Por Miyerlandi Torres - Candidata a la Alcaldía de Cali
Un sentimiento generalizado en los caleños es que nuestra ciudad está rezagada frente a otras urbes de Colombia debido al evidente atraso urbanístico, con el deterioro y la ineficiencia del transporte público como una de las principales razones.
Ante esta realidad, es normal que tantos caleños se sientan desconectados del futuro de la ciudad, pues no hay obras que hagan entender que nuestra casa común avanza, que es competitiva y que camina hacia el progreso. No obstante, sí hay un proyecto que marcaría el camino del desarrollo no solo para la capital del Valle del Cauca, sino para la región y se llama Tren de Cercanías.
Los habitantes de Cali, Jamundí, Palmira y Yumbo hemos escuchado de este proyecto desde hace más de 8 años, quizás sin dimensionar su impacto no solo en la movilidad, sino en el desarrollo urbano, económico y social de nuestros municipios.
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Se denomina tren de cercanías a un sistema de transporte de pasajeros que une a una ciudad principal con municipios aledaños con los que comparte diferentes dinámicas (sociales, económicas, culturales, educativas, entre otras).
En nuestro caso, el sistema tiene la intención de afianzar dichas dinámicas y disminuir considerablemente los tiempos de viaje entre Cali, Jamundí, Yumbo, Palmira y el aeropuerto Alfonso Bonilla Aragón, con un impacto directo en la calidad de vida de las personas.
El primer tramo, que conectará a Cali con Jamundí y cuyos estudios de factibilidad se espera que estén listos en julio de este año, contará con 23,6 kilómetros, distribuidos en 21 estaciones (19 de ellas en Cali) y podrá movilizar un promedio de 145 mil pasajeros al día mediante 34 trenes eléctricos, disminuyendo en un 35% los tiempos de traslado entre ambas ciudades.
Lo anterior implica un mejoramiento de la movilidad del sur de Cali, pues favorece la disminución de vehículos particulares en las vías, permitiendo reducir el impacto medioambiental (menor huella de carbono), la congestión, la ilegalidad y la accidentalidad.
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La viabilidad del proyecto está sustentada en que se construye sobre vías férreas ya existentes, disminuyendo en gran medida los costos, que ascienden, para el primer tramo, a $7.4 billones, de los cuales la nación aportará $5.2; el departamento, $1.1; y los municipios, $1.1.
La ejecución de la obra y posterior entrada en operación de nuestro Tren de Cercanías significará un salto gigantesco hacia la consolidación de un Sistema Integrado de Transporte Público en Cali, pues contará con varias estaciones de uso intermodal, a través de las cuales se articularán diferentes medios de transporte.
De acuerdo con el panorama de estos grandes avances técnicos mencionados anteriormente, el reto para la próxima administración de Cali será la gestión de los recursos necesarios para que el tren sea una realidad.
En mis más de 20 años de experiencia en el servicio público me he caracterizado por impulsar y ejecutar ambiciosos proyectos que han impactado la calidad de vida de los caleños; así pues, el Tren de Cercanías será uno de los primeros que asuma como alcaldesa, porque el renacer de Cali implica transformar su movilidad.
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