Las Fuerzas Armadas rusas destruyeron 1.325 instalaciones militares en Ucrania desde el inicio de la operación especial la semana pasada; así lo comunicó el portavoz del Ministerio de Defensa de Rusia, Ígor Konashénkov.
"En lo que va de la operación militar especial en Ucrania se destruyeron 1.325 instalaciones militares; incluidos 43 puestos de mando y centros de comunicación de los militares ucranianos", detalló el general.
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Además, informó que las fuerzas rusas "destruyeron 395 tanques y otros blindados; 59 sistemas de lanzacohetes múltiples; 179 piezas de artillería y morteros; y 286 vehículos automóviles militares".
Konashénkov destacó que dos aeródromos y tres puestos de defensa antiaérea de las fuerzas ucranianas recibieron ataques con armamento de alta precisión.
"El 1 de marzo las Fuerzas Armadas rusas destruyeron con armas de alta precisión y largo alcance instaladas en aviones y buques; dos aeródromos y tres puestos de defensa antiaérea con estaciones de radar", precisó el portavoz del Ministerio de Defensa de Rusia.
El presidente ruso, Vladímir Putin, anunció en la madrugada del 24 de febrero el lanzamiento de una "operación militar especial" en Ucrania; alegando que las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk, ya reconocidas por Rusia como Estados soberanos, solicitaron ayuda frente a la agresión por parte de Kiev.
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Según el Ministerio de Defensa ruso, los ataques militares no están dirigidos contra instalaciones civiles, sino que buscan inutilizar la infraestructura bélica ucraniana.
Hasta la mañana del 27 de febrero quedaron inutilizados más de 1.100 objetivos de infraestructura, incluidos aeródromos y radares. Se tomaron bajo control los territorios en torno a la planta nuclear de Chernóbil y de Zaporozhie. Además, se desbloqueó el Canal de Crimea del Norte y se trabaja para reanudar el suministro de agua a la península.
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Las operaciones de ofensiva se desarrollan en varias direcciones. Kiev ha quedado bloqueado desde el oeste. Se estableció el control sobre todo el espacio aéreo de Ucrania.
Según datos del Ministerio de Defensa de Rusia, entre las tropas rusas hay muertos y heridos; pero las bajas entre las unidades militares ucranianas y los nacionalistas son mucho mayores. A los ucranianos que entreguen voluntariamente las armas se les garantiza la seguridad y el regreso a sus hogares.
Finalmente, algunas unidades ucranianas instalan sistemas de lanzacohetes múltiples en barrios residenciales de Kiev y otras ciudades. El presidente Vladímir Putin lo llamó "táctica de terroristas". (Sputnik)
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