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Salsa, a golpe de protesta social

Desde sus orígenes la salsa estuvo ligada al sufrimiento del pueblo, a los debates de esquina, a las penurias del barrio y de la calle. Un recorrido por una expresión que tiene en ‘Pablo Pueblo’ a uno de sus símbolos. Salsa en su estado más puro y callejero.

Salsa, a golpe de protesta social

Desde sus orígenes la salsa estuvo ligada al sufrimiento del pueblo, a los debates de esquina, a las penurias del barrio y de la calle. Un recorrido por una expresión que tiene en ‘Pablo Pueblo’ a uno de sus símbolos. Salsa en su estado más puro y callejero.

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Por: Gerardo Quintero Tello - Jefe de Redacción de 90 Minutos
Diseño: Giovanni Castro
Audio: Moisés Molina

“Están dando palos, golpes, bofetones, puños y empujones, allá en la galera tres”

Así cantaba Ismael Miranda, el niño bonito de la salsa, en uno de sus primeros discos de protesta. En aquellos convulsionados años setenta, Miranda decidió solidarizarse con los presos de la penitenciaría estatal de Río Piedras, conocida como Oso Blanco, allá en Puerto Rico, que denunciaban golpes, puños y empujones y decidió revelarlo a través de lo que mejor hacía, La Salsa, el género que comenzaba a identificarse con los oprimidos, los marginados, los callejeros.

Y es que la salsa desde sus orígenes siempre estuvo allí, con el barrio, con el pueblo. La salsa social fue una expresión que especialmente en la década de los setenta y algo de los ochenta tuvo un amplio espacio entre los artistas y una gran aceptación entre el público.

Hoy, en medio de la agitación que vive la ciudad y el país, algunos, sobre todo esa vieja guardia musical caleña, han recordado aquellos clásicos que se convirtieron en himnos de lucha, que sonaban en las marchas de hace algunos años y que simbolizaron la inconformidad con realidades que tal parece no han cambiado mucho.

César Miguel Rondón, el gran académico venezolano que escribió esa ‘biblia’ que se llama ‘El libro de la salsa’, recuerda que esta música siempre fue la voz del barrio, de los amores contrariados, de la vida precaria, de los ‘malandros’ y los desarraigados. Y razón no le faltaba a Rondón. ‘La calle está durísima’, cantaba en alguna época Joe Cuba, mientras Héctor Lavoe le contestaba que en los barrios de guapo no se vive tranquilo o se miden bien las palabras o no vales ni un kilo.

El escritor cubano Leonardo Padura habla del fenómeno salsa como una proyección social e incluso política, fruto de las realidades que vivían los latinos radicados en las grandes urbes del Caribe y, muy especialmente, la enorme legión de emigrados reunidos en Nueva York y necesitados no solo de los dólares que enviarían a sus islas, sino también de preservar sus señales de identidad, para lo cual acudieron a la que había sido su expresión natural desde los tiempos de la colonia y la trata de esclavos: la música y el canto.

“Mataron al negro bembón,
Mataron al negro bembón
Hoy se llora noche y día
Porque al negrito bembón
Todo el mundo lo quería
Porque al negrito bembón
Todo el mundo lo quería”

Este tema interpretado por Ismael Rivera con la orquesta de su compadre Rafael Cortijo en los años sesenta fue tal vez el primero que comenzó a denunciar la dura realidad que vivía la comunidad negra en Puerto Rico y aún más en los Estados Unidos.

Como bien lo recuerda el musicólogo y columnista de 90 Minutos, Wílmar Zambrano, antes de que hicieran su aparición en el firmamento musical  Willie Colón o Rubén Blades, para citar dos de los artistas más reconocidos en esta expresión, fue Cortijo y su combo los que se metieron de frente con la crítica social.

Ya unos años antes, en los cincuenta, Daniel Santos le había cantado al campesino pobre y desarraigado que tenía que regresar a su rancho sin haber podido comprar nada para su familia. Y ese lamento borincano se transformó en un símbolo para comprender cómo duele la pobreza y un ejemplo de la eterna frustración latinoamericana… “Y triste, el jibarito va pensando así, diciendo así, llorando así por el camino, qué será de borinquen mi Dios querido, qué será de mis hijos y de mi hogar”

Pero regresemos al ‘Negro Bembón’, Robert Téllez, escritor e investigador de la música afroantillana, sostiene que es evidente que esta composición de Bobby Capó denuncia los estragos del racismo y la inconformidad de quienes lo han padecido. Ante todo es una crítica a la exclusión social hecha desde la cultura popular y, de esta manera, Ismael Rivera se iba transformando, cada vez más, en la voz de la comunidad negra y pobre. Como le dice Téllez, “en el cantante de las víctimas del racismo”.

“Ese era el tiempo de la revolución de los negros en Puerto Rico. Roberto Clemente, Peruchín Cepeda, Romaní, entraron los negros a la universidad y salió Cortijo y su combo acompañando esa hambre, ese movimiento”, explicó el propio Ismael Rivera unos años después.

El germen de la protesta salsera comenzaba a gestarse. El escritor César Rondón define bien lo que llegaría a significar ese fenómeno que trasmutaría a la calle y sería allí donde encontraría su verdadera esencia: “La salsa pues, no tiene nomenclatura, no tiene por qué tenerla. La salsa no es un ritmo y tampoco es un simple estilo para enfrentar un ritmo definido… El barrio sigue siendo la única marca definitiva”.

“Si yo fuera presidente
Si yo fuera un presidente
Se acabaría la milicia
Los taxes se bajarían
Ese dinero se usara
Para el bien de la comunidad”

En 1972, con la salsa en pleno furor, nuestra cosa latina metiéndose en todos los rincones del New York latino y permeando el centro y sur del Continente, aparece un incontenible Frankie Dante. Este dominicano que era todo un marginal, un incomprendido, fue apartado por el sello Fania, por Pacheco y Massuchi que no valoraban su proyecto musical y comienza a producir unas fusiones poderosas, contestarias que serán parte del ‘underground’ salsero.

‘Presidente Dante’ hablaba del sueño de todos, de qué haríamos para ayudar a los otros si tuviéramos una migaja de poder para transformar la sociedad. “Si yo fuera Presidente no habría fuerzas armadas, las guerras se acabarían, los muchachos regresaran a casa, donde pertenecen”. En el Bronx latino, donde cientos de jóvenes eran enlistados para combatir en Vietnam, el tema de Frankie se escuchaba con fervor y con dolor.

“Hay que cambiar José, la Flamboyán le dice por qué
Hay que cambiar José, la Flamboyán le dice por qué
Queremos cambiar el sistema
Removiendo a todos los payasos
Si los políticos no cambian
La decisión vendrá muy pronto”

Y entonces llegó ‘Ciencia Política’ y Frankie, el incomprendido, fue aún más segregado y enviado al ostracismo porque su música era iconoclasta, subversiva, agresiva, antisistema. Pero su semilla quedó sembrada en quienes surgieron después y entendieron que allí había un bosque de inconformidades que el género podía reflejar, porque al final la salsa se afincaba en la calle, en la esquina, en los problemas cotidianos, “en la lucha por conseguir los cinco pesos”, como me dijo en una oportunidad Henry Fiol.

Unos jovencísimos Willie Colón y Héctor Lavoe lo entendieron pronto y aunque no eran tan filosóficos como Dante, también decidieron cantarle a las penurias del barrio, sobre todo a esa marginalidad, soledad y violencia que padecían los chicos latinos en ese barrio de ‘guapos’ que era el Bronx o  ¿por qué no? de cualquier calle de algún suburbio de nuestros países del sur de América.

Y fue así como estos ‘chicos malos’ le cantaron a la luna y el sol, dos calles estrechas y empedradas que corren paralelas por el viejo San Juan. ‘La radio bemba’ popular relató que estaban saturadas de prostitutas, malandros, casas de citas y bares de mala muerte… En este caso, cuenta Rondón, Willie Colón prefirió ubicar su música en las viejas calles boricuas porque estas, claramente, le permitían jugar más con la tradición de la violencia, haciendo mucho más global su canto, sacándolo de un contexto circunstancial para imprimirle una fuerza que iba mucho más allá de las anécdotas y las estadísticas.

Y allí, en ese mismo álbum, surgió también ‘El Día de Mi suerte’. “Pronto llegará el Dia de Mi suerte, sé que antes de mi muerte, seguro que mi suerte cambiará...” era la expectativa, un mensaje para sobreponernos al mundo que nos agobia, que esperamos que cambie, pero que solo un golpe de suerte -porque los pobres a qué más nos podemos aferrar- podría hacer que nos cambie la vida. La certeza era clara: un día, antes de que me llegue la muerte, estoy seguro de que mi suerte cambiará…

“Ahora me encuentro aquí en mi soledad
Pensando qué de mi vida será,
No tengo sitio dónde regresar
Y tampoco a nadie quiero ocupar.
Si el destino me vuelve a traicionar
Te juro que no puedo fracasar,
Estoy cansado de tanto esperar .
Y estoy seguro que mi suerte cambiará
Pero cuándo será!”

El año pasado, antes de que iniciara la pandemia, el escritor cubano Leonardo Padura estuvo en Cali presentando la reedición de su libro ‘Los rostros de la salsa’ y conversamos un poco sobre estos orígenes barriales de la salsa y su impacto en las composiciones. Y justamente en ese libro Willie Colón, que ya por los años noventa comenzaba su tránsito político hacia el Partido Republicano, entrega una contundente explicación sobre esa salsa social, con ‘comida’, como también la identificaba Fiol.

“Es que la salsa es como un periódico, una crónica de nuestra vida en la gran ciudad y por eso habla de temas como la criminalidad, la droga, la prostitución, el dolor, el desarraigo y hasta de nuestra historia de explotados y subdesarrollados. Ya no se habla de cortar caña o de la vida del campesino -aunque pueda hacerse y de hecho se haga-, sino de los problemas y del ambiente en que viven los latinos en el mundo moderno y las causas que los han llevado a ese estado”, explicaba el ‘Malo del Bronx’.

Y de seguro fue allí, en medio de esas reflexiones que hacía Colón después de separarse de Lavoe a mediados de los años setenta, cuando se lleva a cabo la unión de Willie con Rubén Blades y producen en 1978 el álbum ‘Siembra’, el icónico trabajo musical que marca un antes y un después de la salsa social y que se convierte rápidamente en un éxito mundial. Entonces, el intérprete panameño comienza a hablar de una Latinoamérica unida como Bolívar soñó y nos advierte sobre esa ciudad de plástico, “de esas que no quiero ver, de edificios cancerosos y un corazón de oropel, donde en vez de un sol amanece un dólar, donde nadie ríe donde nadie llora, con gentes de rostros de poliéster, que escuchan sin oír y miran sin ver, gente que vendió por comodidad su razón de ser y su libertad”.

Es en ese instante cuando Blades asciende al olimpo de los salseros-filósofos, nos sacude, nos reta y nos susurra con fuerza en el oído: “Estudia trabaja y sé gente primero, allí está la salvación, pero que mira, mira no te dejes confundir, busca el fondo y su razón “.

‘Siembra’ marca un antes y un después, al determinar que era posible el transcender los límites hasta ese momento imperantes en la música popular, específicamente en la salsa misma. ‘Siembra’ en sí mismo fue un asalto artístico, una protesta musical, una marcha sinfónica de sonidos, una revolución de sueños…

“Oye latino, oye hermano, oye amigo
Nunca vendas tu destino por el oro ni la comodidad
Nunca descanses pues nos falta andar bastante
Vamos todos adelante para juntos terminar
Con la ignorancia que nos trae sugestionados
Con modelos importados que no son la solución”

Este fue un estribillo que se instauró en cuanta concentración popular se adelantó en América Latina durante los convulsionados años ochenta, época de dictaduras y desapariciones. Un año antes Rubén había soltado un ‘numerito’ que fue directo al alma del obrero, del trabajador, del hombre del barrio, de la esquina, de la calle. Un disco que sonó como un cañonazo en el corazón del trabajador latinoamericano, ese que se parte el lomo en extensas jornadas de 16 horas y se pregunta hasta cuándo.

“Pablo Pueblo
Llega hasta el zaguán oscuro
Y vuelve a ver las paredes
Con las viejas papeletas

Que prometían futuros
En lides politiqueras
Y en su cara se dibuja
La decepción de la espera

Pablo Pueblo
Hijo del grito y la calle
De la miseria y del hambre
Del callejón y la pena”

Y es que ‘Pablo Pueblo’ trabajó hasta jubilarse y nunca le sobraron chavos, votando en las elecciones, para después comerse un clavo. En una entrevista con Leonardo Padura, el artista panameño dejó clara su intencionalidad. “Lo que me impulsó fue la convicción de que yo no era el único que pensaba así; siempre asumí que no estaba solo. Porque intuí que al igual que yo, la población iba a comprender mis canciones, se iba a identificar con los temas porque hablaba de nuestras interioridades, dudas, esperanzas, frustraciones y fracasos, y de nuestro humor y voluntad para seguir adelante”.

Pero además de los ya mencionados hubo otros artistas en los años ochenta que le apostaron a una salsa con contenido, antes de que llegara la ‘salsa monga’ y con sus letras eróticas cambiara para siempre el tinglado musical. Henry Fiol, el ‘Blanco que canta como negro’, también apuntó a cantarle a la injusticia, a la lucha por los cuatro pesos y la soledad de ese trabajador que diariamente tiene que rebuscarse en la calle.

Fiol siempre se preocupó por la temática social. En su versión de ‘Ahora me da pena’ relata la dura faena que era trasegar la Nueva York de los años ochenta. Unos años después, ‘Picoteando por ahí’ habla del rebusque, de la lucha diaria por sobrevivir en la calle, en lo que salga.

“Me levanto por la madrugá y no hay nada en la nevera
Me levanto por la madrugá y no hay nada en la nevera
No hay jugo, no hay pan
No hay leche tan siquiera.
Pero la busco (picoteando por ahí)
Y me defiendo (picoteando por ahí)
Yo me la busco (picoteando por ahí)
Y me despierto (picoteando por ahí)”.

Pero también en el 2009 lanzó ‘De la mano a la boca’, el disco que grabó en una plaza de mercado de Medellín y que refleja la dureza del trabajo y la angustia por llevar la comida para los hijos. Fiol fue de aquellos salseros que no le tuvieron miedo a cantarle a las injusticias, a la lucha, a los afanes en el barrio y en la calle.

“Yo soy un observador y veo la lucha que hay en Latinoamérica para ganarse los cuatro pesos. Aquí el que no tiene trabajo se tira a la calle a rebuscar. Siempre he creído que la salsa no tiene que ser música de escape, puede ser música con comida, con mucho contenido”, me reveló en una conversación que tuvimos hace unos años.

Otros experimentos musicales también intentaron acercarse a esa expresión. El Conjunto Clásico con Tito Nieves denunciaron el desarraigo y la pérdida de la tierra cuando nos revelaron que se marcharon Los Rodríguez, no se sabe para donde, dejaron su terruñito y se fueron del monte; Roberto Roena declaró su fidelidad con los desposeídos, pidió Agüita de ajonjolí  y que lo buscaran en los arrabales que abundan por la ciudad “porque con los pobres estoy”; Cheo Feliciano nos contó que cuando se llora en los entierros de mi gente pobre es porque se siente de verdad; mientras que Kim de Los Santos le cantó a ese sueño de todos los inmigrantes, a ese que se fue a dejar su vida al otro lado del río Bravo, pero que recogiendo tomates sueña con que un día progresará… “Una esperanza parte en avión, a un contrato que es un dolor, un par de brazos busca labor, porque en su tierra no la encontró” y hasta El Gran Combo nos confesó que no entendía por qué tantos van a la cárcel por robarse una gallina y al que se roba la granja nadie lo mira.

Todos estos artistas y otros más, en suma, no se escondieron y tocaron fibras sociales, políticas y económicas. Si una música ha sido altiva y levantó la mano para decir presente, esa fue la salsa. Por eso, como le enfatizó Rubén Blades al escritor Leonardo Padura, “hay más gente buena que mala y la prueba es que todavía existe el mundo, aunque nuestra irresponsabilidad hoy esté contribuyendo a enfermarlo y herirlo, pero es irreversible y por eso resulta importante explicar, a través de testimonios, lo que aún continúa siendo relevante: la influencia de la música popular y la posibilidad que plantea como contribución al desarrollo cultural, social, económico y político de América Latina y del mundo”.

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Nathaly Candela: La caleña que busca ser una exponente femenina de la salsa

Para esta cantante, es muy importante ser ese referente femenino de la salsa en Cali, ya que considera que muy pocas mujeres son reconocidas en este género.

Nathaly Candela: La caleña que busca ser una exponente femenina de la salsa
Especial 90 para minutos.

Para esta cantante, es muy importante ser ese referente femenino de la salsa en Cali, ya que considera que muy pocas mujeres son reconocidas en este género.

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Nathaly Candela es la artista que le apuesta a representar el talento femenino en la salsa, quien próximamente lanzará su nuevo sencillo.

Don Juan, es el nuevo proyecto discográfico que Nathaly Candela está realizando junto con 20 artistas que harán parte de esta producción musical; entre músicos, bailarines, actores y productores audiovisuales vallecaucanos.

"Esta es una canción que proyecta ser lanzada en el mes de junio con talento 100% caleño. Quiero mostrar lo bonito de Cali, nuestra diversidad musical y mostrar también una voz femenina en la salsa; demostrando que las mujeres también tenemos historias que contar a través de la salsa".

Expresó Nathaly.

Para esta cantante, es muy importante ser ese referente femenino de la salsa en Cali, ya que considera que muy pocas mujeres son reconocidas en este género.

Lea también: 'Sueños Perdidos': La canción que unió a Feid, Los Brokix, Esteban Rojas y J Quiles

Sobre su historia

Nathaly Candela es una actriz, cantante y ahora apasionada bailarina de salsa. Licenciada en Arte Dramático de la Universidad del Valle, con Maestría en Gestión Cultural de la Universidad de Barcelona.

En el 2018 fundó Candela Latín Show, como cantante y directora de la agrupación que inició en Barcelona con un grupo de latinos de diversos países, soñó con cantar, viajar por el mundo, y aprender inglés.

Es así como desde el 2019 se ha atravesado el Mar Mediterráneo, Caribe, el Océano Atlántico, y el Indico, representando la cultura y la música latina con todo el calor de Colombia.

Esta caleña empezó su carrera artística desde los 5 años cuando se presentaba en fiestas familiares; después empezó hacer parte de escenarios más grandes a nivel local cantando clásicos de Selena, Shakira y Celia Cruz.

Incursionó a los 14 años como presentadora de televisión en canales locales, luego como actriz de obras de teatro que la llevaron a actuar y cantar alrededor de España. Hasta lograr una última aparición en la pantalla chica con la miniserie 'La Mirada de los condenados'.

Después de esto, en pandemia interpretó la versión del mar de la célebre canción ‘Mi Pueblo Natal’ del Grupo Niche, llegando a acaparar la atención de los medios nacionales colombianos en tiempos de confinamiento.

Es una migrante que ha recorrido más de 20 países, sobreviviente al cáncer de cuello uterino y cáncer de tiroides, una aventurera que escribió y compuso su primera canción titulada 'Aunque el mundo hable’; esta es un canto al migrante, a la mujer que lucha por sus sueños, y a la ruptura de estereotipos sociales, con toda la potencia de la salsa.

Desde el 2022 está trabajando por lograr un espacio en los corazones salseros y es por esto que desde entonces ha hecho giras por Las Maldivas, España, Panamá y los Estados Unidos.

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'Luminiscencia sinfónica': Concierto de la Banda Departamental del Valle

Una noche llena de magia musical, con una puesta en escena con sonoridades, estilos y colores que trae la Banda Departamental del Valle.

'Luminiscencia sinfónica': Concierto de la Banda Departamental del Valle
Tomada de Instagram.

Una noche llena de magia musical, con una puesta en escena con sonoridades, estilos y colores que trae la Banda Departamental del Valle.

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Bajo el título 'Luminiscencia sinfónica', este evento promete transportar al público caleño a través de una escena musical sin precedentes.

Llevándolos a un recorrido por distintos países, iniciando por un compositor Húngaro, quien propone una obra virtuosa para demostrar el dominio técnico de la Banda Departamental del Valle a través de música para cine muy intensa con la que se busca impactar al público.

Podrán apreciar también algunas obras de un compositor Norteamericano que ofrece una onda del jazz, con mezclas del rock en sus influencias, que muestra una técnica contundente con similitud a las Big bands de New Orleans.

Pero también interpretarán ritmos latinoamericanos, especialmente de México, con obras inspiradas en la cultura de los mariachis, denominada ‘Mariachitlán’.

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Y continuando el recorrido por América Latina, con interpretaciones de Argentina, enseñando la cultura, lo autóctono y ancestral del pueblo Qom, y finaliza con paisaje Andino de Noro Bastidas, obra dirigida por el Director Sinfónico, Hadrián Ávila Arzuza.

Estas son las obras que podrán disfrutar en el Instituto Bellas Artes. Obras dirigidas por el Director Barranquillero invitado, quien está radicado en Argentina hace más de 20 años y dirigió La Banda Departamental entre el 2001 y 2004.

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El Director Hadrián Ávila habló en exclusiva para el noticiero 90 minutos, y contó acerca de la gran fortuna que significa estar en Cali.

“Cali es una ciudad acogedora. Es mi segunda ciudad favorita después de Barranquilla. Y estoy ¡feliz! Por tener la oportunidad de dirigir a grandes intérpretes sinfónicos, como la Banda Departamental del Valle”

Ávila fue invitado este mes de abril para participar de la IV Gala de temporada de música sinfónica, que hoy cierra con broche de oro este 2024 con 'Luminiscencia Sinfónica', un concierto memorable que brindará una experiencia sonora a todo el público caleño.

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'Sueños Perdidos': La canción que unió a Feid, Los Brokix, Esteban Rojas y J Quiles

Desde Cali, Medellín y Puerto Rico se unieron los artistas emergentes y los grandes de la industria urbana para crear el remix de ‘Sueños Perdidos’.

Desde Cali, Medellín y Puerto Rico se unieron los artistas emergentes y los grandes de la industria urbana para crear el remix de ‘Sueños Perdidos’.

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Los Brokix son artistas emergentes caleños que han dado un salto monumental en su carrera musical con el lanzamiento de su último sencillo, 'Sueños Perdidos Remix'. Este emocionante proyecto surge tras ser contactados por dos gigantes de la música urbana; Feid y Justin Quiles, quienes expresaron su interés en colaborar en este sencillo.

'Sueños Perdidos', originalmente interpretado junto a Esteban Rojas; ha capturado los corazones de miles con su relato sobre la ilusión de un amor perdido, de una vida diferente, y los corazones rotos que esto conlleva.

Esta canción se ha convertido en un himno musical viral, demostrando el impacto y la conexión emocional que Los Brokix han logrado con su público.

'Sueños Perdidos Remix' es el resultado de una colaboración entre Los Brokix; Jayce, Kidnicco, Kryan, Esteban Rojas, Feid y Justin Quiles. La inclusión de estos dos últimos artistas demuestra la creciente relevancia de Cali en la escena de la música urbana nacional.

90 Minutos conoció en exclusiva cómo se dio esta colaboración, qué piensan de su reciente éxito y lo que han logrado gracias a ello.

¿Cómo surgió esta colaboración con Feid y J Quiles?

Nicco: "Primero que nada fue un proceso muy lindo y orgánico, nadie lo tenía pensando, aunque era algo que queríamos hacer. Feid es el artista más escuchado del mundo y era complicado llegar donde él, pero él llegó a nosotros. Fue gracias a un video de redes que Feid reposteó escuchando nuestra canción. Fue un buen impulso y gasolina para el proyecto".

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¿Qué les trajo esta colaboración con Feid y J Quiles?

Jayceo: "Yo siento que lo que hizo fue abrirnos las puertas a un mundo de posibilidades sin límites. Habíamos escrito una lista con artistas que quisiéramos hacer una colaboración y ahí estaba Feid, nuestro equipo nos decía que esa meta era muy chimba, pero que aún faltaba tiempo y al mes resultó el featuring.

Dentro de esas posibilidades fue hacer giras en otros países y hacer colaboraciones con otros artistas que también están metiéndole y que nos han inspirado, nos dicen ‘’esto está muy chimba'', eso no tiene precio. Ese es el valor que nos ha agregado, se avaló el sonido que veníamos 'camellando' desde hace 5 años que formamos la banda".

¿Qué han querido transmitir a través de sus canciones?

Nicco: "Un empoderamiento hacia la juventud, a los muchachos que se vale soñar, y a las mujeres que no tienen que estar atadas a nadie que les corte las alas. Siempre desde un sonido muy fresco hemos implementado un buen mensaje a la juventud que tanto lo necesita".

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¿Han tenido la experiencia de estar en escenarios internacionales?

Jayceo: "Hace poco tuvimos un concierto en México, y fue muy chimba porque la gente allá nos recibió con mucho amor y nos dimos cuenta que mucha gente nos escuchaba y estamos probando para ir a otros países".

¿Cómo fue la experiencia de estar en el Festival Estéreo Picnic 2024?

Kryan: "Estábamos demasiado nerviosos, es la primera vez que nos presentamos a tantas personas, eran casi 60.000 personas y tuvimos que manejar los nervios, pero muy contentos por la experiencia porque al final esto es por todo el camello que hemos estado haciendo. Ese día pudimos cantar el tema junto a Justin Quiles y Feid, mientras la gente nos recibió muy cool, entonces quedamos muy felices".

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