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FARALLONES: Entre las Nubes y el Mar

FARALLONES: Entre las Nubes y el Mar

Germán Morales Z. MSC, PhD

Docente Tiempo Completo y director de la Escuela de Turismo,
Universidad Autónoma de Occidente. gmorales@uao.edu.co 

Los Farallones son la columna vertebral que conecta nuestro
Valle interandino con el Pacífico Vallecaucano
Es una pincelada divina que en degrade de verdes
Nos regala su esplendor como Icono de naturaleza, y se convierte
en un atractivo turístico que los vallecaucanos debemos
valorar y conservar como nuestra responsabilidad ética
y moral en su conservación.

LLos Farallones son sin duda alguna, no solo una formación montañosa, rocosa, dorsal biogeográfica o Parque Nacional Natural, sino uno de los iconos más importantes de la naturaleza Vallecaucana, pues en sus casi 200.000 hectáreas se hace posible que los municipios de Jamundí, Cali, Dagua y Buenaventura, se abracen y encuentren desde las nubes en las zonas de paramo, hasta la cuenca del Pacifico en el Choco Biogeográfico en un universo llamado ruralidad que les da la oportunidad de tener un sin número de atractivos, historias, y caminos veredales que conectan las experiencias y expresiones que viven y cuentan sus habitantes y visitantes, que encierra este gigante dormido, que poco a poco ha sido colonizado, explorado, sobreexplotado y de vez en cuando conservado como parte del patrimonio natural o de la Estructura ecológica principal de los municipios que bajo la jurisdicción de Parques Nacionales han intentado mantener en el tiempo, con la colaboración de alguna comunidad local, organización o institución pública o privada.

Fotografías: Escuela de Turismo.
Fotógrafos. Germán Morales, Juan Manuel Quintero.

Desde siempre los Farallones han permeado y moldeado la cultura y el quehacer cotidiano de muchas comunidades, desde prehispánicas o colonizadoras, hasta contemporáneas, que desde su profunda admiración han aprendido a valorar y utilizar este gigante natural en procesos de intervención y uso o de conservación de su naturaleza, biodiversidad y servicios ecosistémicos. 

Es indudable que en este espacio geográfico que son los Farallones con su gran riqueza ecosistémica, que cada día nos regala nuevas joyas que se van descubriendo como en el caso de las Aves o las Orquídeas que un profesional orquidiólogo como Robinson desde la territorial Pacifico de PNN van llenado de evidencia científica contundente par saber que los Farallones son ese reservorio de biodiversidad y acervo genético que se debe conservar para el Mundo.

Con base a lo anterior y a la belleza escénica, paisajística y ecosistémica es indudable que existen un sinnúmero de sitios naturales de gran valor ancestral, cultural, y natural de interés para las comunidades e instituciones locales y externas para construir experiencias únicas que los den a conocer a nivel nacional e internacional, como parte de esa expresión de Magia Salvaje o de territorios del postconflicto por descubrir, a los cuales cada colombian@ caminante y amante de la naturaleza, de lo autóctono y con espíritu aventurero quieren conocer y encontrar para llegar a lugares inexplorados del país.

Es por ello, que tal vez en la actualidad existen un gran número de procesos de emprendimiento o negocios verdes y en particular de turismo de naturaleza, formales o informales, a veces insostenibles y a veces un poco sostenibles, en los cuatro municipios que hacen parte de este Gigante natural.

Fotografías: Escuela de Turismo.
Fotógrafos. Germán Morales, Juan Manuel Quintero.

Es importante mencionar que ante la necesidad creciente que hoy tienen los habitantes de grandes capitales como Cali (y más aun después de haber vivido el encarcelamiento colectivo sindemico del Covid 19), por encontrar lugares de esparcimiento, recreación y bienestar inmersos en contextos rurales o de naturaleza, como espacios de bienestar, la creciente demanda y número de visitantes a estos lugares en el caso particular de los Farallones va en aumento.

En este sentido, es cada vez más común ver grupos de turistas y operadores en lugares cada vez más profundos en el bosque o la montaña más alta sin respetar los principios o normas mínimas de lo que un visitante debe contemplar, tanto desde las directrices que Instituciones como Parques Nacionales Naturales, CVC o Dagma han estipulado para la zona, así como desde la lógica de lo que la Organización Mundial del Turismo ha denominado el Código de Ética del Turismo, es decir, no es solo salir a disfrutar e impactar, hay que respetar, valorar, cuidar y saber tener una buena cultura turística.

Así mismo, se ven casos en los que el mismo operador o inclusive las comunidades locales e instituciones no han logrado entender la inmensa responsabilidad que se tiene con el patrimonio natural y cultural de una región cuando se decide impulsar el turismo como actividad con una mirada solamente de economía local. Este mercado creciente y de nuevas tendencias hacia lo rural, natural, saludable y orgánico, está hoy en busca de caminos, senderos, cascadas, ríos, cañones, humedales, bosques, rocas, cultivos, y un sin número de posibilidades de consumo a veces mal llamadas "verdes"

Esta riqueza, ha sabido ser bien o mal explotada por las comunidades, asociaciones, organizaciones y hasta autoridades locales, y ha tenido fuertes presiones, pero poco a poco y a medida que la Educación Ambiental ha ido permeando la conciencia colectiva y el corazón de los habitantes y visitantes de estas zonas, (o desde los procesos que los CIDEAS locales o colectivos ambientales realizan), se ha ido dando origen a una nueva generación de Vallecaucanos que van entendiendo la necesidad de conservar un lugar tan maravilloso y de Costumbrismo o Romanticismo vallecaucano al Natural como los Farallones, más aun en estas épocas de sequía, desequilibrios ambientales, impactos, post pandemia  y cambio climático.

Fotografías: Escuela de Turismo.
Fotógrafos. Germán Morales, Juan Manuel Quintero.

Las comunidades hablan hoy de utilizar los potenciales naturales y servicios ecosistémicos para su propia supervivencia, las autoridades e instituciones de la necesidad de planificar, ordenar y conservar estos servicios eco sistémicos, y en el ejercicio común de un escenario de encontrarse para concertar el territorio soñado, se ha construido la propuesta de lograr territorios de uso racional y sostenible, y así los Farallones cada día se van llenando de pequeños pero importantes y significativos procesos de conservación y uso sostenible de la biodiversidad (Un Buen Ejemplo de esto es la Red de Reservas o el Sistema Departamental de Áreas Protegidas SIDAP), algo a lo que el gobierno nacional ha llamado Biocomercio Sostenible como uno de los sectores más importantes de lo que en el país se conoce como Negocios o Emprendimientos Verdes.

En efecto, pensar en negocios verdes y en particular turismo de naturaleza en los Farallones es pensar como en la esencia de la literatura de Gabo, en puro Realismo Mágico, en experiencias únicas o en imaginarios de naturaleza pura vallecaucana. Su majestuosidad, su riqueza y su encuentro de mundos y culturas lo convierten en un espacio donde los visitantes pueden encontrar la magnificencia y majestuosidad de la naturaleza. En cada uno de sus municipios siempre habrá que hacer.

En Jamundí y su mundo de montañas que dan vida a los siete ríos que hacen posible que en la tierra del Cholao se pueda disfrutar de la naturaleza donde ya hoy sus montañas, ríos y cascadas de charcos escondidos son populares entre los grupos de caminantes y de operadores, en una maravillosa travesía por cuencas como las del río Claro o Jamundí por donde estos caminantes experimentados como el gran Arley siguen recorriendo en aventuras y experiencias de ríos y montañas, desde donde se llega incluso a conectarse con los encantos de la red de humedales del río Cauca donde las comunidades locales hacen prácticas de turismo rural y comunitario, o donde el pajarero más gomoso de Jamundí como es Julio Calderón ha hecho posible la ruta de las aves de humedal en Jamundí.

En Cali nadie puede negar la importancia de zonas como Pance o la cuenca del río Cali en corregimientos como Peñas Blancas, Felidia o la Leonera, donde los esfuerzos institucionales desde Parques Naturales Nacionales, CVC o el Dagma están tratando de ordenar el espacio turístico del destino para un mejor disfrute.

Hoy espacios como el maravilloso Eco parque del Río Pance van dando muestra de atractivos de calidad, las caminatas ecológicas, el Trail Runnig, senderismo o el avistamiento de aves en las rutas que ascienden hacia los Farallones o hacia la Villa del Cielo en Pance, o en localidades como Pico de Loro, el Topacio, el Pato, Pico de Águila y el majestuoso e imponente Pico Pance por dónde camina ese pequeño Gigante de la comarca panceña como lo es Alirio Silva, dan muestra de la gran riqueza y el potencial para esta práctica en los Farallones, sin dejar de lado las experiencias y potenciales de agroturismo desde la comunidad local.

Fotografías: Escuela de Turismo.
Fotógrafo. Armando Rojas y Elbert Sánchez

Así mismo, se consolidan las fincas agroecológicas en Felidia y en el reconocido Destino Leonera donde proyectos como el de Bichacue Yaht arte y naturaleza bajo el liderazgo del poeta de la naturaleza y del arte de la escultura mítica el gran Tomas le siguen poniendo el alma a la conservación de las tradiciones y lo natural, o los trabajos en la zona del Porvenir, la reserva los Yarumos y el Pato van consolidando este importante destino rural y de naturaleza. Es por ello, que nuestra conexión con este icono de la naturaleza vallecaucana nos debe regalar la oportunidad de poder entender que Farallones es sinónimo de vida y salvaguarda del patrimonio natural más preciado para nuestras futuras generaciones.

Sigue el camino, llénate de montaña y brisa y llega hasta Dagua, que es sin duda un escenario de contrastes, un cruce de caminos, un ecotono interesante donde su paisaje se divide entre las zonas altas rurales en el bosque frio y de neblina como en el Queremal, o en el paraíso escondido que lleno de magia verde como es la cuenca del Anchicayá se van consolidando entre siete charcos, una cascada llena de cantos de Sirena, o la ruta de las aves de la gran hada madrina en avistamiento de aves doña Dora, donde definitivamente decidieron también ponerle arte a la conservación de las aves, sino que lo diga el viejo Elbert.

Pues aquí en este paraíso escondido de los Farallones las comunidades locales vienen trabajando desde la orientación de Grupos de Acción Local como CORTUCAN o de repente en el camino usted se puede encontrar al amigo del pueblo de esa zona, el guía de guías locales don Dairo Utima que cada vez se apasiona y se enamora mucho más por la conservación de esta zona y de las riquezas que sabe que tiene esta selva para su comunidad, desde la conservación y los emprendimientos verdes, para el desarrollo sostenible y donde el turismo de naturaleza se ve como una gran oportunidad.

Fotografías: Escuela de Turismo.
Fotógrafos. Germán Morales, Juan Manuel Quintero.

Se siente el Choco Biogeográfico, la selva lluviosa Tropical y la neblina que abraza las montañas y que las transforma en vida pura o pura Vida, aquí esta Buenaventura como la selva de mil verdes, que entre exuberante y exótica en mosaicos de conservación de la cuenca del pacifico, no es más que una onírica selva lluviosa Tropical, donde se levantan apuestas de turismo de naturaleza enfocadas fundamentalmente al disfrute de las aguas cristalinas de sus ríos, al senderismo o al avistamiento de aves principalmente en la cuenca del río Anchicayá las más extensa de los Farallones. Así mismo se exploran muy pocas veces maravillosos lugares como Raposo, Cajambre, Yurumanguí y Naya.

Que se levante el telón de la magnificencia de la naturaleza que en los Farallones es la expresión de la vida, para que se quede por siempre en nuestros corazones y en la esencia de lo que significa ser verdaderamente vallecaucanos, y que nuestras acciones hoy, le den la oportunidad a este gigante de piedra, agua y verde natural de poder seguir guardando nuestros secretos en matices de conservación.

Que los farallones nos sigan llenando el corazón con la metáfora de la fantasía verde que encierran sus caminos y senderos, para que quienes las quieran vivir no solo se cautiven con su grandeza, sino que se comprometan con su conservación. Deja que tu admiración se transforme en vida con tus acciones no solo de caminante, sino de ciudadano comprometido con la conservación de este maravilloso destino sostenible.

Tenemos un compromiso, en un icono de naturaleza en el que, si se quiere hacer una verdadera apuesta por el uso sostenible del territorio y sus servicios ecosistémicos, se debe ser conscientes que esta apuesta debe respetar e implementar los principios y fundamentos del turismo de naturaleza en una importante amalgama con la cultura local como un importante complemento para quienes quieran llegar a conocer estas maravillas que guarda nuestros Farallones.

Así que, si usted quiere hacer turismo de naturaleza en los Farallones, la próxima vez que arme su maleta no se le olvide traer con usted, cultura turística y ética del RESPETO por lo natural y cultural de estos lugares.

Recuerde que los Farallones son el Patrimonio de los Vallecaucanos…

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