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Le llegó la hora al Concejo de Cali

Le llegó la hora al Concejo de Cali

Foto: Especial para 90minutos.co

El 28 de abril inició en Colombia lo que se denominó como Estallido Social, un escenario en el que las masas desguarnecidas en levantamiento popular salieron a manifestarse alcanzando unas consecuencias históricas por su importancia en el cambio de rumbo que tomó la nación con las elecciones legislativas y presidenciales. Después de dos años y un mes del proceso de movilización de miles de jóvenes de Cali que se levantaron contra la vulgar reforma tributaria de Duque y Carrasquilla y demás injusticias que viven a diario, podemos asegurar que las fuerzas políticas de esta ciudad no comprendieron este histórico momento que vivimos en nuestra ciudad porque sencillamente no dimensionan las peticiones y exigencias derivadas del estallido social.

Que la juventud caleña, y, en general la población de la ciudad se levantara y protestara con acciones que fueron ampliamente legitimadas por las y los caleños es una muestra de la desafección y desconexión con las fuerzas políticas tradicionales que hoy están en el Concejo de Cali y que han venido dominando los espacios de poder a punta de clientelismo, acuerdos entre contratistas y convenios debajo de la mesa en contra de la ciudadanía. Esta clase política con la que no se identifica casi nadie en la ciudad no solamente pertenece al espectro político más recalcitrante del país, lamentablemente dentro de otras tendencias más cercanas a lo que podría llamarse la izquierda se han emulado muchos de estos comportamientos clientelares llevando a la penosa consecuencia de cerrarle espacios a liderazgos sociales, juveniles, feministas o ambientales que en Cali no solo existen sino que han demostrado grandes aptitudes y fuertes liderazgos en pro de sus comunidades.

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Es totalmente falto de autocrítica pensar que la responsabilidad de abrir los espacios de participación política corresponde, escuetamente, a la lucha y pelea de estos escenarios a los partidos y movimientos tradicionales de la ciudad. No. El Pacto Histórico como cohesión de partidos, tendencias y movimientos sociales en Cali debería de tener como objetivo cambiar la conformación de los 21 concejales que hoy ocupan el hemiciclo donde se toman las decisiones del futuro de la ciudad, pues, el cambio y la apertura de espacios de participación política la debemos liderar nosotras y nosotros quienes hemos pregonado principios de transparencia, pluralidad y diversidad. Es por esto que, quienes ocupen la lista del Concejo del Pacto Histórico deberán ser jóvenes, mujeres, líderes y lideresas sociales y ambientales que conecten con los barrios, con los territorios, con la gente. Si en nuestro proyecto político seguimos avalando candidaturas que devengan de personalidades que ya tienen representación en otros espacios, le habremos fallado a miles de personas que esperan que no repitamos los mismos vicios de la clase política que nos motivó a salir a protestar por sus acciones, omisiones y su visión excluyente de ciudad.

Desde ésta, la única curul alternativa, feminista y protectora del medio ambiente de las 21 curules que conforman el Concejo de Cali, extiendo el llamado para que a partir de consensos logremos construir la mejor lista posible y cambiemos la correlación de fuerzas que hoy son la talanquera para el progreso de la ciudad y no permiten que el cambio real y posible se materialice en Cali. ¡Es el momento de que empecemos a liderar los cambios que nuestra ciudad exige entre todas y todos!

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