los problemas del país”, “para cambiar el mundo nos tenemos que poner la camiseta de la niñez”.

Mientras los asistentes aplaudían las inéditas y sabias frases de los foristas, en muchas ciudades del país, deambulan madres con bebés de brazos mendigando la caridad pública y miles de niños son sometidos a las más crueles formas de explotación sexual, abuso y maltrato, ante los ojos de una sociedad cada vez más indiferente.

Cali es una de las ciudades que registra un número alarmante de personas en situación de calle, especialmente menores de edad y mujeres. Para agravar la situación, desde hace tres años arribaron a la capital del Valle del Cauca, 184 indígenas Emberas Katíos, desplazados del Chocó. El grupo integrado en su mayoría por mujeres y niños de corta edad se encuentra hacinado en dos viviendas en el barrio El Calvario, en condiciones infrahumanas, donde deben pagar por el albergue la suma de 5 mil pesos diarios por persona. Ante la falta de ayuda estatal las mujeres salen con su prole de bebés a pedir limosna y permanecen durante los días tendidos en los andenes del centro de la ciudad, vestidos con sus trajes típicos.

Los presurosos transeúntes escasamente reparan en los niños para evitar pisarlos y de cuando en vez alguien se detiene para dejarles una moneda.

Ni la Alcaldía, ni Bienestar Familiar, han prestado atención a estas personas alejadas de sus terruños como consecuencia del conflicto armado.

Ante la denuncia que este bloguero viene realizando en las redes sociales sobre esta situación, la alcaldía de Cali respondió en su cuenta oficial de twitter lo siguiente: “Alcaldía De Cali ‏@alcaldiadecali  14 de nov. @elmermontana @rodrigoguerrerr Municipio construye política pública para habitantes de la calle. Toda laINFO: http://ow.ly/Eifj3”.

El enlace remite a la página web de la Secretaria de Desarrollo Territorial y Bienestar Social de la Alcaldía de Cali, donde se anuncia que “con el acompañamiento del Ministerio de Salud y Protección Social, la Secretaría de Desarrollo Territorial y Bienestar Social le apuesta a la formulación de una política pública integral para la población habitante de calle y en situación de ella, del municipio, en aras de ofrecerles una vida digna y garante de sus necesidades básicas.”

Si la suerte de miles de personas que viven en la más absoluta miseria, sobre todo mujeres, niños y ancianos no fuese un asunto especialmente conmovedor, habría que soltar la carcajada frente a este anuncio de la Alcaldía de Cali, dado a conocer cuando solamente falta un año para que termine el gobierno de Rodrigo Guerrero.

El buen trato que predica el ICBF debe trascender los acogedores espacios académicos para convertirse en una realidad en la calle, donde el maltrato golpea sin piedad a los más indefensos, especialmente en aquellas ciudades como Cali, donde el problema apenas da lugar para hacer una “apuesta”, que seguramente perderán los desamparados.