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Una agenda ambiental para Cali

Una agenda ambiental para Cali

Foto: Especial para 90minutos.co

Cali sufre las consecuencias de un crecimiento urbano acelerado por un progreso económico que ha traído consigo una densidad poblacional que busca establecerse en una ciudad que en los últimos 30 años la han atravesado el fenómeno del narcotráfico, la violencia y la exclusión social. El resultado de este proceso tiene como principal afectado el ambiente y el entorno natural de la ciudad.

Tanto la visión de ciudad excluyente de la clase política caleña gobernante que llevó a las comunidades menos favorecidas a las laderas y periferias de la ciudad como la planificación urbana sin la participación ciudadana y sin la construcción de consensos con la comunidad hicieron que los y las caleñas no poseamos un sentido de pertenencia de nuestra ciudad, y, en consecuencia, no sientan como propias las formas de organización territorial de Cali y mucho menos advierten el privilegio que significa ser la única ciudad capital del país atravesada por siete ríos.

Producto de esto, la situación ambiental que atraviesa Cali en materia de calidad del agua, del aire y afectación a la fauna y flora atraviesa un momento crítico, así lo alertó la Procuraduría General de la Nación en distintos informes referente a la calidad del río Cali y del río Cauca, afluentes hídricos en los que se determinó la presencia de trazas de mercurio y baja oxigenación poniéndose en riesgo la seguridad de más del 80% del agua que tomamos en Cali.

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En contra posición, a Cali le proponemos una agenda ambiental que organizando la participación de la ciudadanía de manera amplia y vinculante logre poner sobre la mesa de la discusión un nuevo ordenamiento territorial cuyo epicentro sea el agua, tal como se propone desde el recién aprobado Plan Nacional de Desarrollo del gobierno del cambio. Este nuevo plan de ordenamiento territorial que proponemos deberá responder entonces al cuidado decidido de la riquísima fauna y flora de todo el distrito de Cali, partiendo por los Farallones de Cali que hoy se ven amenazados por la minería ilegal desbordada y los grandes proyectos inmobiliarios que pareciera, avanzan sin control por nuestras montañas del oeste de Cali.

El segundo punto que debemos abordar con celeridad es la actualización del Plan de Ordenamiento Territorial en relación con las cuencas Cali, Melendez, Lilí y Cañaveralejo. Territorios donde más que generar procesos de desplazamiento tenemos que hacer un ejercicio de gobernanza que permita desarrollar acciones de protección al medio ambiente vinculando de manera efectiva al primer sujeto con vocación protectora que es la comunidad que vive aledaña a los ríos y espacios de protección. Sin un proceso de pedagogía y reconocimiento del entorno no existirán avances en la materia.

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En tercer lugar, es necesario que, en las zonas de expansión, especialmente al sur oriente de la ciudad, se realicen concesiones inmobiliarias si y sólo sí cumplen criterios de sostenibilidad, tienen planes de manejos de residuos sólidos responsables con el medio ambiente, y disponen de espacios públicos por habitante mayor al que hoy tenemos en Cali que está por debajo de tres metros cuadrados. Esto tendría que ir integrado con un plan maestro de manejo de residuos sólidos distrital que debe contar con un aprovechamiento de los residuos de la ciudad a través del uso de tecnologías. Este no es un invento nuestro, hoy es una realidad en el mundo así como lo es que ninguna ciudad de Colombia se ha atrevido a integrar este tipo de manejo de residuos.

Finalmente, a pesar de que en Cali somos bendecidas por contar con la brisa proveniente del océano pacífico que baja de los farallones para aminorar la concentración de material particulado en el aire, si continuamos con un aumento descontrolado de parque automotor, principalmente motos, tendremos una crisis de calidad del aire muy pronto y el tratamiento a este problema resulta muy complejo, sino miren el ejemplo de Medellín. A Cali le entregaremos una agenda ambiental para que quien ocupe el lugar en el CAM el próximo año, la integre dentro del plan de desarrollo y podamos hacerle frente a una crisis que nos obliga a tomar decisiones urgentes pero responsables.

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