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Carmiña Navia: Una abanderada de la poesía que anhela un futuro pluralista

Carmiña Navia: Una abanderada de la poesía que anhela un futuro pluralista

Exclusiva para 90minutos.co

Cuando una persona del común escucha la palabra “poeta” muchas veces se imagina a un ser humano que devora libros por montón y que siempre anda enamorado de la vida; y que lo enfatiza en cada una de sus intervenciones o diálogos con otra persona. 

Y justamente es así. No es un prejuicio y mucho menos lo menciono con la idea de prototipar a quienes se dedican a este género literario, pero conocer a Carmiña Navia reafirma ese primer pensamiento e incluso abre un poco más la percepción. 

La entrevista con ella duró casi una hora y aunque es poco tiempo para conocer realmente a una persona, las interrogantes dejaron entrever su personalidad. 

Carmiña Navia: Inicios 

Una mujer que desde muy joven conoció el mundo de las letras. Nacida en ‘la sucursal del cielo’ un 5 de agosto de 1948; mismo año en el Thomas Stearns Eliot, poeta inglés, fue galardonado con el premio nobel de literatura. 

“Siempre me gustó leer”, comenta la autora caleña, quien describió de manera general la variedad de libros que exploró desde muy joven gracias a la biblioteca que tenía en casa. 

Son algunos títulos que recuerda con especial emotividad. Así fue naciendo la complicidad de Navia con la literatura, que finalmente la llevaría a estudiar en el departamento de Letras en la Universidad del Valle; ella tenía 18 años para ese entonces.

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Asimismo, escribir en la página nueva del Diario Occidente y hacer parte del grupo estudiantil ‘Los Dialogantes’ fueron algunas de las facetas en la que la poesía y la investigación fue enamorando más y más a una joven Carmiña.

(Tomada de repositorio de Univalle) Carmiña Navia en una clase de la Universidad.

Libros y vivencias 

“En 1974 publiqué el primer cuaderno de poemas, llamado ‘La niebla camina en la ciudad’. En dicha obra plasmo mis vivencias entre los 18 hasta los 25 años”.

Carmiña Navia es una persona que considera sus obras como sus ‘hijos’. “No puedo elegir mi favorita”, respondió fuera de la entrevista formal con una mirada alegre mientras pensaba muy en sus adentros si realmente había alguna preferencia. 

“Uno se encuentra con que tiene sentimientos profundos, comprensiones o preguntas que no puede responder (...) en ese sentido, se busca el apoyo de la palabra para poder llegar más a fondo en los sentidos y significaciones” 

Respondió Carmiña ante la pregunta: ¿Qué la motiva a escribir? 

A lo largo de los más de siete décadas en los que la poeta ha explorado el mundo, ha escrito cerca de 41 obras: 

Pero, para ella la investigación era aún más trascendental: Escribir es importante, aunque explorar e identificar nuevas maneras de hacer las cosas, mientras se conoce el pasado para no repetirlo también se debe hacer. Concluí de su respuesta. 

Además, entendí que el equilibrio es importante, tal vez al mismo tamaño en el que la motivación empuja a seguir curioseando. 

Algunas de las obras de Carmiña.

El feminismo en sus obras como ‘motor’ de trabajo social 

“Carmiña o profesora. Así se puede referir hacia mí”, resolvió la poeta ante mi duda sobre cómo iba a llamarla en los siguientes 60 minutos de interacción. Así retrata su pasión y compromiso con el aprendizaje, el cual ejerció hasta hace muy poco y que exploró en todas las facetas.

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Siempre he mirado con atención a la mujer. Inclusive mi primera monografía de grado en 1970 en la Universidad del Valle fue una mirada sobre el papel de las mujeres en las obras de Gabriel García Márquez”.

Llegar hace 47 años al barrio El Jordán, al suroccidente de Cali provocó que el papel de las mujeres en la sociedad fuera más replanteado por Carmiña; problemas como escasez de formación, falta de autonomía, inseguridad y ausencia de entradas económicas eran los retos que se deberían y que actualmente deben sortear las mujeres. 

Asimismo, ante la identificación de un sistema patriarcal, Carmiña siguió moviéndose en el entorno que podía; adoptando una posición feminista. Ya que quedarse de brazos cruzados no era una opción para la profesora:  

“Por eso fundamos el Centro Cultural popular Meléndez, que hoy se llama Casa Cultural Tejiendo Sororidades. El objetivo desde el principio con este centro fue apoyar a la formación y transformación de condiciones y por otro lado, promover la cultura y la lectura”. 

Curiosamente, dicho espacio se encuentra enseguida de la vivienda de Carmiña, donde se enseña con pasión a las nuevas generaciones. 
Fachada de la Casa Cultural.

En su casi medio centenar de obras el papel de la mujer es muy activo y busca acompañar la idea de crecimiento y motivando a quienes se aventuran a leer los escritos de Navia: 

“La poesía siempre me acompaña (...) para expresar lo que las mujeres sienten. Otras veces para animarlas en su caminar o descubrir sus situaciones y condiciones limitantes”.

La profesora cree en la construcción de un mundo mejor. Una posición clara que se basa en el optimismo y la lucha por los derechos de todos los que necesitan sentirse identificados.

“Yo creo que nadie enseña a nadie. El conocimiento solamente surge en uno mismo. Entonces, la labor del profesor es básicamente dar herramientas a los estudiantes para que ellos logren construir un camino de aprendizaje”.

Carmiña Navia, poeta caleña.

El legado de Carmiña Navia para todas las personas 

Ante la pregunta sobre “¿Qué legado espera dejar con sus obras?”, la poeta no dudó en responder en haber contribuido que las mujeres tengan espacios dignos y oportunidades. 

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Sin embargo, haber plasmado la expresión de ciertas vivencias en sus distintos libros. La comprensión de Dios (una mirada particular y en ocasiones subjetiva de Jesús de Nazaret). Unos textos sobre la vivencia urbana: 

“Yo expreso a través de mi poesía lo que ha sido la vida en Cali en los años 70, finales de los 80 en donde la ciudad era amable y se podían recorrer las calles sin problemas, sin temores”.

Recalcó con aires de nostalgia.

Los galardones no lo son todo para la profesora 

“Recuerdo una frase de Rafael Argullol, que plantea que hay que hacer una obra para salvar la vida”, hiló en sus pensamientos Carmiña al momento de preguntarle por la importancia de los premios y reconocimientos. 

“No importa que la obra sea pequeña o muy poco visible. Lo importante es que uno se consagre a ella y creo que por ahí va mi trabajo, perspectiva y vida cotidiana”.

Justamente, hace unos días el nombre de la poeta caleña se escuchó a nivel mundial. Su obra ‘Parajes de los días’ fue ganadora del premio internacional de literatura Virginia Woolf; teniendo una votación unánime. 

Pero, pese a agradecer enormemente el distintivo de los jurados y grandes escritores, ella fue más allá: 

“Yo creo que los premios son relativamente intrascendentes. Lo importante es la obra. Desde el premio ayuda a la obra a obtener más lectores, a que las personas referencien mejor e incluso a nuevos interesados. El libro circula un poco más”. 

Sin embargo, para Carmiña Navia la atención e interés de las personas y de los medios terminará pocos días después. 

Consejo a quienes inician en el ‘mundo de las letras’ 

Finalmente, con todo el bagaje que tiene la poeta en sus 75 años de vida, es directa y aconseja, de manera directa, a los nuevos interesados en escribir: 

“Hay que leer mucho, a poetas clásicos y latinoamericanos (...) para mí, escribir se aprende leyendo”. 

Una vez apagada la cámara, el micrófono de solapa que estuvo registrando cada una de las interacciones entre la poeta y nosotros (añadiendo al camarógrafo que me acompañó todo el tiempo), nos despedimos de Carmiña. La poeta dejó entrever su espiritualidad en los últimos tramos de nuestra conversación y con una sonrisa amable, que poco se fue deshaciendo ante el calor repentino que en estos momentos azota a Cali. La ciudad que ha visto crecer, luchar y ganar a Carmiña Navia. 

Carmiña en un sillón de su casa. Alegre y fresca.

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