El 2 de mayo de 2002, subversivos de las Farc y paramilitares se enfrentaron entre las cabeceras municipales de Vigía del Fuerte y Bojayà conocida en la zona como Bellavista.
Allí, los paramilitares se refugiaron detrás de la Iglesia y los guerrilleros lanzaron contra ellos una pipeta de gas llena de metralla que cayó dentro de la parroquia, donde se refugiaban más de 300 personas.
El cilindro bomba rompió el techo de la iglesia, impactó contra el altar y estalló produciendo una gran devastación: en el suelo y hasta en los muros quedó la evidencia de los cuerpos desmembrados o totalmente deshechos.
A raíz de la masacre, se produjo el desplazamiento forzado de prácticamente toda la población. Las víctimas han denunciado la negligencia del Estado por haber ignorado las alertas tempranas que la Defensoría del Pueblo y la Procuraduría habían hecho meses antes sobre el peligro en que se encontraba la población.
en el año 2008 un juez decidió que la Nación es responsable de la masacre de Bojayá, ese año el Juzgado Primero Administrativo de Quibdó determinó en dos sentencias que la nación es “administrativamente responsable” por no haber protegido a la población civil, a pesar de las alertas tempranas de la Defensoría. Los familiares de las víctimas recibirán más de 1552 millones de indemnización.
Bojayá tenía una fuerte presencia guerrillera desde 1997. El Bloque José María Córdoba de las Farc cambió su nombre en 2008 al de Iván Ríos, luego de la muerte de este jefe guerrillero.
Con información del Centro de Memoria Histórica.
hace tres años el noticiero recordò asì la masacre :