Reportan 51 familias desplazadas y más de 3.000 personas confinadas; debido al enfrentamiento de grupos al margen de la ley, en el departamento del Chocó.
Además, la comunidades indígenas denuncian que se están quedando sin alimentación, sin recursos; y se encuentran confinados en el resguardo.
Debido a esto, las autoridades declararon el estado de calamidad pública, específicamente en el Alto Baudó chocoano; por los desplazamientos de indígenas, generados por los enfrentamientos entre el Clan del Golfo y la guerrilla del ELN.
Asimismo, los obispos del Chocó denunciaron atropellos contra las comunidades indígenas y afrocolombianas; por lo que piden al Gobierno Nacional, atención inmediata de esta situación.
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“Hacemos un llamado de atención a estos grupos, para que paren y observen el sufrimiento de las comunidades. Y al Gobierno Nacional, para que efectivamente haga lo propio, para que las comunidades puedan ir resurgiendo. La iglesia quiere colaborar”. Expresó el monseñor Juan Carlos Barreto, obispo de Quibdó, Chocó.
Mientras tanto el Gobierno busca evitar que en el juego cruzado entre guerrilleros y paramilitares, terminen más indígenas afectados.
Frente a la situación, el ministro del Interior, Daniel Palicios Martínez, lamentó el fallecimiento de víctimas civiles. Además, manifestó que ha estado en contacto con el gobernador indígena y con el alcalde de la zona.
Esto, para adelantar un consejo de justicia transicional; lo que permite activar las ayudas humanitarias para los indígenas que habitan el resguardo.
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