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Vivir para montar

Vivir para montar

Stuard Ruiz, tiene 22 años. Desde hace 8 años es practicante y fiel amante del BMX. Nativo de la ciudad de Buga, hoy es reconocido nacional e internacionalmente por su talento.

A eso de las 5:00 p.m, la tenue luz golpea nuestros cuerpos que reposan encima de unas las rampas donde él practica bmx. De un momento a otro él hace un flashback y me cuenta una de sus más duras experiencias.

Un miedo profundo invade su corazón al saber que no tenía más opción que reposar su cuerpo en el sólido y gélido suelo del puente peatonal de la 14 de Calima, abrigado por el frío de la noche y sin más compañía que su bicicleta. Pasaban las horas y no conciliaba el sueño pues el miedo de perder su más preciado tesoro ya había invadido todo su cuerpo. Por fin había amanecido y Stuard había pasado uno de sus más grandes sacrificios para llegar a ser reconocido como uno de los mejores riders del Bmx Freestyle.

Stuard Ruiz bugueño, apasionado por el bicicross, empezó a practicar este deporte a los 14 años. Sin el apoyo de su familia, con los años gracias a videos y a sus ganas de ser mejor cada día, empíricamente aprendió a montar Bmx Freestyle. “Los primeros dos años que comencé a practicar, en Buga no habían skateparks, dirts (rampas de tierra), no tenía nada, entonces empecé a montar al frente de mi casa en andenes, banquetas, gradas y rieles”- cuenta mientras evoca una pintoresca mirada de ilusión. 

Durante sus 5 años de carrera deportiva, Stuard ha pasado por muchas dificultades principalmente la económica, pues solo cuenta con un patrocinador de ropa. Sin embargo, su disciplina y empeño lo han llevado a ganarse premios nacionales e internacionales. Vendiendo gomitas, helados, postres y la ropa que le suministra su patrocinador, ha logrado participar en alrededor de 40 torneos tanto nacionales como fuera del país.

Gracias ha su gran talento este bugueño ha conseguido ganar variedad trofeos en las diferentes categorías del Bmx Freestyle, entre ellos están: Nunrrua Dirt Jump (Oaxaca, México) en el 2015, logró el segundo puesto a mejor truco en la categoría de profesionales; en el mismo año en Dirt Jump Jamtulua (Tuluá, Valle del Cauca) obtuvo el premio al mejor Moto Whip y el 21 de Febrero del 2016 por segundo año consecutivo recibió el trofeo al mejor rider dirt y al mejor rider del año del club deportivo Generación Extrema (Buga, Valle).

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La lucha, la entrega y el inmenso amor por este deporte, lo han llevado a ser reconocido en varias ciudades y países del mundo. Admiración es lo que sienten sus amigos por él; con orgullo, casi parecido al de una madre María José Porras, una de sus amigas, menciona “no puedo hablar de Stuard sin que la palabra valentía se cruce por mi mente, porque así es como lo describo, como todo un valiente”.

Para Stuard el Bmx no es deporte, es su estilo de vida, al igual que su bicicleta, la cual cataloga como su vida, pues es ella quien le ha abierto cada una de las puertas para darse a conocer y que con el tiempo se ha convertido es su fiel amiga; “todo es gracias a la bicicleta, tengo muchos trofeos y es por ella”. Asegura que los riders son muy reales por el estilo de vida que llevan, “no somos una pantalla, no somos una etiqueta, somos lo que somos”.

Su mayor alegría es ver como gracias a el amor que tiene por lo que hace y de pasar cada obstáculo que se le ha presentado, las personas de otro países ahora lo reconozcan;  “lo más hermoso y más chimba es que después de ser una persona muy normal, la bicicleta me haya llevado a ser alguien quizá importante”. Es así como desde hace 8 años su felicidad la encontró en el bicicross y en sus amigos más cercanos.

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Su gran sueño nunca ha sido ser el mejor en el deporte, sino algún día poder ayudar a cada una de las personas que lo han apoyado en este deporte, “mi sueño es que con lo que yo haga, sea mucho o sea poco, pueda ayudar a mis amigos, a todos los que me han dado la mano”. Es así como sus amigos siempre han sido parte significaba tanto en su proceso de aprendizaje como en su vida, Stuard los llama hermanos, pues más que ser compañeros de entreno, hacen parte de su día a día.

“Es muy buena persona, siempre está metiendo la mano por los demás”, así es como describe Camilo Ruiz a su hermanastro, a quien le tiene un gran aprecio a pesar de no llevar en su cuerpo el mismo tipo de sangre. Se desprende una carcajada de su boca al decir que el mayor defecto de Stuard es que le roba sus cosas personales, 'cosas de hermanos'.

Son mínimos los defectos que sus amigos más cercanos pueden mencionar al hablar de Stuard. “no estoy muy segura, de verdad que a una persona así sólo puedes verle las cosas bonitas” dice María José. Sin embargo advierte que es algo distraído con las cosas importantes.

A eso de las 5:30 p.m. con la tenue luz anaranjada del cielo en el fondo, en sus ojos se posa una gota de agua a punto de estallar, convirtiendo aquel lugar, en un espacio triste, lleno de recuerdos; que tal vez nunca nadie pueda descubrirlos. Agacha la cabeza y al hablar su voz se quiebra, “no, no sabría, he perdido muchas cosas”. Crecer sin el amor de su madre enseñó a Stuard a que no siempre se gana en la vida y es así cómo desde sus dos años ha perdido como él mismo lo dice muchas cosas, que con el tiempo ha entendido que si las ha perdido es para ganar algo mejor.

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