A pesar de algunos avances dados en el país en materia legislativa y de conquistas sociales en favor de los derechos de la mujer, la violencia de género sigue siendo un factor que mantiene encendidas las alarmas en la sociedad. Es un fenómeno silencioso que por momentos cobra relevancia ante la opinión pública gracias a los titulares de la prensa y las redes sociales.
Basta con nombrar los casos recientes de Johana Rojas, brutalmente golpeada por su exnovio, y de Laura Rincón, quemada por su esposo en medio de una discusión, hechos totalmente repudiables, en los que vemos a dos mujeres enfrentadas al trauma del maltrato y el machismo e incluso a continuar con sus vidas en peligro si la justicia no actúa de forma rápida y efectiva.
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Sus casos ilustran el drama de miles de mujeres en el país. Según la plataforma Change.org., entre enero y julio de este año 535 mujeres fueron asesinadas en Colombia, 18,1% más que en 2020; 9.899 fueron violadas, 11,1% más que el año pasado. Además, 15.239 fueron golpeadas por su pareja, 10.392 fueron víctimas de violencia intrapersonal y 5.620 denunciaron agresiones en su propio hogar.
Las causas son múltiples y complejas, pero sobresale la cultura machista y patriarcal generalizada que hace sentir al hombre como alguien superior frente a la mujer. Pero pasa también por factores económicos que se evidencian, tanto en la brecha laboral como en la economía del cuidado.
Según el Dane la brecha salarial total entre hombres y mujeres en 2020 fue de 5,8%. Es decir que por cada cien pesos que recibe un hombre por concepto de ingresos laborales, una mujer gana $94,2. Entre tanto, la mujer dedica cerca de ocho horas en promedio al día a los oficios de la casa y el cuidado de otras personas, mientras que los hombres sólo dedican tres horas. Esta situación implica que ellas tengan una menor participación en el mercado laboral y a ser sometidas a una doble jornada, cuando tienen un empleo.
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Como autora y ponente de la Ley 1257 que previene y sanciona la violencia contra la mujer y de las leyes que promueven la equidad de género, considero que desde el Estado se deben seguir desarrollando política que apunten al cierre de brechas sustentadas por el género, según se establecen en los Objetivos de Desarrollo Sostenible, (ODS), así como mejorando el acceso a la educación y promoviendo la paridad en la elección a corporaciones públicas, tal como estipula el Código Electoral.
Pero también, estableciendo rutas directas de atención para los casos de maltrato y abuso, para que de este modo no sean revictimizadas. Así lo hicimos cuando estuve al frente de la Gobernación del Valle con la creación de los Consultorios Rosa, una estrategia que brinda atención prioritaria a las víctimas de la violencia de género a través de la cual los beneficiarios son atendidos por psicólogos y trabajadores sociales, y para proteger y restituir sus derechos, cuentan con presencia de la Fiscalía y de Medicina Legal para que pueda hacer la denuncia, respectiva.
Además, para el empoderamiento económico de las mujeres promovimos su autoestima, crecimiento productivo, liderazgo e independencia económica, a través del programa Valle Inn, que incluye la capacitación, asesoría y acceso a capital semilla a través de convocatorias, la cual ha brindado a muchas mujeres de las comunas y de sectores rurales, del departamento la oportunidad de hacer emprendimiento.
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Ahora, como directora del Partido de la U, fortalecimos el centro de pensamiento capacitándolas para su ingreso al mercado laboral y para su participación en política a través del programa ‘Líderes para confiar’, pero también, impulsando iniciativas como el proyecto de Ley Ingreso Mujer, para ayudar a las mujeres cabeza de familia y cuidadoras más vulnerables a través de un subsidio monetario.
Más allá de los titulares de la prensa y las redes sociales, la violencia de género no se puede tolerar. Estoy convencida de que en la medida en que las mujeres logremos autonomía económica, mayor participación en el mercado laboral y acceso a cargos directivos y de decisión, podremos combatir los índices de violencia y se reconocerá nuestro valioso aporte a la construcción de una mejor sociedad.
Los invito a que sigamos trabajando por un país más equitativo y justo y para que tengamos una Colombia con voz y espíritu de mujer.
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