“Las mujeres somos fuerza y poder”, dice con firmeza María Teresa Ayala, docente de profesión e hija de dos campesinos que, gracias a su labor como cuidadores de la ‘Madre Tierra’, lograron que esta mujer de cejas delgadas y cabello oscuro aprendiera el arte de sembrar y conservar la vida como lo hacen las comunidades ancestrales.
“De ahí viene mi vocación”.
Afirma con seguridad en su mirada.
Después de vivir una adolescencia complicada, donde la violencia y la falta de apoyo social se veían a diario, se sintió inspirada por las religiosas del colegio Sagrado Corazón de Jesús; ellas con su generosidad y dedicación, le mostraron que la educación no solo era una opción para ganarse la vida, sino que también una salvación en medio de un contexto difícil.
Estas maestras, con su mano amable y su compromiso, la inspiraron a seguir sus pasos y a convertirse en educadora; posteriormente, estudió Filosofía y Ciencias Religiosas en la Fundación Universitaria Católica donde también estudió Derechos Humanos y se convirtió en becaria de la Universidad Javeriana donde hizo su Maestría en Educación.
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Con 29 años de experiencia como docente, 11 de los cuales dedicó a una escuela privada, María Teresa, es una mujer que tiene vida en las manos, pues recupera zonas públicas. Allí también empezó su activismo social por medio de los procesos con sus estudiantes a través de siembras frutales en la comuna 12; los “sembradores”, como ella los llama.
“Nosotros estamos en un medio donde los adultos le estamos entregando a los jóvenes un espacio contaminado. No somos amigables con las aves. Somos la ciudad diversa, vamos a tener un evento muy importante aquí en esta ciudad sobre diversidad, pero nosotros la descomponemos”.
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Empoderamiento político- ambiental
Por eso, su activismo político se enfoca en la preservación y cuidado de los ríos y cuerpos de agua en Cali. Existen problemas sociales vinculados al agua, como la falta de infraestructuras pertinentes para contener los ríos que afectan tanto a la comunidad como a la fauna local.
Para abordar esta problemática, esta mujer de cabello oscuro con rayos de luz que descienden del mismo, ha implementado diversas acciones, como la siembra de guadua en las orillas de los ríos para reforzar su contención, y darle un buen hábitat a los animales del sector, junto a sus estudiantes.
Además, fomenta la siembra de guayabas, en pro de crear corredores naturales que sean un beneficio para especies como las guacharacas, las cuales enfrentan dificultades para encontrar alimento.
Sumado a su rol de docente con una ideología del cuidado del medio ambiente, Teresa busca que sus estudiantes sean una voz activa de la naturaleza.
"En mis clases, priorizo el empoderamiento político de los estudiantes".
Por este motivo, su enfoque pedagógico se centra en la contextualización del aprendizaje; promoviendo valores como el cuidado de la naturaleza, el respeto a la diversidad en todas sus facetas.
"Por eso uno ve que las comunidades ancestrales nunca dañan, ellos no son propietarios de la tierra, es a Dios que le pertenece la tierra. Yo tengo un respeto profundo por la naturaleza y de alguna manera mis estudiantes también, ellos son cuidadores del agua y del planeta".
Raíces de inclusión
Una de las alianzas más importantes de María Teresa es con el sector de salud pública; específicamente con una red móvil que restablece los derechos de las personas en situación de calle. Esta mujer, que tiene la solidaridad arraigada en su ser, trabaja en asentamientos de la ciudad, donde existe consumo de sustancias.
Gracias a su mano bondadosa, ha logrado restablecer los derechos de estas comunidades, especialmente en términos de acceso a la salud. En estos lugares, se llevan a cabo intercambios que benefician a todos los involucrados.
"La labor consiste darles alimento a personas en situación de calle, y establecer un vínculo de afecto, porque a veces como ser humano necesitas un abrazo".
Esta iniciativa tiene como propósito 'construir' un puente hacia la inclusión y la dignidad, en un entorno donde la falta de agua potable es un problema urgente. Ante esta situación, Teresa trabaja con abogados de una universidad para asegurar que los habitantes de calle tengan un suministro "mínimo de agua".
Semillas de resistencia
María Teresa es miembro del Comité Ambiental en Defensa de la Vida y continúa con el legado de Sandra Viviana Cuéllar; una defensora del medio ambiente que desapareció hace 13 años y dejó un vacío en la lucha por la protección de los ríos de Cali.
Cuéllar, impulsora del referendo del agua y visionaria en la detección de problemáticas fluviales, es un faro inspirador para aquellos que, como María Teresa, han abrazado su causa con pasión.
"Venimos recuperando también esa memoria, haciendo lo que ella pensaba; cuidando los ríos, recuperando las semillas ancestrales y enseñándole a los niños a cuidar la naturaleza".
A lo largo de la historia, las mujeres indígenas han tenido un rol fundamental en la preservación de la diversidad biológica. Desde proteger los lugares de origen hasta salvaguardar las especies de árboles y plantas que nos alimentan, estas mujeres han sido guardianas de nuestro entorno natural. Incluso ante la opresión, han logrado resitir, defendiendo la vida en la tierra.
Para María Teresa, su dedicación y sabiduría han sido pilares en la lucha por la conservación ambiental, y son precisamente ellas, quienes nos recuerdan la importancia de honrar y apoyar sus conocimientos y esfuerzos.
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