¿Qué significa para Cali que las Empresas Municipales de Cali (Emcali) vuelvan a manos de la Alcaldía de Cali?
Es muy importante para el país entero y para su orden institucional que la administración de Cali y la gente de Cali vuelva a tener el control de sus empresas. Emcali es una joya institucional que todavía necesita mucha talla, pero que está ahí prestando un excelente servicio. Así que es una buena noticia. Trece años de intervención es un periodo demasiado largo, es una total contradicción en los términos. No puede ser. El Estado debe intervenir en estos procesos y en estas empresas cuando sea necesario, pero para levantar esa intervención lo más rápido posible.
¿Cuál fue la labor puntual de la Superintendencia de Servicios Públicos en estos 13 años de intervención?
Cuando la Superintendencia llegó, la entidad era una entidad arrodillada desde el punto de vista financiero, incapaz de atender sus obligaciones, incapaz siquiera de cumplir con sus costos operativos adecuadamente. El Estado colombiano vía Superintendencia de Servicios Públicos intervino para resolver esos problemas. Hoy esos problemas están resueltos y son cosa del pasado: es una empresa que tiene absoluta sostenibilidad. Emcali en términos técnicos y administrativos está en muy buenas condiciones. Con toda seguridad hay muchos espacios para mejorar, sin duda, pero hoy es una empresa próspera y capaz de atender los requerimientos de la gente.
¿Usted qué le contesta a los críticos que manifiestan que la intervención de la Superintendencia deterioró aún más esta empresa de servicios públicos?
Que no están diciendo la verdad. Que por favor se remitan a los hechos y que examinen detalladamente lo que ocurrió durante este tiempo. Ahora sin duda, institucionalmente, la “Súper” está abierta al examen, a la crítica.
¿El Futuro que le espera Emcali?
Una gran empresa sostenible capaz de invertir para expandir servicio, mejorar servicios, para modernizar servicios y una empresa que además sea capaz de entregarle recursos financieros a la administración municipal como resultado del buen desempeño de sus operaciones. Es fundamental que la empresa tenga un manejo decente: si la empresa no tiene un manejo decente, como toda empresa se va al traste.
¿Se despolitizó Emcali en estos 13 años de intervención?
Ese tema está bajo control y con un manejo decente y unas reglas claras. Obviamente los dirigentes políticos tendrán mucho interés en cómo se desenvuelve la empresa, pero no podrá ser que los intereses políticos particulares entren en la administración de la empresa y asuman la dirección de ella porque, primero la ley no lo permite y en segundo lugar, porque la declaración del buen gobierno que hará el Alcalde garantizará ante la conciencia colectiva de los caleños que la cosa se va manejar adecuadamente. Mirar bien cómo se seleccionará al gerente; cuáles van a ser las características de la junta directiva; cómo va a ser el comité de auditoría; qué va pasar con el manual de contratación; cómo va a ser la política laboral de la empresa. Lo importante es que la gente en Cali sepa que ésas son las reglas para poder vigilar.
¿Qué va pasar con los responsables de la Intervención?
Eso pasó hace 15 años porque los indicadores de la empresa empezaron a deteriorarse a finales de la década de los noventa. La Superintendencia no tiene competencia para entrar en esas investigaciones de carácter disciplinario, fiscal o penal, entonces deberán a dirigirse a otras autoridades.
¿Cómo define el fin de la intervención?
El regreso de la normalidad jurídica de la empresa realmente era una obligación histórica del Gobierno Nacional y de la Superintendencia en particular. Ya hemos cubierto el período histórico de la intervención y ahora se abre uno nuevo que con buen manejo: será un período de prosperidad y eficiencia.
