“Cuando Gregorio Samsa se despertó una mañana después de un sueño intranquilo,
se encontró sobre su cama convertido en un nuevo candidato a la presidencia de Colombia”.
Tuit de Félix de Bedout
Mientras Duque anda por Europa en campaña para hacerse con la dirección de la OIM (Organización Internacional para las Migraciones) a punta de mentiras, pues el país que dibuja está muy lejos de la realidad que vende cual mercachifle de pueblo; algunos eurodiputados protestan por considerarlo “un presidente nefasto para la paz y la democracia” y los medios oficialistas ocultan; y el país se sume en una crisis socioeconómica sin precedentes; los aspirantes a cargos de elección popular pululan como larvas en gusanera de una herida abierta en un organismo vivo, pero en descomposición. Disculparán ustedes el símil, pero sugiero un pañuelo empapado con alcohol para taparse las ñatas; un comprimido de Pepto-Bismol para las náuseas y el vómito; y una caja de Lomotil para soportar el reguero de inmundicia que provoca esta campaña electoral.
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El expresidente Andrés Pastrana Arango advierte un supuesto fraude en las elecciones, liderado por la Colombia Humana. No ha de saber (fue un estudiante mediocre y un presidente peor, sólo superado por el actual) que su papá, el expresidente Misael Pastrana Borrero, se robó las elecciones el 19 de abril de 1970, dando origen al M-19 y a una ilegitimidad de la que el país no logra sobreponerse. Con el concurso del presidente Carlos Lleras Restrepo (1966-1970), la Corte Suprema de Justicia y el bipartidismo -ya por entonces rancio-, le tumbaron de la noche a la mañana (literalmente y con apagón incluido) la presidencia a Gustavo Rojas Pinilla, de la Alianza Nacional Popular. Entre otras cosas, Rojas ha sido el único ‘dictador’ puesto y depuesto por líderes en democracia (1953-1957), algo que por supuesto, sólo pasa en Colombia. E irónicamente, el impulsor de una modernización del país que había iniciado el liberal Alfonso López Pumarejo (1934-1938) con su Revolución en marcha. Su nietecito Samuel Moreno Rojas lo superó en corrupción y su pacificadora violencia la heredó Colombia. Pero no había bajado la espuma de sus babas y Pastrana Jr. acusa a Iván Cepeda de ser “el jinete del caballo de Troya del narcotráfico”. ¡Esa bestia Andresito, no la montó nadie!
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Tras las denuncias a José Félix Lafourie -presidente de Fedegán y esposo de María Fernanda Cabal-, ante la JEP por vínculos con el paramilitarismo hechas por su antiguo aliado -el exgobernador de Córdoba y expresidente del Fondo Ganadero de ese departamento-, Benito Osorio, el profesor Francisco Cortés Rodas fue despedido (echado, sería más justo) del periódico El Colombiano por su columna: El capitalismo paraco y los empresarios honorables. Al día siguiente publicó en La Silla Vacía la columna La libertad de expresión en entredicho, que debería ser lectura obligada en todas las facultades de Periodismo en el país para que se entienda de una vez este remedo de democracia. La boquisuelta señora de Lafourie -a la que le compraron votos a sus espaldas y cuyos descaches históricos están a la altura de los del delfín Pastrana- defiende a ultranza a Alex Char. Al hombre de la gorra, al ‘redentor’ de Barranquilla, al comprador compulsivo de votos, de pulseras Cartier y de conciencias. Al candidato a la presidencia acusado de corrupción y otras perlas, que hasta el momento va de segundo en las encuestas y apenas esta semana se dignó -presionado por el escándalo- asistir a un debate donde brilló por su inexperiencia y su espíritu pendenciero. Repitió hasta la fatiga el libreto con el coro de su alianza: “no hay investigación alguna”, claro, por parte del ‘mejor Fiscal que haya tenido Colombia y el mundo’, el baboso Barbosa. ¡Char…latanes!
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La cabeza de la Registraduría Nacional del Estado Civil, Alexander Vega, tiene más cola que la más grande de las ratas de la más putrefacta alcantarilla nacional. Sin vergüenza y en voz baja -pues es una maniobra ilegal-, hace una semana les pidió la renuncia a todos los registradores departamentales, auxiliares y especiales, para nombrar a dedo a los encargados de dirigir el ‘operativo’ electoral del próximo marzo. Ni más faltaba, lo negó. Hoy cursan 170 reclamos que seguro se resolverán cuando la suerte esté echada, el delito consumado y el Congreso definido. Una advertencia de fraude que -como la de las elecciones pasadas- pasará inadvertida, amén de la demanda del partido MIRA que demostró cómo se manipula el sistema electoral, sumándoles votos a unos y quitándoselos a otros; y que cuatro años después el Consejo de Estado reconoció, fue saboteado y alterado. Con cinco millones más de ciudadanos que los registrados por el Dane, el registrador no casó una pelea, sino que se blindó ante el eventual fraude, ahora que la entidad adquirió un software propio, que “no será operado por ninguna empresa” y que en teoría está diseñado para que las organizaciones políticas puedan acceder a su auditoría. Costó $27.161 millones, tiene dos meses para instalarlo y cinco millones de razones para ‘triunfar’ en las próximas elecciones. ¿Por qué nadie se atreve a botar a este pillo?
*** El escándalo refrito de Piedad Córdoba para opacar el silenciado de Aída Merlano; Ingrid Betancur más desconectada de la realidad nacional que Duque -en Colombia ‘gobernando’ y en Europa buscando ‘camello’-; Sergio Fajardo más caído que Egan Bernal; Fico cada vez más parecido a Fajardo; los hermanos Galán agarrados con Carlos Amaya porque los acusó de clientelistas, que es como un agarrón entre corruptos por transparencia; el Centro Esperanza sin lo uno y sin lo otro; la Coalición de la Experiencia -‘para esquilmar’-, ahora Equipo Colombia, reduciéndose a sus justas proporciones; Barguil más anacrónico que todos haciendo publicidad política con obras de Misael Pastrana; Peñalosa positivo para coronavirus y negativo en las encuestas por su inocultable arribismo; Juan Carlos Echeverry abandonó la carrera por pinchazo pero seguro chupará rueda para asegurar alguna ‘corbata’; Dilián en lo suyo, ‘haciendo giros’ en U; Alejandro Gaviria calentándose para que no le cuelguen el Inri de tibio; Rodolfo Hernández con una fórmula vicepresidencial más perdida que los 70.000 millones de MinTic; César Gaviria quitándole el puesto de Sumo Pontífice al dueño de El Ubérrimo para otorgar bendiciones; Jorge Robledo con la sapiencia, la decencia, la prudencia de siempre y blanqueado por los medios; Francia Márquez dando lecciones de sensatez, con un discurso sencillo pero muy inteligente, con demostraciones de carácter y valentía que la ubican como la gran revelación política de Colombia; y Gustavo Francisco Petro Urrego disparado en las encuestas y bajando en los afectos. Parece que por fin se resignó y acogió algunas recomendaciones: bajarle a la arrogancia triunfalista y comprender que, en este infierno, los pactos con el diablo son necesarios.
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