Ana Erazo Ruiz - Concejala de Santiago de Cali
La Comuna 19, puntualmente el parque del perro se volvió noticia nacional e internacional. Esto por culpa- o gracias- al negocio Severo Sinvergüenza, un sitio que se volvió viral pero que puso sobre la mesa otras cuestiones más allá de lo exótico de su producto. El parque del perro es actualmente un escenario de disputa por el espacio público y como ciudad estamos fallando.
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Más allá de las irregularidades en la contratación de las “materas” que hoy dividen el espacio público en la zona y que debían ser de un material reciclable, el tema hoy es la movilidad, la convivencia y el objetivo del cierre de la Carrera 34 como lo conocemos actualmente. Si el objetivo del cierre de la zona aledaña al parque era por motivos ambientales, la reducción a un sólo carril genera mayor emisión de gases por el tránsito lento de los vehículos y genera mayor contaminación auditiva. Si el cierre era para devolverle espacio a los peatones, este carril es uno de los parqueaderos a cielo abierto más grande de la ciudad.
Incluso, los comerciantes que se beneficiaron por el espacio en un contexto de pandemia, actualmente ya no cuentan con las mismas restricciones y además la Personería Distrital ordenó la remoción de las mesas y demás elementos, lo cual se encontró con el contra argumento de parte de la alcaldía de un Boulevard Peatonal que hoy no tiene estudios y que seguramente es un anuncio más de esta administración.
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Esta “solución temporal” de un Boulevard que cuesta 9 mil millones y que no se le ve horizonte no debe ser una camisa de fuerza para hacer las cosas bien en el Parque del Perro. Desde nuestro proyecto de ciudad le proponemos una solución que vincula más la movilidad de la comuna: realizar la ampliación de los andenes del sector para que los pasos peatonales sean más amables para los visitantes, así le daríamos una solución más acorde, menos costosa y que no genera espacios que son cooptados por los grupos de parqueaderos. Continuar con la gabela actual de las materas parece una medida perezosa, antitécnica y que probablemente beneficia un sector en particular de la zona, una zona que debemos recuperar para el bien de todas y todos.
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